El 4 de Julio del descontento
El espectro de la estanflación va cobrando forma.
Cathie Wood, CEO de Ark Invest y gurú de la nueva economía, ha advertido: "Estamos en una recesión y creo que tenemos un gran problema con los inventarios". Es difícil asumir que Wood está en lo cierto, con una tasa de crecimiento anual del 3,5% y una tasa de desempleo del 3,6. Y, sin embargo, parece que simplemente se está adelantando a lo que va a venir.
El 4 de Julio es un día de celebración. Pero este año lo recibimos con una economía que se detiene y unos precios disparados. No estamos ahí, pero el país se acerca a la palabra de moda de los años 70 del siglo pasado: estanflación. Esto es, paro e inflación.
En marcha, pero sin combustible
¿Cuál es el estado de la economía en estos momentos? El dato de crecimiento del PIB es positivo, del 3,5% en mayo, pero es dos puntos inferior al dato anterior (5,5%). Otros índices apuntan a lo mismo: un movimiento positivo, pero cada vez menor.
El PMI [poner el nombre completo y la sigla entre paréntesis y explicar] indica expansión si supera los 50 puntos. El PMI del sector industrial de junio mostró 52,4 puntos. Estaba, pues, en positivo, pero fue un dato peor que el de mayo (57). Lo mismo ocurre con el PMI de servicios: en mayo fue de 53,4 puntos y en junio cayó a los 51,6.
El índice de confianza del consumidor de The Conference Board recoge exactamente esa situación. El general cayó en junio de 103,2 puntos a 98,7. El de la situación actual era alto, pero también caía: de 147,4 a 147,1 puntos. Y el índice de confianza futura pasó de 73,7 puntos en mayo a 66,4 en junio.
Según el indicador de la Universidad de Michigan, la confianza del consumidor está en el punto más bajo jamás registrado. Ha pasado de 58,4 puntos en mayo a 50 en junio. Hace un año estaba en 85,5.
La inflación, descontrolada
¿Qué alimenta el pesimismo en la economía americana? La inflación. El último dato recoge una tasa interanual del 8,6% (mayo). Los precios han ido creciendo cada vez más acusadamente desde marzo de 2021. Entonces, la inflación pasó del 1,4 al 2,6%, y no ha dejado de crecer. Tenemos que remontarnos a octubre de 1981 para encontrar una tasa de inflación tan alta. Hoy necesitamos 111,74 dólares para comprar lo mismo que compraban 100 en enero de 2021, cuando Biden asumió la presidencia.
El 83% de los norteamericanos está recortando gastos personales a causa de la inflación. Es la conclusión de un informe publicado por Provident Bank. Las subidas que más se notan más en el bolsillo son la de la gasolina, la de la compra diaria y la de la ropa.
En el último siglo ha habido cuatro épocas de inflación prolongada: la de la Primera Guerra Mundial, la de la Segunda, la de los años 70 y la actual. El dilema de la política económica es atajar la inflación ahora y provocar una crisis o no atajarla a costa de que la crisis futura sea mayor.
La Reserva Federal ha comenzado a elevar los tipos de interés, del 0,25 al 1,75%. Los expertos creen que en 2022 los tipos alcanzarán el entorno del 3,4%. Unos tipos más altos ayudarán a reducir la inflación, pero también frenarán la economía.
Por otro lado, los tipos encarecerán las deudas. La deuda de los hogares equivale al 80% del PIB. Es un nivel alto, pero queda lejos de los previos a la crisis de 2007. Entonces, las familias tenían una deuda del 100,9% del PIB. Pero la deuda federal está en unos niveles muy peligrosos, del 137,2%al cierre de 2021.
Economía y elecciones
En la actualidad, el 40% de los norteamericanos ve la economía como el principal problema del país. Hace un año, sólo un 23% pensaba así. Según Gallup, 8 de cada 10 ciudadanos que ganan 40.000 dólares al año o menos dice que lo ha pasado mal con el aumento de los precios de la gasolina.
Otra encuesta, elaborada por YouGov, señala que la prioridad del Gobierno debería ser la economía. Según este sondeo, realizado entre el 22 y el 24 de junio, los asuntos que más preocupan a los estadounidenses son la inflación, la economía, el crimen y la inmigración.