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Los siete pecados capitales de Kamala Harris

La derrota de la vicepresidente, más allá de la gran campaña de Donald Trump y sus colaboradores, viene marcada por su radicalismo, su debilidad en las entrevistas, su persecución a los cristianos y... Joe Biden 

Elecciones Presidenciales 2024 | Seguidores demócratas abandonan las concentraciones tras la derrota de kamala Harris.

Seguidores demócratas abandonan las concentraciones tras la derrota de Harris.AFP

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¿Por qué perdió -y por tanta diferencia- Kamala Harris? Mucha gente se hace esta pregunta en estos momentos, sobre todo entre quienes levantaron la vista de las encuestas en los últimos 15 días. Sin embargo, echando la vista atrás. la pregunta correcta es ¿realmente era una candidata para ganar? Elegida a dedo por el establishment demócrata para sustituir a un decrépito Joe Biden tras su desastroso debate con Donald Trump, nunca contó con la aprobación de los votantes. Ni siquiera el apoyo exagerado de los medios de izquierda, deseosos de evitar la victoria de Trump, pudo ocultar la verdadera cara de la vicepresidente, a quien la campaña se le hizo larga.

A continuación, vamos a analizar los principales problemas -los siete pecados capitales de la candidata más anticristiana de la historia- que han conducido a este resultado, sin desmerecer la labor de Donald Trump y su equipo para llegar y conseguir, no sólo los compromisarios necesarios para ser investido presidente, sino para conquistar el voto popular, convenciendo a más de la mitad de los ciudadanos que se acercaron a las urnas.

1. Reemplazo de urgencia y sin alternativas

Kamala Harris fue elegida de urgencia por el establishment demócrata para suplir lo antes posible a Joe Biden. Su designación se debió más a la falta de alternativas y a la premura por no dejar un vacío en la candidatura que por convicción, puesto que los datos que manejaban las élites del Partido Azul indicaban que las cifras de la vicepresidente eran incluso peores que las del líder del Ejecutivo. Es cierto que las negativas radicales de Gavin Newsom y Michelle Obama, los dos favoritos, a dar el paso, y las reticencias de Gretchen Whitmer o Pete Buttigieg tampoco les dejaban mucho margen.

2. Una corta campaña presidencial... que se le hizo larga a Kamala

Una de las principales razones para que los favoritos de los votantes demócratas se negaran a dar el paso fue el tiempo. A finales de julio, apenas había tres meses para montar una campaña que fuera capaz de derrotar a Trump. Algo que no incomodó a Harris, que ya estaba en la carrera como propuesta de vicepresidente de Biden, y que se vio ante la oportunidad de su vida de alcanzar la Casa Blanca tras su fiasco en las primarias de 2020. Paradójicamente, el problema del poco tiempo de campaña se convirtió en lo contrario para Harris, que perdió más de 1,5 puntos de ventaja en las encuestas en los últimos 15 días.

3. Una candidata radical

A pesar de que su campaña, con la inestimable ayuda de las plataformas de izquierda y estrellas de Hollywood, se esforzaron en presentarla como la candidata de la unidad y la moderación, los únicos mensajes en los que no se ha contradicho han mostrado claramente su radicalidad. Con la defensa a ultranza del aborto, incluso hasta el nacimiento, o la eliminación de medidas de control y diálogo político y bipartidismo, como el filibusterismo en el Senado, o su apuesta por medidas de corte comunista en la economía, los votantes no confiaron en ella.

4. Heredera del triste legado de la Administración Biden-Harris

La legislatura de Biden-Harris ha estado marcada por los malos indicadores económicos, la inflación, y la crisis fronteriza, junto con un aumento de la inseguridad y la persecución de los que pensaban diferente, especialmente de los cristianos y los provida. Este aspecto ha resultado muy pesado para una candidata que en ocasiones trató de renegar de su participación en ella y en otros aseguraba que "no cambiaría nada". Una postura difícil frente a los votantes que Kamala empeoró con su penosa gestión.

5. El silencio y las desastrosas entrevistas

Kamala Harris tuvo su momentum mientras se mantuvo en silencio con los medios. Su estrategia inicial de no conceder entrevistas ni ruedas de prensas le permitió, de la mano de los medios de izquierda, que la presentaban como una encarnación casi divina, llegar a superar por hasta 2,2 (según Real Clear Politics) y 3,3 (538) puntos de media según los agregadores. Una ventaja que se colapsó dramáticamente desde que se vio obligada a comenzar a acudir a los platós ya que sus propios aliados criticaban su mutismo mediático. Las últimas dos semanas fueron especialmente intensas, ya que se dejó más de un punto y medio en ese corto espacio de tiempo.

6. Joe Biden

Joe Biden se convirtió en el enemigo número 1 de su vicepresidente. Sus meteduras de pata en los peores momentos, como llamar "basura" a los seguidores de Trump junto con los choques de los equipos de ambos y las desautorizaciones públicas a Kamala fueron clave para debilitar la imagen de Harris

7. Ausencia en la Al Dinner 

Su rechazo a todo lo que pudiera sonar a cristiano tuvo su culmen con su sonada ausencia en la Al Dinner, una gala benéfica católica en la que todos los candidatos habían participado desde hace décadas. Un gesto que, unido a la persecución anticristiana de su Administración ha movido el voto de muchos creyentes que pensaban quedarse en casa y evitar "la peor pesadilla" para los fieles. Aún así, Harris puede considerarse afortunada, puesto que el último candidato que no se presentó en la gala perdió en 49 de los 50 estados.

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