Elecciones en Irán: la presidencia se definirá en un balotaje tras una primera vuelta con una participación históricamente baja
Aunque el presidente se encuentra relegado a un segundo plano en el sistema iraní, podría ser clave a la hora de decidir al sucesor de la máxima autoridad, el ayatolá Ali Jamenei.
La presidencia iraní se decidirá en una segunda vuelta el 5 de julio. Participarán de aquellos comicios el diputado Masud Pezeshkian, con fama de reformista, y el ultraconservador Said Jalili, que acabaron la primera vuelta con el 42% y el 38% del voto, respectivamente.
Para evitar una segunda instancia, deberían haber superado el 50%. Aún más lejos, y ahora fuera de la contienda, quedaron el actual presidente del Parlamento, Mohamad Bagher Ghalibaf, y el religioso Mostafa Purmohammadi.
Las elecciones estuvieron marcadas por una participación históricamente baja. Sólo un 40% de los electores llamados a votar acudieron a las urnas, superando el récord negativo de 51% en 2021.
El ayatolá Ali Jamenei, máximo líder religioso y político del país, emprendió días antes de los comicios una campaña para promover la asistencia a las urnas, enfatizando la importancia de la "participación entusiasta" de los votantes para la unidad nacional y para enviar un mensaje a los enemigos externos.
Como parte de estos esfuerzos, se difundieron imágenes del mandatario votando y de su discurso posterior convocando, en un llamado de última hora, a las urnas:
Disidentes, sobre todo desde la diáspora, habían pedido a sus compatriotas que no participaran de los comicios convocados tras la inesperada muerte del entonces presidente Ebrahim Raisi, conocido como el carnicero de Teherán. El hashtag #ElectionCircus (Circo electoral) aglutinó en X algunas de estas críticas.
¿Hay posibilidad de un cambio?
El vencedor del viernes es el candidato más alejado de Jamenei y el resto de la cúpula del régimen iraní. Cirujano cardíaco y veterano de guerra, Pezeshkian (69 años) tampoco es un político novel: es diputado de una ciudad del noreste y fue ministro de Salud entre 2001 y 2005.
Aunque es definido como "reformista" por quienes aseguran que quiere acercarse a Occidente y sus críticas al Gobierno durante las protestas tras la muerte de Mahsa Amini, quien falleció en custodia policial por haber incumplido el código de vestimenta, múltiples analistas advierten que no deja de ser fiel al sistema teocrático actual.
Tras emitir su voto, por ejemplo, aseguró en palabras recogidas por el Times of Israel: "Respetaremos la ley del hiyab, pero nunca debe haber comportamientos intrusivos o inhumanos hacia las mujeres".
Incluso si quisiera realizar grandes cambios, señalan los expertos, el papel del presidente es secundario: el ayatolá es quien decide los destinos del país. Además, Pezeshkian despierta sospechas por ser uno de los pocos candidatos aprobados por un órgano de control para presentarse a la cita electoral. Sólo fueron avalados seis de ochenta.
En última instancia, sí destacan que el resultado del sufragio podría cobrar mayor importancia cuando sea hora de sustituir a Jamenei, que con 85 años lleva más de 30 años en el poder.