Una investigación de varios medios vincula el 'síndrome de La Habana' con la Inteligencia rusa

El Kremlin negó las nuevas informaciones que lo acusan de usar "armas acústicas no letales" contra diplomáticos estadounidenses y sus familias.

"Si mi madre hubiera visto lo que yo vi, diría: 'Son los rusos, estúpido'". Las palabras del teniente coronel Greg Edgreen a 60 Minutes forman parte de una investigación del programa, junto con los medios Der Spiegel y The Insider, sobre el comúnmente denominado síndrome de La Habana, sufrido por funcionarios estadounidenses en distintos puntos del globo.

El síndrome de La Habana es una combinación de "incidentes sanitarios anómalos", en palabras de las autoridades. Fue detectado en 2016, cuando emisarios norteamericanos en la embajada cubana y sus familiares comenzaron a oír súbitamente sonidos fuertes y a experimentar sensaciones como presión o vibración en la cabeza, pérdida de audición o zumbidos, mareos e inestabilidad al caminar, entre otras dolencias.

Luego diplomáticos estadounidenses y canadienses en otras latitudes reportaron síntomas similares, incluyendo países como Australia, China, Rusia y Georgia. De acuerdo con la información publicada recientemente por los tres periódicos, hubo un caso anterior al cubano: un empleado gubernamental se habría quedado inconsciente dos años antes en Frankfurt, Alemania.

La nueva evidencia apunta a un escuadrón de inteligencia militar ruso, llamado GRU Unit 29155. Si ese es supuestamente el quién, el qué serían "armas acústicas no letales". Es decir, de acuerdo con The Insider:

Un término utilizado en la literatura científico-militar rusa para describir dispositivos de energía dirigida basados tanto en sonido como en radiofrecuencia.

Miembros del equipo de sabotaje ruso fueron geolocalizados en lugares donde se produjeron los presuntos ataques contra el personal estadounidense y sus familiares en el exterior, según el reportaje. Algunos de sus integrantes sénior habrían sido premiados con galardones y ascensos por su trabajo con este tipo de armamento.

Versiones encontradas

CBS reconoce en su reportaje que todavía hay muchas incógnitas por resolver. No se ha hallado una "pistola humeante" que demuestre que los supuestos casos del síndrome hayan sido ataques y, de serlo, quién sería el atacante.

Hace poco más de un año, varias agencias de inteligencia estadounidenses sostuvieron que era "muy improbable" que un adversario extranjero estuviese detrás de los síntomas asociados con el síndrome de La Habana -aunque el grado de confianza variaba según la agencia-. También juzgaron que "no existen pruebas creíbles de que un adversario extranjero disponga de un arma o dispositivo" semejante. Las pruebas médicas más recientes también apuntarían contra la hipótesis del ataque.

La mayoría de las cinco agencias concluyeron que "los síntomas notificados por el personal estadounidense fueron probablemente el resultado de factores ajenos a un adversario extranjero, como afecciones preexistentes, enfermedades convencionales y factores ambientales".

En 2022, sin embargo, fuentes de inteligencia habían dicho que detrás de algunos de los malestares reportados por varios americanos podría haber una fuente externa que emitiese una intensa energía.

Rusia niega las acusaciones

"Nadie ha publicado ninguna prueba convincente, así que todo esto no es más que una acusación infundada y sin base", dijo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, en palabras recogidas por AFP.

Peskov sostuvo que es un tema que circula por los medios hace "muchos años", y que desde siempre "se vincula a la parte rusa".