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La Amenaza China

Un nuevo reporte con imágenes satelitales detalla la nueva base espía de China en Cuba

El régimen de Pekín dispone de varias infraestructuras de antenas para captar señales estadounidenses en la isla del Caribe e invierte para mejorar y aumentar capacidades. 

Imagen de la NASA tomada por el MODIS del satélite Aqua (NASA/GSFC/Jeff Schmaltz)

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China amplía sus capacidades de espionaje en la isla de Cuba. Un nuevo informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS en inglés), desveló las imágenes satelitales que detallan la presencia creciente de instalaciones de inteligencia de señales (SIGINT) que podrían captar comunicaciones e información sensible proveniente de la península de Florida, tanto civiles como militares. 

Esta información detallada, presentada bajo forma de un informe interactivo de varias página, amplía la información que la Casa Blanca confirmó en 2023. Entonces, Washington desclasificó una serie de documentos de inteligencia en los que se hablan de bases chinas en Cuba desde al menos 2019. 

El informe enumera en al menos cuatro las bases que China opera en la isla. Algunas de ellas están ubicadas en posiciones ya identificadas desde hace tiempo por Estados Unidos, ya que fueron utilizadas por la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Fue el caso de la instalación de la base de Bejucal, que almacenó las cabezas nucleares rusas durante la Crisis de los Misiles de 1962. 

A Bejucal le acompañan las bases del Salao, Wajay y Calabazar. La mayoría de ellas se encuentran en los alrededores de la capital de la Habana, a excepción de la base del Salao. Esta última se encuentra en la región de Santiago de Cuba, más cercana a la base estadounidense de Guantánamo. 

Esta base del Salao es la más reciente de las cuatro instalaciones operadas por China para llevar a cabo tareas SIGINT. De acuerdo con el informe, el CSIS analizó imágenes de satélite que cubrían 2.900 kilómetros cuadrados en los que descubrió un nuevo e importante sitio de recolección SIGINT en construcción justo al este de la ciudad de Santiago de Cuba, cerca de un barrio llamado El Salao. La estructura, cuya construcción comenzó en 2021, parece ser un gran CDAA con un diámetro proyectado de 130 a 200 metros. Los CDAA son conjuntos de antenas dispuestas en una configuración circular para llevar a cabo tareas precisas de recolección de información de señales. 

El informe del CSIS concluye que una vez operativa, este CDAA del Salao servirá como una poderosa herramienta para mejorar el conocimiento del dominio aéreo y marítimo en la región, donde el ejército estadounidense y sus socios internacionales operan con regularidad. Al parecer, algunos CDAA de este tamaño aproximado son capaces de rastrear señales a una distancia de entre 3.000 y 8.000 millas náuticas.

El Pentágono se mantiene alerta

A raíz de la publicación del CSIS, portavoces del Pentágono aseguraron que son conscientes de la situación en Cuba y de la intención de China de aumentar su presencia e infraestructura en la isla vecina. 

​El general de división Pat Ryder, declaró: "Sabemos que (China) va a seguir tratando de mejorar su presencia en Cuba". Añadió que "seguimos vigilando esto de cerca, tomando medidas para contrarrestarlo", añadió a periodistas.

La península de Florida está expuesta 

El territorio continental estadounidense más próximo a la isla de Cuba es la península de Florida. En este estado hay una serie de infraestructuras militares que podrían estar expuestas a las antenas de espionaje que China tiene desplegadas en Cuba. También están expuestas todas las bases espaciales de la NASA que tienen sede en Florida, como la del cabo Cañaveral. 

El informe asegura en este sentido, que China tiene un fuerte interés por evaluar los progresos de los lanzamientos de cohetes espaciales que SpaceX realiza desde la península floridana. "El estudio de estos lanzamientos -especialmente los de los cohetes reutilizables de primera etapa Falcon 9 y Falcon Heavy de SpaceX- es probablemente de gran interés para China, que intenta alcanzar el liderazgo de Estados Unidos en tecnología de lanzamientos espaciales", apunta el CSIS. 

Cuba lo niega todo

Después de que el CSIS publicara su informe, el régimen cubano hizo algunas declaraciones para desmentir la información del estudio. A través de sus redes sociales, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos F. de Cossio, cargó contra un artículo del Wall Street Journal que adelantaba la información presentada por el CSIS. 

"Persiste Wall Street Journal en lanzar una campaña de intimidación relacionada con #Cuba. Sin citar fuente comprobable o mostrar evidencia, busca espantar al público con leyendas sobre bases militares chinas que no existen y nadie ha visto, incluyendo una en la embajada de EEUU en Cuba", aseguró el viceministro. Su entorno añadió que se todo se trata de una campaña de desinformación. 

Comisarias chinas clandestinas

Las instalaciones de antenas y radares de China en el Caribe no son la única herramienta de la inteligencia del régimen de Pekín. En 2023, varios informes alertaron de la proliferación de comisarías clandestinas chinas repartidas por todo el continente americano. 

​Estas comisarias clandestinas operan tras la fachada de comercios o asociaciones, cuando realmente son delegaciones del Ministerio del Interior chino que sirven como puntos de coordinación para agentes y funcionarios del Gobierno comunista. A lo largo de los años anteriores, el DOJ y las autoridades estadounidenses llegaron a desmantelar varias de estas comisarias de inteligencia en Nueva York. 

​Según los últimos informes, se conoce la existencia de al menos 102 en 53 países diferentes, casi el doble de las que salieron a la luz en septiembre de 2022. De acuerdo con un reporte de Safeguards Defenders, existen 22 estaciones de Policía en el continente americano. La mitad de ellas se encuentran en Suramérica: dos en Argentina (ambas en Buenos Aires), tres en Brasil (Río de Janeiro, Sao Paulo y una en una ubicación desconocida), una en Chile (Viña del Mar), otra en Colombia (Bogotá), tres en Ecuador (Guayaquil, Quito y otra en una ubicación desconocida) y Perú (no se conoce su localización exacta).

​El Gobierno chino niega rotundamente su existencia. Además de llevar a cabo tareas de inteligencia en sus zonas de influencias, estas sucursales del Ministerio chino del Interior tiene también como objetivo el control de la diáspora china, sobre la cual puede ejercer presión según los intereses de Pekín. Es también una herramienta para la persecución de la disidencia política en el extranjero. 
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