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 EL TIEMPO QUE LLEVA KAMALA HARRIS SIN COMPARECER EN UNA CONFERENCIA DE PRENSA

¿Es real el 'efecto Kamala'?

Tras el tsunami político y mediático provocado para derribar a Biden y aupar a Kamala como candidata, la realidad y las encuestas cuestionan si fue acertado.

Kamala Harris, en su primer mitin como candidata demócrata en Wisconsin.Mark Hertzberg / ZUMA Press Wire / Cordon Press

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La narrativa que presenta a Kamala Harris como la gran salvadora del Partido Demócrata, de la Democracia e incluso de Occidente tras el adiós de Joe Biden, hace aguas antes incluso de su nominación oficial. Tras la cascada de apoyos de legisladores, expolíticos, periodistas y famosos de izquierda, coronada con la bendición de los líderes del partido azul en el Congreso y George Clooney el pasado martes, la realidad y las dudas sobre su figura y su trayectoria vuelven a poner en entredicho que sea la persona idónea para enfrentarse a Donald Trump en noviembre.

Según se enfría el entusiasmo, crecen las voces que denuncian la "imposición" de Kamala Harris como candidata por parte de la élite del Partido Demócrata, sin dar opción a los votantes de hacerse oír y participar en el proceso de selección de la persona que les representará. El movimiento fue tan fulgurante y radical que no dio tiempo a los posibles aspirantes a moverse. De hecho, se señaló a todos los notables del partido -como los Obama, Nancy Pelosi, Hakeem Jeffries y Chuck Schumer- que no salieron a respaldarla el mismo domingo cuando anunció su intención de optar a la nominación en solitario. 

De hecho, incluso Obama, que se autoproclamó un "hombre de estado" por encima de las divisiones partidistas y que dijo que no se pronunciaría más allá de pedir un "candidato extraordinario", acabó subiéndose a la ola Kamala en menos de una semana. Primero Pelosi, el lunes, mientras que Jeffries y Schumer lo hicieron el martes. El mismo día que Clooney, cuyo artículo en The New York Times pidiendo el adiós de Biden provocó un importante terremoto político y social sobre la necesidad de cambiar al rival de Trump en noviembre. El matrimonio Obama terminó dando su apoyo público el pasado viernes.

El tsunami surgido artificialmente alrededor de Kamala para tratar de recuperar la ilusión de unos votantes demócratas absolutamente abatidos tras el debate de Biden con Trump y las posteriores apariciones del presidente tuvo críticos dentro del propio partido desde el minuto cero. Por ejemplo, el senador John Fetterman -que al final apoyó a Harris- fue muy contundente con la actuación de los dirigentes demócratas el lunes en declaraciones al periodista de Semaphor David Weigel: "La gente echó a un hombre honorable, padre cariñoso y gran presidente antes que a un absoluto canalla como Menéndez. Felicidades".

Las prisas de la élite demócrata para blindar a Kamala

No obstante, pasado el fervor inicial por tener un candidato que no es Biden, el entorno demócrata ha comenzado a pensar si se trata de un error similar al de haber mantenido al presidente como cabeza de ticket demasiado tiempo. Por si acaso, la campaña de Kamala y el Comité Nacional Demócrata han blindado prácticamente su nominación oficial anunciando una "votación virtual" para proclamarla antes de la convención del partido en agosto.

Y es que ya han surgido voces muy críticas desde la izquierda, como el movimiento Black Lives Matter, que denunció el "proceso poco democrático" que ungía a Kamala y denunciaba la hipocresía del partido azul, a la vez que pedía un proceso abierto al DNC: 

"Un proceso de 24 horas para hablar con los jefes de los partidos no es democrático, ni es un proceso del que los demócratas deban sentirse orgullosos. No vivimos en una dictadura. Los delegados no son oligarcas. Instalar a Kamala Harris como candidata demócrata y a un vicepresidente desconocido sin ningún proceso de votación pública convertiría al Partido Demócrata moderno en un partido de hipócritas. Pedimos al DNC que cree un proceso que permita la participación pública en el proceso de nominación, no solo una nominación por parte de los delegados del partido".

