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La tiranía de Maduro se roba las elecciones venezolanas

Los venezolanos salieron masivamente a votar y las estimaciones daban ganador, por amplio margen, a Edmundo González. Pero el régimen cometió un fraude, según denunció la oposición.

María Corina Machado, líder de la oposición venezolana

María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, este 28 de julioYuri Cortez / AFP

El régimen socialista de Nicolás Maduro, tras una jornada electoral maratónica en Venezuela, cometió un notorio fraude electoral que está siendo denunciado y condenado ampliamente por la comunidad internacional.

A pesar de todas las proyecciones en contra, el Consejo Electoral de Venezuela (CNE) anunció como ganador de las elecciones presidenciales al dictador Maduro con el 51,2 %. En tanto, atribuyó al candidato Edmundo González Urrutia, respaldado por la líder de la oposición María Corina Machado, el 44,2 % de los votos.

Según Elvis Amoroso, presidente del CNE, ente controlado por el chavismo, los resultados fueron presentados con el 80 % de los votos. Los mismos tendrían una tendencia “irreversible”. Dicho balance reportó una participación del 59 %. Minutos antes de las palabras de Amoroso, la oposición denunció irregularidades sistemáticas en los centros electorales de todo el país.

María Corina Machado asegura que la oposición consiguió "el 70% de los votos"

Tras conocer los resultados presentados por el régimen, la líder de la oposición, María Corina Machado, y el candidato Edmundo González, subrayaron que "el país eligió un cambio en paz" en una rueda de prensa conjunta. 

"Ganamos y todo el mundo lo sabe. Queremos decirle a toda Venezuela y el mundo que Venezuela tiene un nuevo presidente electo y es Edmundo González Urrutia. González Urrutia obtuvo el 70% de los votos y Nicolás Maduro 30%. Esta es la verdad. Felicitaciones, Edmundo", señaló Machado.

Tras el anuncio, la comunidad internacional empezó a reaccionar.

La reacción más importante, hasta el momento, pertenece al secretario de Estado, Antony Blinken, quien exigió un recuento "justo y transparente" de los votos de las presidenciales de Venezuela.

Antes de Estados Unidos, algunos países sudamericanos ya se posicionaron en contra del fraude electoral.

El presidente de Chile, el progresista Gabriel Boric, afirmó:

"El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable".

Javier González-Olaechea, cánciller de Perú, también hizo un pronunciamiento: "Condeno en todos sus extremos la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del gobierno de Venezuela. El Perú no aceptará la violación de la voluntad popular del pueblo venezolano".

La situación en Venezuela es muy tensa. Periodistas independientes reportan que Caracas, la capital venezolana, está militarizada y también que hay hechos de violencia en el interior del país.

Así transcurrió la jornada electoral, antes del fraude

Desde la noche del sábado y la madrugada del domingo, ciudadanos de todas las regiones del país se movilizaron hacia los centros electorales a pasar la noche en vigía, aguardando a que abrieran los centros y poder elegir entre los principales candidatos: el opositor Edmundo González, respaldado por la líder María Corina Machado, y el dictador Nicolás Maduro.

El hecho, inédito, fue un preámbulo de una jornada electoral histórica, con más de once millones de venezolanos acudiendo a las urnas a pesar de las amenazas, atropellos y delitos electorales cometidos por el régimen de Maduro a lo largo de la campaña y durante la propia jornada electoral. De hecho, en la última hora se reportó un hecho grave de violencia, con un ciudadano venezolano asesinado cuando un grupo de paramilitares chavistas irrumpió con disparos en un centro electoral en el estado Táchira, luego del cierre de las urnas.

La situación era realmente tensa.

María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, dio una rueda de prensa pasada las 19:00, una hora después del cierre de las mesas, donde afirmó que tienen los números y dio a entender que son alentadores, pero que todavía no pueden hacerlos públicos debido a las reglas electorales. En ese sentido, Machado reafirmó su mensaje a los venezolanos y a los testigos de meses: hay que proteger los votos.

“Necesitamos que todos estén en sus centros de votación acompañando a los testigos”, dijo Machado, antes de enviar un mensaje a los testigos electorales: “No se vayan de los centros de mesa sin sus actas”.

Las actas son las pruebas del conteo que se realizó en las mesas electorales, un papel crucial que la oposición necesita para validar un potencial triunfo que, según las estimaciones independientes, debería ser seguro.

