Cultura de la cancelación: famosos perseguidos por sus opiniones impopulares

J. K. Rowling, Johnny Depp o Scott Adams son algunas de las personas que perdieron varios contratos de trabajo tras ser víctimas de la dictadura woke.

Scott Adams es la última víctima de la cultura de la cancelación. Definida como "un fenómeno extendido de retirar el apoyo, ya sea moral, como financiero, digital e incluso social, a aquellas personas u organizaciones que se consideran inadmisibles como consecuencia de determinados comentarios o acciones". También incluye un llamamiento "a boicotear a alguien -usualmente una celebridad- que ha compartido una opinión cuestionable o impopular en las redes sociales", independiente de la veracidad o falsedad de estos comentarios u opiniones.

En este sentido, fueron muchas las celebridades que, al igual que Adams, sufrieron las consecuencias de ser 'cancelados' por la sociedad, siendo condenados al rechazo o, incluso, perdiendo importantes contratos de trabajo.

Nombres como J.K. Rowling, Liam Neeson o Johnny Depp estuvieron durante un largo periodo de tiempo rodeados de polémica y vieron como, al igual que sucedió con el humorista gráfico creador de Dilbert, eran criticados por manifestar sus ideas o actuar de un modo que la sociedad no aprobaba. Estos son algunos de los casos más sonados, en los últimos años, de celebrities que fueron canceladas por la cultura woke:

J. K. Rowling

La creadora de Harry Potter fue víctima de una polémica que, a día de hoy, aún la persigue. En su caso, fueron unos comentarios que hizo a raíz de un artículo los que desataron su cancelación. El 6 de junio de 2020, la escritora contestó a un artículo de opinión en el que se referían a las mujeres como "gente que menstrúa":

"Gente que menstrúa". Seguro que antes había una palabra para esa gente. Que alguien me ayude. ¿Wumben? ¿Wimpund? ¿Woomud? [en referencia a women] Opinión: Crear un mundo más igualitario para las personas que menstrúan después de COVID-19

Ese tuit fue el detonante de todo lo que sucedió después. Tras ser publicado, Rowling comenzó a recibir todo tipo de insultos y que ella misma compartió, solo 24 horas después, en su perfil de Twitter: "'Feminazi', 'TERF', 'pu**', 'bruja'. Los tiempos cambian. El odio a las mujeres es eterno".

En respuesta a esto, la popular escritora británica decidió contraatacar y, mediante un hilo de Twitter, argumentó sus razones para defender la afirmación que había dado el día antes y que había desencadenado todo:

Si el sexo no es real, no hay atracción por el mismo sexo. Si el sexo no es real, se borra la realidad vivida por las mujeres en todo el mundo. Conozco y quiero a las personas trans, pero borrar el concepto de sexo elimina la capacidad de muchas personas de hablar de sus vidas con sentido. Decir la verdad no es odio.

Ese hilo, en lugar de aclarar las cosas, las empeoró.  Muchos compañeros de profesión le dieron la espalda, entre ellos varios actores que aparecieron en la adaptación para la gran pantalla de Harry Potter como Emma Watson o Daniel Radcliffe.

Sin embargo, eso no acalló a Rowling. Dos años después, volvía a ser noticia y protagonizaba un nuevo capítulo en la cultura de la cancelación. Esta vez por situarse en contra de los artistas que apoyaron a la organización benéfica para los niños transgénero Mermaids. Una institución que, se había descubierto, tenía conexiones con los defensores de la pedofilia. Ese descubrimiento, argumentó Rowling, habría provocado el "pánico" de varias personalidades influyentes:

No dudo de que en estos momentos haya algunas llamadas telefónicas de pánico a la gente, de relaciones públicas por parte de ciertas corporaciones y celebridades, pero como permanecen completamente aisladas del grave daño que han permitido, mi simpatía puede medirse en dedales de mosquito.

Rowling volvía a ser atacada por el lobby trans. Pero contaba con apoyos como el de los actores Mark Hamill o Helena Bonham-Carter, que se pronunciaron sobre la cultura de la cancelación. El actor que interpretó a Lord Voldemort en Harry Potter, Ralph Fiennes, también acudía a ayudarla y se mostraba en contra, como aseguró durante una entrevista con The New York Times, de los insultos que la escritora recibía a diario:

El abuso verbal dirigido a ella es repugnante, atroz. Quiero decir, puedo entender el punto de vista de las personas que pueden estar enojadas por lo que dice sobre las mujeres. Pero ella no es un fascista obsceno y ultraderechista. Es sólo una mujer que dice: 'Soy una mujer y me siento una mujer y quiero poder decir que soy una mujer'. Y entiendo de dónde viene. Aunque yo no sea una mujer. 

