Israel se prepara para el desafío definitivo: el asalto de los túneles de Hamás en Gaza

Los terroristas disponen de 500 kilómetros de pasadizos por debajo de la superficie con centros de mando y arsenales inalcanzables para los misiles convencionales de la aviación.

Israel reiteró que no dará la guerra por terminada hasta la erradicación de Hamás. Una afirmación que pasa, sí o sí, por la destrucción de los túneles que la organización terrorista mantiene debajo de "los hospitales, escuelas, mezquitas y hogares" de Gaza. Dada la complejidad y profundidad a la que se encuentran, los ataques de la aviación con armamento convencional son prácticamente inútiles y tan sólo la entrada de tropas a pie, respaldadas por la entrada de soldados y tanques en la superficie pueden garantizar el éxito. No obstante, esta estrategia supone un número elevado de bajas militares y civiles.

Los túneles, prueba del robo de Hamás a los palestinos

En 2021, Hamás aseguró que había unos 500 kilómetros (311 millas) de túneles por debajo de Gaza. En un primer momento, estos túneles se utilizaban para el contrabando con Egipto e Israel. Desde la llegada de Hamás al poder, en 2007, los terroristas comenzaron a reformarlos y reforzarlos, convirtiéndolos en una fortaleza subterránea. Las FDI estiman que existen unos 1.300 túneles en estos momentos. A través de esta red, construida como un laberinto, los terroristas pueden lanzar ataques a Israel y desaparecer, así como facilitar los cambios de ubicación de personas, trasladar mercancías, albergar cohetes y depósitos de munición y, además, servir de base a sus dirigentes. Los soldados israelíes se refieren a ellos como el metro de Gaza.

La complejidad y el presumible coste de una obra de esta magnitud confirma las acusaciones de Israel y otros críticos de Hamás de que el grupo terrorista que gobierna Gaza está aprovechando los fondos que se entregan para la población gazatí para fines terroristas. Por ejemplo, los túneles han sido reforzados por toneladas de hormigón para convertirlos en búnkeres inexpugnables, entregadas en su momento por terceros países y ONG como ayuda a los civiles de la ciudad para sus viviendas.

Inalcanzables por armamento convencional

Sin embargo, han servido para convertir en aún más inexpugnables estos túneles frente a ataques aéreos. Algunos expertos apuntan que existen dos niveles de profundidad en esta infraestructura, un primero a unos 30 metros bajo el suelo al que es difícil afectar con misiles convencionales y un segundo, en el que se encuentran los centros de mando y los arsenales, situado entre 70 y 80 metros por debajo de la superficie, totalmente inalcanzable, salvo por armamento nuclear. Además, dada la densidad de edificios en la franja, cualquier ataque aéreo para inutilizar los túneles conllevaría la destrucción de un alto número de edificios civiles.

Por debajo de hospitales, mezquitas y residencias

Los terroristas, además, han creado una doble estategia para las salidas o entradas a la superficie. Por un lado, han situado varias camufladas en lugares estratégicos como hospitales, la sede de la Naciones Unidas sobre el terreno, o mezquitas y hospitales. Dada la densidad de población de la Franja, es obvio que muchas se encuentran en zonas residenciales. Pero, además, otro numero considerable de accesos han sido situadas en descampados desde los que Hamás puede efectuar los disparos de cohetes contra las ciudades de Israel o infiltrar a sus miembros, haciendo que su localización por las tropas israelíes sea especialmente ardua.

Los rehenes posiblemente se encuentren en los túneles

Además, Yocheved Lifshitz, la rehén liberada por los terroristas la pasada semana, apuntó que el resto de secuestrados por Hamás se encuentra muy posiblemente retenidos en los túneles, que describió como "un laberinto" que recorrieron durante kilómetros. Teniendo en cuenta que a este grupo no le tiembla el pulso en utilizar a sus propios conciudadanos como escudos humanos, no es descabellado extrapolar que planean hacer lo mismo con estos prisioneros, complicando aún más la operación.

Israel prepara armas y dispositivos de última generación para entrar en los túneles

Con esta realidad, la única estrategia que permitiría a Israel cumplir su objetivo pasa por el ataque sobre el terreno. Y esto implica un ataque coordinado en la superficie y la entrada de tropas en los túneles, lo que promete un baño de tropas en ambos escenarios. Las tropas desplegadas bajo tierra tendrían que enfrentarse, desde el total desconocimiento de los túneles, a un enemigo que los conoce palmo a palmo y que tendrá preparadas emboscadas y trampas para maxificar las bajas o facilitar la captura de soldados como rehenes. Esto hace que Israel lleve años preparando robots y otros dispositivos tecnológicos que le pueda permitir reducir el número de soldados caídos en este terreno. No obstante, su utilidad y eficacia reales están por demostrar.

Una de las novedades que Israel podría probar son las llamadas "bombas esponja". Se trata de un arma de nueva generación que lleva dos líquidos separados por una barrera que, al estallar, reaccionan al contacto y se endurecen, creando una barrera que cegaría el túnel y permitiría a los soldados arrinconar a los terroristas y crear rutas seguras mientras buscan rehenes, según informa The New York Post. Según oficiales de las IDF, este armamento ha sido probado en una mini Gaza creada para entrenar a los soldados en el desierto del Negev. Durante las prácticas, algunos militares perdieron la vista por el contacto con los líquidos.