Shutdown: qué es el cierre del Gobierno y cuáles son sus consecuencias

Si el Congreso no llega a un acuerdo antes del 1 de octubre, la historia volverá a repetirse por décimo quinta vez.

Todavía no hay acuerdo en Washington, D.C. El Congreso trabaja contrarreloj para evitar un nuevo cierre del gobierno, que comenzará a las 00:00 horas del próximo 1 de octubre, a menos que se acuerde aprobar una Resolución Continua (CR) para estirar provisionalmente la situación.

Kevin McCarthy (R-CA) no logró convencer a los conservadores de aprobar la propuesta del liderazgo republicano en la Cámara de Representantes. A su vez, se niega a debatir la solución de emergencia aprobada por el Senado en un voto bipartidista.

La ayuda a Ucrania, más fondos para la frontera sur, recorte de gasto provisional (menos dinero para las agencias federales) y la extensión del plazo para llegar a un acuerdo son los principales puntos que no permiten que los congresistas eviten el cierre.

El último intento del presidente de la Cámara se vio frustrado el viernes, cuando 21 republicanos se unieron a todos los demócratas para rechazar la versión más actualizada de la CR propuesta.

Andy Biggs (R-AZ), Dan Bishop (R-NC), Lauren Boebert (R-CO), Ken Buck (R-CO), Tim Burchett (R-TN), Eric Burlison (R-MT), Michael Cloud (R-TX), Eli Crane (R-AZ), Matt Gaetz (R-FL), Paul Gosar (R-AZ), Marjorie Taylor Greene (R-GA), Wesley Hunt (R-TX), Nancy Mace (R-SC), Mary Miller (R-IL), Cory Mills (R-FL), Alex Mooney (R-WV), Barry Moore (R-AL), Troy Nehls (R-TX), Andy Ogles (R-TN), Matt Rosendale (R-MT) y Keith Self (R-TX) fueron todos los republicanos que votaron en contra junto con los 211 demócratas de la Cámara Baja.

Este era uno de los últimos cartuchos del liderazgo para evitar el cierre del gobierno, por lo que, a menos de un milagro de último minuto, la historia volvería a repetirse por décima quinta vez.

La historia del cierre del gobierno en los Estados Unidos

Estados Unidos decide cómo gastar el dinero público año tras año, cuando el Congreso aprueba lo que se denomina como Appropriations Bill (Ley de Asignaciones en español). La fecha límite que los legisladores tienen para ponerse de acuerdo es el 1 de octubre. Si no hay un texto aprobado para entonces, el Gobierno Federal se cierra.

La lógica viene de la Constitución Nacional, concretamente del Artículo 1, Sección 9: “No se sacará Dinero del Tesoro, sino en Consecuencia de Asignaciones hechas por Ley; y se publicará de tiempo en tiempo un Estado y Cuenta regulares de los Ingresos y Gastos de todo el Dinero público”.

Una vez se llega al cierre, ciertas agencias directamente dejan de funcionar. Pueden ser todas, algunas o una en particular. Sus empleados no pueden trabajar y su paga se retiene hasta que Capitol Hill se ponga de acuerdo.

Estados Unidos desconoció completamente este escenario hasta bien entrado el siglo XX, cuando en 1980 tuvo lugar el primer cierre del Gobierno. Jimmy Carter fue el primer presidente en estar a cargo durante esta situación, que en aquella oportunidad duró un poco más de 24 horas. El cierre se repitió en 1982 (dos veces), 1983, 1984 (dos veces), 1986, 1987, 1990, 1995 (dos veces), 2013, 2018 y 2019.

Contando el de 1980, en las primeras cinco ocasiones, los demócratas controlaban la Cámara de Representantes, que usualmente se encarga de impulsar la Ley de Asignaciones. Ronald Reagan fue el mandatario que más veces presenció un cierre del Gobierno, ocho entre 1981 y 1989.

El último, casualmente el más largo, fue el de 2019, cuando pasaron 35 días hasta que todo volvió a funcionar con normalidad. Se estima que 800,000 empleados públicos no recibieron su dinero durante ese período de tiempo.

Una de las escenas más recordadas de ese cierre se dio cuando Donald Trump, entonces presidente, tuvo que recibir al equipo de fútbol americano de la Universidad de Clemson, quienes recientemente se habían coronado en el Campeonato Nacional de Fútbol Universitario. Como los empleados no podían trabajar, incluida la cocina, el presidente sacó la billetera y compró comida de McDonald's, Wendy's y Burger King. "Si es estadounidense, me gusta. Todo es americano. No importa lo que hicimos, no hay nada que puedas tener que sea mejor que eso, ¿verdad?", acotó el republicano en su momento.