El régimen cubano anunció este lunes que el precio del combustible aumentará en más de un 500% a partir del primer día de febrero, como parte de un nuevo paquete de medidas para ganar liquidez así como para reducir el déficit que azota al Gobierno.
De esta forma, el precio público de venta del litro de combustible pasa de los 25 pesos hasta los 132 pesos, algo menos de 5,5 dólares estadounidenses. El precio de la gasolina premium, destinada esencialmente a los vehículos, también aumenta de los 30 pesos a los 156 pesos cubanos.
Con esto, el régimen comunista pone fin a su política de intervención fuerte sobre el precio del combustible, que está totalmente controlado por el estado. El objetivo era permitir a la población acceder a este bien por la subvención del precio, pese al negativo impacto que esto tuvo al largo plazo para la Administración cubana y sus finanzas.
En Cuba, el acceso al combustible se hace cada vez más difícil desde los cambios en la situación geopolítica con la guerra en Ucrania, así como los sucesivos tropiezos de la Administración por su gestión y su pobre infraestructura. El acceso a la corriente requiere del uso de combustibles fósiles, así también como los vehículos. Por esta razón se viene sucediendo los parones de energía de forma generalizada en toda la isla.
En su alocución televisada, el ministro comunista de Finanzas, Bladimir Regueiro, también anunció que los turistas que viajen a la isla de Cuba deberán pagar el combustible en divisas extranjeras.
Es otra forma con la que el Gobierno pretende tener acceso a divisas fuertes con un valor superior al peso cubano, que se encuentra cada vez en peor situación. La inflación cubana aumentó el 30% a lo largo de 2023 y la economía tuvo un receso del 2% el mismo año.
