Derek Chauvin recibió 22 puñaladas durante el ataque que sufrió en prisión

Así lo reconoció su atacante, John Turscak, un hombre de 52 años que le dijo a los investigadores que las heridas fueron provocadas con un cuchillo improvisado.

Derek Chauvin, el expolicía condenado por el asesinato de George Floyd, fue apuñalado a finales de noviembre por otro recluso en la prisión federal de Tucson, Arizona. Apenas unos días después, el propio atacante reveló que asestó a Chauvin 22 puñaladas durante el ataque.

La Fiscalía Federal identificó al otro recluso como John Turscak, un hombre de 52 años, que incluso reconoció que hubiera matado al expolicía si los agentes penitenciarios no hubiesen intervenido. Se enfrenta a cargos por intento de asesinato, agresión con intención de cometer asesinato, agresión con un arma peligrosa y agresión con resultado de lesiones corporales graves.

Según trascendió, el incidente ocurrió en la biblioteca de derecho de la Institución Correccional Federal de Tucson, donde Chauvin cumple una condena de 22 años. Turscak utilizó una suerte de cuchillo improvisado para atacarlo y mandarlo posteriormente a un hospital de la zona, donde los médicos lograron estabilizarlo.

De acuerdo con lo informado por Associated Press, el atacante les confesó a los investigadores que agredió al expolicía durante el Viernes Negro, el día después del Día de Acción de Gracias, como una conexión simbólica con el movimiento Black Lives Matter y el símbolo de la "Mano Negra".

El ataque había sido advertido por Greg Erickson, abogado de Chauvin, quien inicialmente advirtió que su cliente sería un objetivo dentro de la cárcel, por lo que había propuesto alejarlo de los otros reclusos.

El letrado también lamentó el accionar de la institución penitenciaria, alegando que no avisaron inicialmente a la familia de su cliente sobre lo sucedido.

"El hecho de que los familiares, encargados de las decisiones de Derek sobre su atención médica personal, y su contacto de emergencia no fueran informados tras su apuñalamiento, demuestra lo deficientes que son los procedimientos de la institución y su falta de control", sostuvo en palabras recogidas por AP.

El abogado también informó que los allegados del exoficial intentaron contactar numerosas veces con las autoridades del penal, todas sin éxito. Además, explicó que la información publicada por los medios de comunicación los lleva a suponer que se encuentra estable.

El atacante es un exinformante del FBI

Según informó LA Times, Turscak se convirtió en un informante del FBI en 1997, para luego ayudar a la agencia con una investigación que resultó en la acusación de más de 40 miembros y asociados de la mafia mexicana.

Sin embargo, su carrera dentro del FBI terminó antes de lo previsto, cuando admitió haber traficado drogas, autorizado agresiones y extorsionando a agentes en funciones, es decir, mientras recibía una compensación económica como informante.

Fue condenado a 30 años de prisión en 2001, luego de declararse culpable de extorsión y conspiración para matar a un rival de la pandilla carcelaria. "No cometí esos crímenes por gusto. Los cometí porque tenía que hacerlo si quería seguir vivo. Se lo conté a los agentes [del FBI] y me dijeron: 'Haz lo que tengas que hacer'", expresó Turscak frente a A. Howard Matz, juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos.