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La coalición de ultraizquierda francesa quiere imponer un impuesto del 90 % a los ricos

El Nuevo Frente Popular también quiere aumentar el salario mínimo, controlar los precios de alimentos esenciales, electricidad, gas y gasolina; y aplicar un programa económico radical.

El líder de izquierda radical francés Jean-Luc MélenchonAFP

El Nuevo Frente Popular (NFP), la formación de ultraizquierda que quedó como primera fuerza política en las elecciones legislativas de Francia, quiere imponer un programa económico radical que va desde el aumento del salario mínimo hasta imponer un impuesto del 90 % a los más ricos.

Poco tiempo después de que el NFP se formara en junio, la coalición de ultraizquierda esbozó su ambicioso programa económico y también cómo lo financiaría.

Entre sus propuestas, están: aumentar el salario mínimo, controlar los precios de alimentos esenciales, electricidad, gas y gasolina, reducir la edad de jubilación a 60 años; e invertir fuertemente en servicios públicos y en una transición a las energías verdes.

¿De dónde saldría este dinero? De un nuevo impuesto del 90 % sobre cualquier ingreso anual superior a los 400.000€ (unos 432.570 dólares estadounidenses).

La propuesta del NFP, que está intentando exigir un primer ministro que aplique la totalidad de su programa de gobierno, va radicalmente en contra de la política fiscal del presidente francés Emmanuel Macron, quien como legado económico, tras flexibilizar el mercado laboral, redujo impuestos empresariales del 33 al 25 por ciento con el fin de impulsar las contrataciones.

Sin embargo, a pesar de que el Nuevo Frente Popular ahora es la primera fuerza política del Congreso francés, está muy lejos de la mayoría de 289 escaños y necesita del partido de Macron, Ensemble, para formar Gobierno y tener un primer ministro afín a sus políticas. 

Sin embargo, no está claro si Macron aceptará un primer ministro cercano a las agrupaciones más radicales del NFP o si, por el contrario, logrará negociar con los factores menos radicales para continuar con el primer ministro actual, Gabriel Attal, a quien no le aceptó la renuncia.

Por el momento, luce complicado que Macron acepte trabajar y formar gobierno con el partido Francia Insumisa, liderado por el extremista Jean-Luc Mélenchon, una de las figuras izquierdistas más radicales y divisivas de Francia.

Sin embargo, es posible que Macron busque tender su mano a otros partidos del NFP, como los socialistas y los verdes.

Mientas tanto, desde Francia Insumisa se está presionando a Macron para que renuncie y nombre a un primer ministro de ultraizquierda.

"El presidente debe nombrar primer ministro a alguien del Nuevo Frente Popular para implementar el programa del NFP, todo el programa y nada más que el programa", dijo Manuel Bompard, de Francia Insumisa. 

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