Las calles de Ridgely, Maryland, quedaron este miércoles sin ni un policía. Un comunicado de cuatro oraciones, subido a la web del oficial del pueblo, explicaba:
Los comisionados de Ridgely suspendieron con sueldo a la totalidad del Departamento de Policía de Ridgely, con efecto inmediato, a la espera de la investigación de la Oficina del Fiscal del Estado de Maryland.
"Lo más preocupante es que no se comunican con nosotros de una manera honesta y abierta", protestó una esteticista, dueña de un spa local, en declaraciones a AFP recogidas por The Baltimore Sun. "Te hace cuestionar la integridad de las personas que se supone que deben proteger y servir".
Otro residente de Ridgely, miembro de un negocio familiar que lleva más de 40 años en el pueblo, sostuvo en declaraciones al mismo medio que la suspensión de todo el departamento de policía "no tiene sentido". "Todo el mundo es escéptico sobre lo ocurrido. Sólo queremos saber cómo y por qué".
A falta de explicaciones certeras de las autoridades, han circulado múltiples especulaciones, fundadas sobre todo en que algunos agentes del pueblo fueron objeto de escrutinio por conducta irregular en el pasado. Un ex jefe de Policía estuvo involucrado en la muerte de Anton Black en 2018, por lo que Ridgely pagó a la familia del fallecido. Otros oficiales (al menos dos) habían sido contratados a pesar de tener antecedentes.
Mientras continúa la inhabilitación, los comisionados pidieron a los cerca de 1.600 vecinos que sigan llamando al 911 en caso de emergencia, ya que otros servicios públicos cubrirán las tareas de la Policía. También colaboran agentes estatales y del condado de Caroline.
