Este martes, Estados Unidos anunció una serie de sanciones dirigidas a individuos y empresas acusadas de facilitar transacciones financieras y actividades comerciales ilícitas que benefician directamente al ejército de Irán, a los rebeldes hutíes en Yemen, a miembros de Hezbolá en el Líbano, así como al régimen sirio.
En uno de los comunicados, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro explicó que Estados Unidos sancionó a seis empresas, dos petroleros y un cambista de dinero con sede o registrados en Liberia, India, Vietnam, Líbano o Kuwait, por financiar las actividades ilícitas del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica-Fuerza Qods (IRGC-QF) y sus grupos asociados.
Esta acción marca la sexta ronda de sanciones impuestas desde diciembre de 2023 contra la red hutí Sa'id al-Jamal, con sede en Irán y respaldada por IRGC-QF, que utiliza empresas y embarcaciones para facilitar envíos de mercancías en beneficio de grupos terroristas.
En otro comunicado a parte, Estados Unidos también anunció la imposición de sanciones a 11 individuos y a entidades acusadas de facilitar transferencias financieras al Gobierno sirio y de estar involucradas en el tráfico de una anfetamina altamente adictiva llamada Captagon.
El departamento explicó que la producción y el comercio ilícito de Captagon se ha convertido en una industria en auge con el presidente sirio Bashar Al-Assad en el poder, lo cual no solo alimenta las arcas del régimen, sino que también lo utiliza para eludir las sanciones internacionales y llevar a cabo transferencias financieras a través de empresas sirias de servicios monetarios.
“Los beneficios ilícitos de estas actividades sostienen la represión del régimen de Assad contra los sirios y también socavan la estabilidad, la seguridad y la salud pública en toda la región”, denunció Estados Unidos.
Conflictos en el Medio Oriente
Cabe recordar que estas sanciones se producen en medio de una serie de conflictos y tensiones en la región, incluida la guerra entre Israel y Hamas en Gaza, que ha avivado preocupaciones sobre una posible escalada del conflicto y su impacto en la estabilidad regional.
Los enfrentamientos entre militantes de Hezbolá y las tropas israelíes en la frontera sur del Líbano son cada vez más constantes, lo que ha provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas en ambos lados.
Mientras tanto, en Yemen, los rebeldes hutíes han intensificado sus ataques lanzando drones y misiles contra barcos en el Mar Rojo, con el objetivo de ejercer presión sobre Israel y poner fin a la guerra. Estados Unidos y sus aliados han intentado contener estos ataques mediante acciones militares, pero los hutíes han persistido en su campaña, desafiando las sanciones y el aislamiento internacional.