Johnny Depp

El actor encargado de encarnar al capitán Jack Sparrow en la saga de Piratas del Caribe, Johnny Depp, también vivió en su propia piel las consecuencias de la cultura de la cancelación. Su mediático juicio contra su exesposa Amber Heard fue el final de una historia por la que el intérprete perdió tanto el contrato de Piratas del Caribe como su papel en la saga Animales Fantásticos.

Depp fue acusado de haber agredido a su entonces esposa, la también intérprete Amber Heard, en 2016. La actriz alegó en su demanda que ese era el motivo principal por el que solicitaba el divorcio, después de contraer matrimonio con el actor sólo 15 meses antes y se otorgó una orden de alejamiento por la que Depp debía mantenerse a más de 90 metros de Heard:

Soporté un abuso emocional, verbal y físico excesivo por parte de Johnny, incluyendo agresiones furiosas, hostiles, humillantes y amenazantes cada vez que cuestioné su autoridad o no estuve de acuerdo con él.

El actor negó las acusaciones. Y poco tiempo después, Heard retiraba la demanda de abuso físico. Ella y Johnny Depp enviaron un comunicado de prensa explicando que habían solucionado sus diferencias y que había llegado a un acuerdo:

Nuestra relación fue intensamente apasionada y por momentos volátil, pero siempre unida por el amor. Ninguna de las partes ha hecho falsas acusaciones por motivos financieros. Nunca hubo intención alguna de ocasionar daños físicos ni emocionales.

En enero de 2017 ambas partes firmaron el acuerdo. Todo parecía solucionado. Sin embargo, en diciembre de 2018, la pareja volvía a ser noticia. Amber Heard publicaba un artículo de opinión en The Washington Post en el que aseguró que era "una figura pública que representa el abuso doméstico". El artículo no mencionó el nombre de Johnny Depp pero todo el mundo dio por hecho que era él a quién Heard se refería. Tras esto, Depp perdía sus contratos en Piratas del Caribe y en Animales Fantásticos.

La situación fue a más y en diciembre de 2019 el Post volvía a publicar un artículo contra Depp. En esa ocasión, no se citaba la opinión de Heard pero sirvió para que, en marzo de 2020, el intérprete presentase una demanda por difamación contra su expareja. En ella, el actor pidió 50 millones de dólares catalogando las acusaciones de Heard como "demostrablemente falsas". Tras esto llegó el juicio de Depp contra el periódico The Sun, donde volvieron a acusarle de maltrato.

Sin embargo, el polémico juicio no llegó hasta 2022. Depp presentaba la demanda por difamación ante la corte de Virginia y, a pesar de que Heard intentó anularlo, no lo logró. El juicio se saldó con la victoria de Depp, a quien Heard debería pagar diez millones de dólares por difamación. Sin embargo, la actriz finalmente solo desembolsó un millón de dólares al actor tras rendirse, como aseguró en una publicación de Instagram:

 

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Roseanne Barr

Roseanne Barr fue una de las grandes humoristas de la década de los 80 y los 90 y  otra conocida víctima de la cultura de la cancelación. De hecho, su humor llegó a tal nivel que obtuvo su propia serie en la ABC titulada Roseanne. Décadas después, en 2018, la cadena americana anunció que la serie regresaría en forma de remake. La nueva sitcom estaría protagonizada por John Goodman, Sara Gilbert y Laurie Metcalf.

Sin embargo, poco después del anuncio, Barr cometió un error. Publico un tuit sobre la exasesora de Obama Valerie Jarrett por el que fue acusada de racista. Se trataba -según señaló- de una broma. Pero Barr se dio cuenta de su fallo y pidió disculpas públicamente: "Pido disculpas a Valerie Jarett y a todos los estadounidenses. Realmente lamento haber hecho una mala broma sobre su política y su apariencia. Debería haberlo sabido mejor. Perdóname, mi broma fue de mal gusto", tuiteó minutos antes de anunciar que dejaba Twitter.