También han mostrado su desacuerdo varios de los sindicatos más influyentes en el país, e incluso alguno de los que se apresuró a posicionarse detrás de Kamala se está replanteando su precipitada decisión tras conocer algunos de los nombres de las alternativas que maneja Harris como posible vicepresidente. 

Las encuestas no respaldan el cambio de Kamala por Biden

Con la cabeza fría, las encuestas no terminan de justificar el cambio, puesto que Kamala no mejoraba los números de Biden en prácticamente ningún sondeo e incluso los llegaba a a empeorar en algún caso y, sobre todo, es derrotada en todas por Trump. De hecho, la última encuesta publicada por The Economist/YouGov el 23 de julio da una como vencedor por ¡¡21 puntos!! al republicano sobre la nueva esperanza demócrata, una distancia que nunca logró respecto a su antecesor. 

Además, los análisis de periodistas, como en The New York Times, que señalaban a la vicepresidenta como la peor candidata posible a reemplazar a su compañero de tándem electoral vuelven a salir a la luz.

La campaña para el lavado de imagen de Kamala, éxito relativo

Una tendencia que comenzó a variar desde el pasado jueves, coincidiendo con la agresiva campaña de blanqueo que los medios de izquierda y el establishment demócrata han lanzado desde que se hizo pública su intención de optar a la Casa Blanca en solitario, que incluye la desaparición de informes que la situaban como la senadora más radical entre los demócratas -por delante incluso de Bernie Sanders-, o correcciones de artículos publicados tratando de borrar el título de zarina -y la responsabilidad por tanto- de la frontera.

También se ha visto reflejado en sondeos que acercan a la candidata a Trump, e incluso que la ponen ligeramente por delante. La primera en hacerlo fue Reuters, en una encuesta que situaba en cabeza a Kamala por dos puntos. Eso sí, con una muestra en la que los votantes demócratas superaban considerablemente a los conservadores (426-376 y 341 independientes). Posteriormente, The NYT publicó junto con Siena un trabajo que dejaba a Harris a un punto del magnate, e incluso lo superaba si se sumaba al resto de candidatos independientes.

Los 'tres strikes' de Kamala como candidata

Entre las dificultades que afrontará Kamala hay que sumar que a los peros que ya hicieron descarrilar su campaña en las primarias demócratas en 2019 se le añaden sus clamorosos errores como vicepresidente y parte de la Administración Biden. Los tres strikes, en los términos judiciales en los que le gusta hablar a ella, por los que responderá durante la campaña según el Partido Republicano, serían:

  1. ​Su encubrimiento de la situación mental de Biden y no actuar conforme a la Constitución invocando la 25a enmienda ante la incapacidad manifiesta del presidente.
  2. Su clamoroso fracaso como zarina de la frontera, permitiendo la llegada récord de inmigrantes ilegales al país, junto con un aumento del tráfico de fentanilo y otras drogas, así como por permitir que los cárteles se muevan con total impunidad por la zona. 
  3. Su carrera ha sido fruto de las políticas de discriminación positiva (DEI) y no debido a sus méritos.

El primer punto, además implica otra de sus debilidades de cara a enfrentarse a Trump: formó parte de la Administración Biden, y gran parte del apoyo a los conservadores en las encuestas proviene del rechazo a las políticas del Ejecutivo durante los tres años y medio de mandato que lleva tanto en economía, como en la política migratoria, en política exterior y cuanto a la energía.

​Además, su radicalismo de izquierda puede terminar de asustar a los votantes demócratas moderados. Algo que se refleja en su posición blanda con los criminales, en temas como la ideología LGTB o su apoyo a los procedimientos de cambio de sexo de menores. A pesar de que muchos en su partido elogian su posición sobre el aborto, no faltan quienes lo consideran excesivo, puesto que es una defensora de un aborto sin límites.
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