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En defensa de los valores conservadores: la derecha femenina, el poder tradicional que gana fuerza

Cada día son más las mujeres que están en contra de las políticas de izquierda y de la ideología progresista. Grupos y organizaciones como Moms for Liberty, Latinas for Trump, Turning Point Action  y The Riley Gaines Center son un ejemplo de ello. 

Megyn Kelly, María Corina Machado, Giorgia Meloni, y más mujeres conservadorasAFP

El crecimiento de la derecha femenina es un fenómeno que se afianza en varias partes del mundo, especialmente en Estados Unidos. El movimiento gana fuerza a medida que más mujeres adoptan posturas conservadoras y se convierten en figuras influyentes dentro de la política, los medios y las organizaciones sociales. 

Las mujeres en la derecha han empezado a contradecir con hechos la narrativa progresista que asocia el feminismo sólo con posiciones de la izquierda radical. Estas mujeres promueven valores como el conservadurismo cultural, la protección de la familia y el escepticismo hacia las políticas de ideología de género.

El crecimiento es notorio y se evidencia hasta en las elecciones. En los últimos comicios, Kamala Harris mantuvo una ventaja de sólo 10 puntos sobre el presidente electo Donald Trump (54% vs 44%).

Y es que a pesar de ser mujer, la ventaja de Harris no alcanzó la obtenida en 2020 por el presidente, Joe Biden, quien superó a Trump por 15 puntos, ni la de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton en 2016, que obtuvo una diferencia de 13 puntos.

No al aborto, no a la ideología de género...

Las mujeres de derecha defienden firmemente las políticas conservadoras, abogando por restricciones en temas como el aborto, promoviendo la libertad económica, oponiéndose a la ideología de género, y a la imposición de esta ideología en los menores de edad. También se oponen a la 'igualdad' desequilibrada biológicamente entre hombres y mujeres que impone la izquierda (hombres en deportes femeninos, en baños de mujeres, entre otros).

A nivel mundial suenan figuras como Giorgia Meloni -actual primer ministro de Italia- que defiende valores tradicionales, la soberanía nacional, un modelo económico que proteja a las pequeñas y medianas empresas, políticas para fomentar la natalidad en Italia y reformas que reduzcan la burocracia. Su lema es: "Dios, patria y familia".

En Reino Unido, Kemi Badenoch -líder del Partido Conservador inglés- es una política conservadora que defiende valores tradicionales. Su defensa del libre mercado, la libertad de expresión y el patriotismo resuena especialmente entre votantes que rechazan las políticas progresistas.

María Corina Machado es otro ejemplo de una política que se ha convertido en referencia a nivel mundial por su fuerte lucha en contra del régimen dictatorial venezolano. Machado hace eco de su apoyo a la democracia y libertad individual, aboga por una economía de mercado con menos control estatal, privatización de empresas públicas y la eliminación del control cambiario y de precios. 

En Estados Unidos se afianza la derecha femenina

En EEUU, Megyn Kelly es una periodista conocida por la población por su postura conservadora. Durante años trabajó en Fox News y siempre ha sido crítica de las políticas de género y raza impulsadas por sectores progresistas, especialmente en temas como la educación de niños y la promoción de ideología de género en escuelas. Así como defiende la 'igualdad de género', es crítica de políticas que, según ella, desdibujan roles tradicionales de la familia o promueven divisiones entre hombres y mujeres.

Mujeres como Elise Stefanik y Kristi Noem -figuras prominentes del Partido Republicano- son otro ejemplo, conocidas por sus posturas conservadoras en temas sociales, económicos y de política nacional. 

Stefanik -recientemente nombrada por el presidente electo Donald Trump como embajadora de la ONU- es una defensora de reducir impuestos y promover políticas que beneficien a las pequeñas empresas y a las familias trabajadoras. Por otro lado, es conocida por haber criticado los programas progresistas en escuelas públicas, como la teoría crítica de la raza, y promueve políticas educativas que respeten "los valores familiares tradicionales".

