Muere la canadiense a la que se le desestimó un trasplante por no querer vacunarse contra el covid

Sheila Annette Lewis demandó al Servicio de Salud de Alberta, Canadá, por exigir la vacuna contra el covid para recibir un trasplante de órgano.

Sheila Annette Lewis murió la semana pasada a consecuencia de su enfermedad grave y tras ser rechazada para un trasplante por el Servicio de Salud de Alberta, Canadá. La mujer, de 58 años de edad, se hizo conocida después de demandar a las autoridades sanitarias por exigir la vacuna contra el covid para ser receptora de un órgano.

El Centro de Justicia para las Libertades Constitucionales fue el encargado de dar la noticia el pasado jueves a través de un mensaje en X (Twitter). Tras ser rechazada por el sistema sanitario canadiense, Sheila Annette Lewis recaudaba fondos para poder viajar a Estados Unidos y recibir allí un trasplante de órgano.

De acuerdo con los medios canadienses, a Sheila Annette Lewis la diagnosticaron con una enfermedad terminal en 2018 y entró entonces en la lista de espera de trasplantes del Servicio de Salud de Alberta. Como requisito del programa de trasplantes, Lewis actualizó con nuevas dosis sus vacunas infantiles.

Tres años después, pasada la pandemia y los confinamientos de 2020, las autoridades sanitarias de Alberta añadieron la vacuna contra el covid a la lista de requisitos para obtener el trasplante. De acuerdo con el National Post canadiense, dados los elevados riesgos de muerte tras un trasplante y el estado de inmunodepresión de los pacientes trasplantados, la vacuna Covid-19 se consideró crucial.

Sentencia contra la libertad

Lewis se negó a vacunarse del covid y decidió demandar al Servicio de Salud de Alberta. "Tomar esta vacuna atenta contra mi conciencia. Debo poder elegir lo que entra en mi cuerpo, y no se me puede negar un tratamiento que me puede salvar la vida porque he decidido no tomar un tratamiento experimental para una enfermedad - Covid-19 - que no tengo y que puede que nunca tenga", dijo Lewis en una declaración jurada recogida por el National Post.

Lewis perdió el juicio contra el Servicio de Salud de Alberta y tampoco tuvo la opción de apelar a una instancia superior. El fallo de la Corte Superior de Alberta estimó que dar la razón a Lewis habría supuesto graves problemas para la política pública canadiense, al sentar precedente con el caso Lewis.