Con mayoría de origen musulmán, la lista de vigilancia de terroristas de Estados Unidos pasó a 2 millones de personas

Según una investigación de CBS Reports, el tamaño del listado se ha duplicado en seis años.

Una investigación de CBS Reports reveló que lista de vigilancia terrorista del gobierno de Estados Unidos creció a 2 millones de personas, casi duplicándose así en seis años. A pesar de lo sugerente del nombre, la sola presencia de las personas en el registro no implica que sean efectivamente terroristas, sino que hay algo que hizo que la comunidad de inteligencia piense que necesita una "mirada más cercana".

El origen del listado se remonta al 2003, cuando incluía unas 120.000 personas. En el 2017, la última vez hasta la fecha que las cifras se hicieron públicas, el número había crecido hasta las 1.160.000 personas, casi 10 veces más. Ahora, 20 años después de la creación del listado, y gracias a la investigación de la cadena de televisión revisando registros judiciales, documentos gubernamentales y entrevistándose con líderes actuales y anteriores de la comunidad de inteligencia, se conoció que los integrantes ascienden a los dos millones.

Según Russ Travers, quien fuera miembro de la comunidad de inteligencia durante décadas, la presencia de la gente en la lista “no significa que sean terroristas”. "Significa que hay algo que ha llevado a un departamento o agencia a decir: 'Esta persona necesita un examen más detenido'", sumó.

De acuerdo con la política del Gobierno Federal, los agentes deben tener "sospechas razonables" sobre la persona para incluirla en la lista de vigilancia. Sin embargo, Travers reconoció que hay nombres que todavía siguen en la lista pero que deberían eliminarse. "Estoy seguro de que hay mucha gente en la base de datos que está muerta y ni siquiera lo sabemos", sumó.

No obstante, salvo errores -que los hay, como personas incluidas por tener el mismo nombre que un sospechoso-, "esos dos millones de personas están en la lista por una razón", según Monte Hawkins, quien actualmente ayuda a supervisar las políticas de listas de vigilancia de la Administración Biden y ha formado parte del Consejo de Seguridad Nacional de todos los ejecutivos desde el 11-S. Hawkins también apuntó que "una gran mayoría" de quienes aparecen en la lista no tienen la ciudadanía estadounidense ni son residentes legales permanentes.

Dado que la aparición en esta lista conlleva numerosas penalidades para quienes son incluidos, el FBI anunció recientemente que ha revisado los criterios para añadir a una persona al listado. Así, ahora requiere más información identificativa antes de introducir sus nombres en la base de datos. Incluso señalaron que aquellos cuyos nombres están recogidos en estos momentos pero no cumplen con los nuevos criterios serán borrados del fichero. Además, se priorizará la inclusión de datos biométricos, especialmente rostros y huellas dactilares, para reducir las confusiones de identidad.

Mayoría musulmana o de origen de Oriente Medio

En septiembre se conoció una demanda del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR) contra Estados Unidos por el contenido del listado, al que que acusan de afectar de forma desproporcionada e injusta a los musulmanes estadounidenses. La denuncia fue presentada ante el Tribunal de Distrito de Massachusetts en nombre de 12 demandantes de religión musulmana de todo el país, quienes pidieron que se eliminen sus nombres de la lista y también que la misma sea declarada inconstitucional.

"Veinte años después, no hay ni una sola prueba creíble de que la inconstitucional inclusión de musulmanes estadounidenses en las listas de vigilancia haya aumentado la seguridad de Estados Unidos lo más mínimo", indicó Amy Doukoure, abogada litigante.

A comienzos de 2019, el CAIR sostiene que consiguió partes filtradas de una versión de la lista de vigilancia de este año, que en esos momentos incluía 1,25 millones de nombres. En declaraciones recogidas por USA Today  Lena Masri, directora nacional de litigios y consejera general de la organización, aseguró que 1,22 millones de ellos -el 98 %- eran "identificablemente musulmanes y de origen de Oriente Medio. Esto no puede ocurrir por accidente". La dirigente, además, definió al listado como un "registro musulmán de facto".

La denuncia apunta que los criterios para ser incluidos en la lista son discriminatorios y subjetivos y, como consecuencia, el fichero es ineficaz para conseguir su objetivo de garantizar la seguridad de los estadounidenses. Según el CAIR, entre las razones que pueden llevar al FBI o al Centro de Detección del Terrorismo se incluye llegar a EEUU desde países de mayoría musulmana, realizar viajes a estos lugares, la asistencia a servicios religiosos en mezquitas y otros actos islámicos, las donaciones a organizaciones benéficas musulmanas, la frecuencia de las oraciones y el uso de atuendos típicamente musulmanes.