Asimismo, Noem (gobernadora de Dakota del Sur, y designada Trump para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional) es una defensora activa de políticas antiaborto. También defiende su postura anti-globalista.

Riley Gaines (famosa nadadora defensora de los derechos de las mujeres -frente a los hombres trans- en los deportes femeninos) ha utilizado su influencia para movilizar a las bases y desafiar las posiciones que aseguran que los hombres y mujeres somos iguales biológicamente. Argumenta públicamente las desventajas de una mujer por sus funciones biológicas (menos fuerza, menos rapidez) las cuales no se comparan a las de un hombre entrenado en igualdad de condiciones.

Mujeres hispanas conservadoras 

En VOZ hemos contado con la presencia de grandes figuras femeninas hispanas conservadoras. Vianca Rodríguez -quien actualmente es la subdirectora de Comunicaciones Hispanas de la campaña de Trump y del RNC- declaró en un debate en el show de La Brújula que "el Partido Demócrata no es el partido que alguna vez quizás fue bajo John F. Kennedy"

"El Partido Demócrata promueve ideas antiamericanas, anti estadounidenses.. lo que promueve es políticas socialistas y comunistas que incentivan más violencia en el país". 

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Rodríguez también comentó en exclusiva para VOZ de donde nace su atracción hacia las políticas conservadoras y nos reveló un cambió de postura en sus pensamientos:

Mi cambio ideológico se lo atribuyo en gran parte a mi hermana mayor quien me motivó a buscar más información, aprender del otro lado de la moneda, y me ayudó entender que realmente siempre he sido conservadora y por ende más identificada con el Partido Republicano que el Demócrata. Me crié en un hogar cristiano, íbamos a la iglesia los domingos, nunca estuve a favor del aborto, mis abuelos siempre fueron dueños humildes de una panadería en nuestro pueblito de Añasco y me mataba ver como el poco dinero que se ganaban con el sudor de su frente tenía que irse una gran parte hacía pagos regulatorios e impuestos al gobierno que nunca lograba hacer los cambios para bien para nuestra comunidad ni el resto de la isla. 

Esto sucedió en mi primer año de universidad, en el segundo semestre, justo cuando estaban tomando lugar las primarias para las elecciones del 2016. Yo pensaba que estaba a favor de Bernie por sus promesas con la universidad, de la condonación de deudas estudiantiles (además que mi universidad en aquel entonces estaba REPLETO de izquierdistas y los profesores peores aún) pero luego de ver cómo éste pasó toda su campaña hablando pestes de Hillary y mencionando problemas totalmente preocupantes sobre ella solo para luego actuar como si nada hubiera pasado, actuar como amigos al respaldarla en la convención demócrata, ver lo vendidos que son y la falta de convicciones/valores que predominaba/todavía predomina el Partido Demócrata, ahí cambié mi apoyo hacia el Partido Republicano. Esto en cuestión de meses. 

Ya para agosto del 2016 estaba ayudando a unos amigos a establecer el primer capítulo de College Republicans en mi universidad y cuando me torné más pública con mis ideologías y activismo, ahí comenzó todo.

Al preguntarle sobre qué es lo que defiende de su tendencia política y su opinión respecto al 'feminismo progresista', Rodriguez respondió:

El capitalismo y el libre mercado. abogar para que las personas puedan lograr hacer lo que mejor les parezca con su dinero y que no sea el gobierno quien dictamine eso (igual con los gobiernos locales y estatales que ellos tengan más poder y menos regulaciones). Defender la vida en todas sus etapas y hacer lo posible por que las mujeres no sientan que deben resortar al asesinato del bebé por cuestiones económicas etc. Empoderamiento de la mujer y la defensa de nuestros valores y nuestras tradiciones. Y una sociedad más segura y saludable.

