Francia: los agricultores cortan las carreteras y el Gobierno anuncia medidas

El primer ministro Gabriel Attal prometió la interrupción de la subida de los impuestos y los precios del combustible, principal reclamo de los manifestantes.

Los agricultores franceses declararon la guerra al Gobierno francés debido a que, según alegan, se está priorizando las importaciones de productos desde el extranjero y a la competencia desleal existente. También se quejan de los elevados impuestos y precios de los combustibles que dificultan la labor agrícola. Una protesta similar -aunque cada uno con sus motivos particulares- a la que se vive en otros países europeos como Alemania, Países Bajos, Rumanía o Polonia y que podría extenderse a otras naciones como España.

En Francia, la situación llevó a los agricultores a bloquear varias de las principales carreteras, incluso interrumpieron el tráfico con piquetes en las principales vías que desembocan en la capital, París. Aparte, se convocaron multitudinarias manifestaciones y protestas -respaldadas por los sindicatos- en varios puntos del país.

El Gobierno pacta ayudas

Es la primera crisis a la que se enfrenta Gabriel Attal desde que asumió su cargo a comienzos de año. El nuevo primer ministro francés trató de placar los ánimos de los agricultores anunciando una batería de medidas para ayudar al sector.

Entre esas iniciativas, Attal prometió que su Administración finiquitará la subida de precios de los combustibles -uno de los principales reclamos de los afectados- y anulará la escalada de los impuestos sobre el carburante para tractores u otros vehículos de uso agrícola, algo que instó la Unión Europea (UE) para reducir las emisiones contaminantes.

Francia se opone al acuerdo entre la UE y Mercosur

Las protestas coinciden con el día en el que Francia confirmó su oposición al pacto entre la UE y los países sudamericanos integrantes de Mercosur. Tanto el Gobierno francés como los agricultores creen que la firma de este acuerdo supondría una competencia desleal de los productos procedentes de Sudamérica.

Por su parte, la UE señala que el pacto sería importante para "incrementar el comercio y las inversiones bilaterales con reglas más estables, reducir los aranceles y promover valores conjuntos como el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático", entre otros argumentos.