Un hospital en Boston trasplanta a un hombre un riñón de cerdo modificado genéticamente por primera vez en la historia

El paciente se encuentra en recuperación. Los doctores esperan que la operación le permita evitar la necesidad de someterse a diálisis.

El sábado, durante cerca de cuatro horas, cinco cirujanos en una sala de operaciones de Boston trasplantaron un riñón de cerdo modificado genéticamente a un humano vivo. La noticia recorrió el mundo cinco días más tarde, cuando, este jueves, el Hospital General de Massachusetts (MGH) finalmente dio a conocer la novedad: es la primera vez en la historia que se realiza "con éxito" una cirugía semejante. Otro premio a la vitrina del centro, que se jacta de haber realizado el primer trasplante exitoso en humanos (1954) y el primero de pene en el país (2016).

 

El paciente, Richard Slayman, de 62 años, había sido diagnosticado con una enfermedad renal terminal. "Quiero dar las gracias a todas las personas del Mass General que se han preocupado por mí... Me han apoyado en cada paso del camino, y tengo fe en que seguirán haciéndolo", dijo el Slayman, de Weymouth, Massachusetts, en declaraciones compartidas por el hospital. También afirmó que cuando le explicaron cómo era el tratamiento, entendió que no era solamente "una forma de ayudarme a mí, sino una de dar esperanza a las miles de personas que necesitan un trasplante para sobrevivir".

Desde el hospital explicaron que el procedimiento había sido un "gran hito" en la búsqueda de caminos para reducir la escasez mundial de órganos. Citando datos de la United Network for Organ Sharing, aseguraron que más de 100.000 estadounidenses están esperando un trasplante -la mayoría, riñones-. Unos 17 de ellos mueren por día.

La esperanza es que poder usar células, tejidos u órganos de otras especies en humanos -llamado "xenotrasplante"- reduzca la lista de espera a cero. En el caso de Slayman, se utilizó un riñón de cerdo con 69 ediciones genómicas. Estas incluyen tanto la eliminación de genes dañinos del cerdo como la incorporación de otros, humanos, para incrementar la compatibilidad.

Aunque el personal médico celebró los resultados por todo lo alto -Slayman muestra señales de recuperación: camina por los pasillos del centro y su nuevo riñón ya comenzó a producir orina-, seguirán monitoreando el caso de cerca. Como en todo trasplante, existe el riesgo de que el sistema inmunológico del receptor reconozca al órgano como ajeno y por tanto una amenaza a eliminar. A diferencia de todo otro trasplante, reconocen que, como no hay antecedentes: "No sabemos cuál es el riesgo de rechazo".

El éxito definitivo, explicaron, sólo se podrá festejar si Slayman no requiere de más diálisis, un tratamiento que reemplaza la función de los riñones de limpiar la sangre. Por lo pronto, se espera que pueda volver a su casa en menos de una semana.