El 'feminismo radical progresista' es el oxímoron [contradicción] más grande de nuestra generación. Lo único correcto es que son radicales (pero radicalmente regresivos y peligrosos). Esta nueva ola de 'feminismo' lucha contra el feminismo tradicional, que es el que yo defiendo, porque busca incluir a hombres biológicos y personas trans a expensas de nosotras las mujeres biológicas. Ellos luchan por permitir que estas personas invadan nuestros espacios y nos obligan a aceptarlos como 100% mujeres como nosotras cuando no lo son y jamás lo serán. Han abandonado a su base primordial, que somos nosotras. Jamás sabrán lo que es la menstruación y sus consecuencias. 
Jamás sabrán lo que es luchar a diario con condiciones médicas sin cura que solo les afecta a las mujeres y sus órganos reproductivos (endometriosis, PCOS). 

Es un movimiento ofensivo. En vez de luchar por defender nuestros derechos existentes quieren modificar el título 9 de la constitución lo cual eliminaría y pondría en peligro la igualdad de oportunidades para las mujeres y niñas biológicas en deportes y educación, comprometiendo nuestra seguridad y privacidad. Un verdadero movimiento feminista, pro-mujer incluye proteger los derechos que hemos adquirido y que actualmente disfrutamos, pero también incluye expandirlo para seguir enfatizando soluciones prácticas que permitan fomentar más oportunidades educativas, profesionales, mientras se apoya la maternidad, la fertilidad, y la vida familiar. Y más investigaciones para entender la presencia de enfermedades crónicas sin curas como las que mencioné anteriormente (para eventualmente encontrar curas apropiadas y ayudar aliviar estos asuntos para las mujeres).

Driena Sixto (cubano-americana), directora para el sureste de Turning Point Action, también estuvo presente en un episodio de La Brújula, en el que argumentó como la Administración Biden-Harris destruyó la nación:

"El público vive la realidad (...) todos sabemos que durante estos últimos años la Administración de Harris y Biden ha acabado con el pueblo americano... los estadounidenses están furiosos".

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Otra de las presentes en VOZ es Catalina Stubbe, directora de Moms for Liberty (organización que aboga contra los estudios escolares que adoctrinan con la ideología LGBT), quien en el Podcast La Voz de Karina Mariani, expresó con preocupación -desde su maternidad- los peligros del adoctrinamiento en las escuelas y sobre cómo esta ideología woke y de género sexualizada está entrando en las mentes de los pequeños debido a la enseñanza en los centros educativos: 

"Mi problema es esa que le estén impulsado esa propaganda a los niños y que quieran cambiar la idea de los niños que quieran normalizar esa homosexualidad y ese pensamiento más sexualizado en los niños". 

Stubbe, quien es colombiana de nacimiento, expresó también su preocupación por los libros que leen los niños en las escuelas -muchos de los cuales- contienen material explícito no apropiado para menores de edad: 

"Desde temprana edad desde los niños que están aprendiendo a leer tienen libros que hacen parecer que son apropiados a los niños como el ABC … pero resulta que el 'B' es con la B de bisexual... por qué tú le estás enseñando un término que tiene que ver directamente con la sexualidad a un niño de tres, cuatro, cinco años en pre kinder y así sucesivamente... Hay una cantidad de libros que son totalmente inapropiados que les enseñan directamente como masturbarse a un niño esas son cosas que ni siquiera un padre se sentiría conforme para hablar, ahora imagínate que le pongan en el colegio un libro sobre eso. A mí me parece totalmente inapropiado es como si tú pones una película XXX disponible en los colegios, pues tú no vas a estar de acuerdo".

Principios basados en la tradición

Las mujeres conservadoras de derecha suelen defender una serie de principios y valores que incluyen: la familia tradicional, valores religiosos, restricciones en el aborto, libertad económica y bajo intervencionismo del Estado, patriotismo y soberanía nacional, no a la imposición de la ideología de género (mucho menos en menores), y tienen escepticismo hacia el feminismo moderno.

En general, las mujeres conservadoras de derecha defienden principios basados en la tradición, la responsabilidad individual y la preservación de estructuras sociales que consideran fundamentales para la continuidad de la sociedad como la conocemos. 

 

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