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Alrededor de 200 personas asesinadas en el "peor atentado terrorista" islamista de Burkina Faso

Las autoridades locales hacen de menos este ataque al ser incapaces por contrarrestar la influencia de los grupos armados vinculados a Al Qaeda en la región. 

Un helicóptero de la ONU despega en Burkina FasoFanny Noaro-Kabré / AFP

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Fin de semana sangriento del terrorismo islamista en Burkina Faso. Bandas armadas vinculadas a Al Qaeda han asesinado a alrededor de 200 civiles en la región al norte del país, de acuerdo con los primeros reportes. 

El principal ataque tuvo lugar en la localidad de Barsalogho, ciudad del norte del país ubicada a más de 90 millas de la capital, Uagadugú. La región es presa desde hace años de una creciente inseguridad que tiene a los grupos terroristas islámicos, que también practican el bandidismo, como principales culpables. 

Según la información que llega de las corresponsalías, los habitantes de la localidad dudaban acerca de levantar o no algunas defensas rudimentarias, bajo recomendación de la junta militar en el poder desde 2022 tras un golpe de Estado. Fue entonces cuando milicias armadas afines a Al Qaeda atacaron la localidad. 

Los terroristas habrían llegado al lugar, transportados en motocicletas y camionetas con gran movilidad, y habrían abierto fuego de manera indiscriminada contra la población y los militares destacados en la localidad. 

Los balances, inexactos, dan entre 140 y 200 muertos, además de varios centenares de heridos. De acuerdo con Radio France Internationale, que cita fuentes locales, habría al menos un fallecido en cada una de las familias del lugar. 

La junta militar no habría confirmado totalmente la cifras y parece preferir ocultar este incidente. De acuerdo con el medio francófono La Croix, sería el ataque más mortífero de los terroristas islamistas hasta la fecha en el país. 

Algunos de los heridos fueron evacuados al hospital de Kaya, a unos 45 km de Barsalogho. De acuerdo con La Croix, la única información oficial sobre el ataque en Barsalogho se dio al día siguiente del atentado, en la televisión nacional. La cadena estatal se centró en la visita de una delegación de la junta militar al hospital de Kaya para ver a los heridos. 

El portavoz del régimen no dio aclaraciones acerca del número de víctimas, los autores o sus motivos. La imprecisión se mantuvo en la edición del lunes 26 de agosto de los medios de comunicación burkineses, que se limitaron a repetir la información difundida el día anterior por la televisión estatal.

La Embajada de Estados Unidos condena el ataque

En un comunicado, la Embajada de Estados Unidos en Uagadugú emitió un comunicado para lamentar y condenar los ataques terroristas en la localidad de Barsalogho. 

​"Estados Unidos expresa también su profunda preocupación por los millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares por la actual violencia terrorista", reza el escueto comunicado de la delegación diplomático, que mantiene relaciones con la junta militar. 

La zona de las tres fronteras, enjambre del terrorismo islamista

La situación de violencia en Burkina Faso es mucho más aguda en el norte del país. En la región donde comparten fronteras Mali, Burkina Faso y Níger. Estos tres países, que están separados por unos límites extremadamente porosos, debido a las grandes extensiones desérticas que caracterizan su geografía, son un terreno perfecto para la expansión del terrorismo islamista. 

A partir de 2010, Al Qaeda para el Magreb Islámico encuentra en esta región un lugar perfecto para establecer bases de operaciones y captar a una juventud desilusionada y sin perspectivas de futuro. En muchas ocasiones, la actividad terrorista se mezcla con el bandidismo común como medio de sostén económico para las bandas armadas. 

La situación política tampoco ha mejorado. Desde 2020, la región del Sahel es el escenario de una sucesión de golpes de Estados, algunos con éxito, que reemplazan a los Gobiernos por juntas militares de transición, que persisten en el poder desde entonces. En Burkina Faso, un grupo de militares da un golpe de Estado encabezado por Ibrahim Traoré, ahora proclamado presidente. Situación parecida en Mali y Níger. En todos estos países, los nuevos Gobiernos han dado un volantazo geopolítico para acercarse a la Rusia de Putin y condenar a las potencias occidentales, en especial a Francia. 

La antigua potencia colonial, reconvertida en elemento pacificador y estabilizador manu militari en la región, se vio forzada a abandonar un escenario militar contraterrorista en el que se embarcó con la Operación Serval en 2013, seguida del mantenimiento de la paz con la Operación Barkhane. Desde entonces, las juntas militares colaboran con paramilitares rusos con un éxito dudoso en su propósito de traer paz al Sahel. 

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