Su gesto no sirvió de nada. El remake de Roseanne se cancelaba y Barr era expulsada de su agencia, ICM Partners. En lugar del esperado regreso de Roseanne, los directivos de ABC decidieron lanzar un spin-off denominado The Conners. La nueva comedia, centrada en los miembros restantes de la familia, anunciaba durante su piloto el paradero del personaje de Barr: había muerto víctima de una sobredosis de opioides recetadas.

Roseanne no fue lo único que perdió. La humorista sufrió bastante después de ser cancelada y, de hecho, terminó por eliminar su cuenta de Twitter. Por eso, recientemente, acudió al programa de la FOX, Tucker Carlson Today, para anunciar que haría un especial titulado Roseanne Barr: Cancel This! En esa entrevista también habló de lo que había  lo que suponía para ella regresar al escenario y poder hablar, públicamente, sobre su cancelación:

Y estoy muy feliz porque tienes que ser más ofensivo cuando la cultura es tan ofensiva que no tiene absolutamente ningún sentido que sea anti-vida, anti-humano, anti-cultura, anti-ciudadano. Tienes que ser tan ofensivo para ofender la cosa más ofensiva que hay en la tierra en este momento. Y creo que lo he hecho.

Liam Neeson

Liam Neeson también fue víctima de la cultura de la cancelación en 2019. En su caso, fue durante la promoción de su película Cold Pursuit. Durante una entrevista con The Independent, el intérprete rememoró un incidente en el que un miembro de su familia aseguró haber sido violada. Tras esto, asegura la publicación, Neeson "vagó por las calles durante una semana llevando consigo pensamientos racistas y brutales". Neeson explicó al medio lo que había sucedido. Una familiar suya le había contado que había sido violada y, su reacción, la sorprendió:

Ella manejó la situación de la violación de la manera más extraordinaria. Pero mi reacción inmediata fue...Le pregunté, ¿sabía ella quién era? No. ¿De qué color eran? Ella dijo que era una persona negra.

Tras eso, al intérprete le pudo la rabia. Como narró al diario británico, durante los siguientes días estuvo paseando por las áreas en las que residen los ciudadanos negros en busca de "poder desatar la violencia física":

Después de eso, hubo algunas noches en las que salí deliberadamente a las áreas negras de esta ciudad, buscando ser atacado para poder desatar la violencia física. Lo hice tal vez cuatro o cinco veces. Realmente me sorprendió, este impulso primario que tenía. Me sorprendió y me dolió. Busqué ayuda. Fui a ver a un sacerdote. Tenía dos muy buenos amigos con los que hablé, y lo creas o no, caminar con poder, para deshacerme de esto.

A pesar de que Neeson nunca justificó sus actos, el mero hecho de contar esta dura experiencia a un periodista y permitir que éste lo publicase le hizo ser víctima de la cultura de la cancelación. La alfombra roja de Cold Pursuit se canceló a los pocos días y, tras aparecer en Good Morning America en un intento de aclarar lo sucedido durante una charla con Robin Roberts, varios de sus actos promocionales también se anularon.

Scott Adams

El humorista gráfico Scott Adams es el último ejemplo de famoso víctima de la cultura de la cancelación. En su caso, el detonante fueron las declaraciones que el creador de Dilbert dio en uno de sus vídeos de YouTube. En el video, el humorista aseguró que los negros estadounidenses son un "grupo de odio" tras ver un vídeo en el que una pluralidad de ciudadanos negros denigraban a los blancos:

Tal y como están las cosas, el mejor consejo que daría a los blancos es que se alejen de los negros. Aléjense de una maldita vez. Vaya donde vaya, aléjese. Porque esto no tiene arreglo. Esto no tiene arreglo. Así que no creo que tenga ningún sentido, como ciudadano blanco de Estados Unidos, seguir intentando ayudar a los ciudadanos negros. No tiene sentido. Ya no hay un impulso racional. Así que voy a dejar de ser útil a la América negra porque no parece que merezca la pena.

Tras esto, todos los medios de comunicación y las editoriales cancelaron las viñetas de Dilbert en rechazo a las afirmaciones que Scott Adams había realizado. Sin embargo, lo peor estaba aún por llegar y sólo un día después de que Dilbert fuese censurado, su creador, aseguraba que su editor había renunciado y que, además, había perdido los contratos editoriales de trabajos no vinculados a Dilbert:

Mi editor de libros no pertenecientes a la saga Dilbert ha cancelado mi próximo libro y mi catálogo entero. Aún no hay desacuerdo sobre mi punto de vista. Mi agente literario también me canceló.