De hecho, el diario The Wall Street Journal recogió una de las encuestas a boca de urna de la prestigiosa firma global Edison Research, que reseñó un contundente triunfo de la oposición venezolana: 65 %, Edmundo González; 31 %, Nicolás Maduro.

Sin embargo, a esa hora, las sirenas sobre un potencial fraude se encendieron.

Dos jerarcas de la dictadura chavista, los diputados Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, dieron declaraciones en conjunto dando a entender que el oficialismo se llevó las elecciones y que celebrarán por todo lo alto cuando el CNE de los resultados en su primer boletín.

"Una vez sea emitido el boletín, nos encontraremos donde ustedes saben", dijo Rodríguez, quien además de Cabello, estaba acompañado por su hermana, Delcy Rodríguez, la vicepresidente de Venezuela.

Asimismo, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, miembro de la cúpula chavista, sugirió públicamente que los números pertenecen al oficialismo: "Hoy vimos como un pueblo rechazó las sanciones".

Sin embargo, las palabras de Rodríguez, Cabello y Padrino López no solo contrastan con las encuestas a boca de urna independientes, sino también con la mayoría de los resultados a viva voz que se están dando en las mesas electorales de todas las regiones de Venezuela en este preciso momento, donde la diferencia entre Edmundo González y Nicolás Maduro es, sistemáticamente, ampliamente favorable al candidato opositor.

Por ejemplo, en el centro electoral La Concepción en Baruta, estado Miranda, la diferencia a favor de González fue inmensa: 2.459 votos a favor frente a 209 votos de Maduro.

En el centro electoral de Punto Fijo, estado Falcón: Nicolás Maduro obtuvo 648 y Edmundo González 2.226, según la lectura pública.

En el centro electoral en El Hatillo, Caracas: Nicolás Maduro llegó a apenas 43 votos, mientras que Edmundo González alcanzó 424.

A lo largo y ancho de Venezuela, los reportes preliminares marcan esta tendencia, en una jornada donde la diáspora venezolana, ubicada en unos ocho millones de personas, no pudo participar de las elecciones debido a las trabas de las autoridades electorales controladas por la dictadura de Maduro.

Si bien el padrón electoral venezolano oficial está ubicado en unos 21 millones de electores, la realidad es que solo un estimado entre 14 y 16 millones estaban aptos para votar. De ese número, según la participación nacional anticipada la oposición, al menos 11.7 millones se movilizaron a votar, aunque esa actualización no recoge las horas finales de votación.

Ahora, si bien el exilio venezolano no pudo ejercer su derecho al voto, sí participó del proceso. En todas las principales ciudades del mundo, los venezolanos se movilizaron y manifestaron al grito de libertad. Madrid, Miami, Nueva York, Washington, Texas, Bogotá, Medellín, Buenos Aires, Asunción, Santiago de Chile y desde todos los rincones del planeta sacaron sus banderas, entonaron su himno y acompañaron a la distancia un proceso histórico.

La comunidad internacional observa con atención los hechos en Venezuela

El senador Marco Rubio (R-FL), de origen cubanoamericano, siguió el proceso electoral y alertó con anticipación a la comunidad internacional de un potencial fraude: “Todo el mundo sabe que la participación masiva de los votantes como la que se ve hoy en Venezuela resultaría en una gran derrota por parte de Maduro. La ÚNICA forma en que gana es si intentan llevar a cabo un fraude masivo”.

La vicepresidente Kamala Harris, quien está a días de oficializarse como la candidata demócrata a la Presidencia, también envió un mensaje de corte institucional mientras se esperan los resultados oficiales.

"Estados Unidos apoya al pueblo de Venezuela que expresó su voz en las históricas elecciones presidenciales de hoy", dijo Harris en X (antes Twitter). “La voluntad del pueblo venezolano debe ser respetada. A pesar de los muchos desafíos, seguiremos trabajando por un futuro más democrático, próspero y seguro para el pueblo de Venezuela”.

A su vez, siete países de Latinoamérica, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, advirtieron en un comunicado en conjunto que siguen de cerca los acontecimientos en Venezuela.

“Los cancilleres de los países Argentina, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay seguimos de cerca los acontecimientos en Venezuela y consideramos indispensable que se cuente con garantías de que los resultados electorales respetarán a cabalidad la voluntad popular expresada por el pueblo venezolano en las urnas. Eso solo podrá conseguirse mediante un conteo de los votos transparente, que permita la verificación y control de veedores y delegados de todos los candidatos”.

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