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La ‘derecha woke’ aislacionista debe entender que la amenaza de Irán no conoce fronteras

La política de Trump de priorizar el fin de las guerras es positiva. Sin embargo, sabe que debe aplicarse inteligentemente y pensando en el largo plazo, ya que entiende que su implementación no debe significar un suicidio.

Donald Trump y el líder supremo de Irán Alí Jamenei

Donald Trump y el líder supremo de Irán Alí JameneiAtta Kenare, Charly Triballeau / AFP

En el debate sobre la postura de Estados Unidos frente a Irán, tanto un pequeño pero ruidoso sector de conservadores, conocidos comúnmente como la derecha woke, y la extrema izquierda -corrientes que cada día se asemejan más- concuerdan en que Washington no debería involucrarse porque los iraníes no atacan suelo estadounidense. 

Si bien los izquierdistas radicales lo hacen basándose en sus habituales diatribas antiimperialistas, anticolonialistas y las diversas teorías que ven opresores y oprimidos en todos lados, los wokistas de derecha como Tucker Carlson sostienen que lo hacen porque ponen a Estados Unidos primero. 

Este argumento, sin embargo, ignora realidades estratégicas fundamentales y el historial de Irán en la desestabilización global.

Irán no necesita atacar suelo estadounidense para ser una amenaza

El régimen iraní ha demostrado repetidamente que su estrategia de confrontación no requiere ataques directos dentro de Estados Unidos para representar un peligro real para sus intereses. A través de su red de milicias, financiamiento de grupos terroristas y operaciones de desestabilización en Medio Oriente y más allá, Irán impacta directamente en la seguridad global, en la economía y en la estabilidad de aliados clave de EEUU, a menos que se crea que Washington no necesita aliados.

Ese vacío que dejaría Estados Unidos, si es que se implementan las políticas aislacionistas extremas de los derechistas woke, sería aprovechado por los enemigos de Washington y el mundo libre en general, como China, Rusia e Irán, entre otros, que no dudarían en ocupar su lugar y hacer alianzas para acabar con el país más poderoso del mundo a una velocidad que nunca hubieran imaginado, y quizá, ya empoderados, podrían incluso llevar a cabo ataques directos en suelo estadounidense.

La geopolítica no es estática. El hecho de que Irán y el resto de los enemigos de Estados Unidos no puedan generar un mayor daño no está relacionado con sus intenciones, ya que desean la muerte del Gran Satán, tal como el régimen iraní llama a Estados Unidos, y el Pequeño Satán, que es como los ayatolás de Irán se refieren a Israel.

Como se mencionó, Irán representa una amenaza para Estados Unidos por varios motivos:

Terrorismo patrocinado por el Estado: Irán es el principal patrocinador del terrorismo en el mundo, respaldando grupos como Hezbolá, Hamás, los hutíes en Yemen, milicias islamistas en Irak, etc., que han atacado intereses estadounidenses y aliados.

Ataques contra tropas y diplomáticos: a lo largo de los años, Irán ha orquestado ataques contra fuerzas estadounidenses en Irak y Siria, y ha sido responsable de atentados contra embajadas y ciudadanos en el extranjero.

Amenaza al comercio mundial: los recientes ataques de los hutíes contra embarcaciones en el Mar Rojo han elevado el costo del transporte marítimo, afectando la economía global y, por ende, a Estados Unidos.

Programa nuclear y balístico: Irán sigue desarrollando su programa nuclear y misiles de largo alcance, lo que representa un peligro no solo para Medio Oriente, sino para todo el mundo.

Desafío a la hegemonía estadounidense: como se mencionó, permitir que Irán opere sin restricciones socava la influencia de EEUU en la región y fortalece a actores como China y Rusia, que buscan desplazar el liderazgo estadounidense.

La responsabilidad de Estados Unidos como potencia global

El argumento de la no intervención se basa en una visión miope de la seguridad nacional. La historia ha demostrado que ignorar amenazas emergentes fuera del territorio nacional no impide que eventualmente afecten a EEUU directamente. 

Desde Pearl Harbor hasta los atentados del 11 de Septiembre, las grandes crisis han surgido cuando se ha subestimado la amenaza externa.

La geopolítica requiere de medidas inteligentes y largoplacistas

Estados Unidos debe contener la amenaza iraní antes de que sus consecuencias sean aún más costosas. Las publicaciones en X o Instagram aplaudiendo el aislacionismo extremo no podrán defendernos entonces. 

Parlotear es muy sencillo, exigir que cesen las guerras es un deseo de la gran mayoría de las personas en el mundo libre, pero es necesario ser responsables y no caer en la demagogia extrema para ganar seguidores o mostrarse como anti-establishment desde la comodidad de Occidente mientras hay tantas personas muriendo en defensa del mundo libre, porque la gran mayoría de los occidentales no quiere vivir bajo una dictadura comunista o islamista.

Cabe señalar que la política de Trump de priorizar el fin de las guerras es positiva. Sin embargo, sabe que debe aplicarse inteligentemente y pensando en el largo plazo, ya que entiende que su implementación no debe significar un suicidio.

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