San Francisco: aumenta un 56% la cifra de personas sin hogar

El número de 'homeless' se incrementa constantemente desde 2016, pese a que la ciudad ha gastado 2.800 millones de dólares en ayudas.

En el año 2016 los líderes de San Francisco crearon el Departamento de Personas sin Hogar y Viviendas de Apoyo, al que han destinado 2.800 millones de dólares. No obstante, el número de personas sin hogar en la ciudad ha aumentado un 56%, según datos obtenidos por el San Francisco Chronicle.

Aproximadamente un 2,2% de la población de la ciudad se encuentra sin hogar. San Francisco cuenta con unos 860.000 habitantes, de los cuales 19.086 no tenían un techo bajo el que refugiarse en el año 2020. La cifra está en constante aumento desde 2016.

Dinero invertido sin resultados

El San Francisco Chronicle investigó recientemente al HSH de San Francisco. Este departamento financia en uno de sus programas a organizaciones sin fines de lucro que alquilan habitaciones de hotel y prestan ayuda a personas sin hogar en unos 70 hoteles. El programa cuesta a los contribuyentes unos 160 millones de dólares anuales. Pero la falta de vivienda, el aumento de la delincuencia, el abuso de drogas y el bajo nivel de calidad de vida muestran que está siendo un fracaso.

El análisis señaló que no hay un control dentro del Gobierno de la ciudad para evaluar el gasto. Apuntó también que los programas municipales están mal gestionados, y eso hace que algunas personas sin hogar prefieran vivir en la calle antes que en las instalaciones que se les proporcionan.

El San Francisco Chronicle pidió en reiteradas ocasiones una entrevista con la alcaldesa London Breed, la cual, al enterarse de los resultados de la investigación, se puso a disposición de los periodistas. Breed reconoció que muchos de los programas del HSH tienen problemas. Culpó a los operadores sin fines de lucro y pidió que recibieran más seguimiento. "Es importante que nos aseguremos de que los recursos que estamos dando se estén utilizando para el propósito para el que están destinados". Ademas, dijo que no tenía información en ese momento que le permitiera decir lo que había hecho como alcaldesa para mejorar las condiciones en las zonas más problemáticas de la ciudad.

Alojamiento en condiciones precarias

Según el citado medio, en los hoteles se crea en muchas ocasiones un patrón de caos, crimen y muerte, y la ciudad no supervisa ni evalúa gran parte de los programas. En el caso de las viviendas de apoyo permanente, la cosa no mejoró.  El estudio reveló que de los 515 inquilinos que fueron monitorizados, el 25% murió mientras estaban en el programa, el 21% volvió a ser homeless y el 27% abandonó el programa. El 27% restante se trasladó a casas de familiares o amigos o a otras instalaciones subvencionadas por los contribuyentes.

En 2020 y 2021, al menos 166 personas murieron por sobredosis en los hoteles, lo que representó el 14% de todas las muertes por sobredosis confirmadas en la ciudad.

Los inspectores de los edificios señalaron a los hoteles por más de 1.600 violaciones de higiene y conducta de convivencia desde 2016. Las infracciones han incluido ascensores rotos, infestaciones de roedores, fugas de agua y problemas de hongos, incluso un fregadero en una habitación lleno de heces humanas. También se describía cómo algunos de los indigentes alojados amenazaban de muerte al personal de los establecimientos y podían llegar a encender fuego en las habitaciones.

No es el único caso de fracaso

El estudio arrojó varias similitudes con otros casos a nivel nacional. Comparan la situación de San Francisco con lo que sucedió en Los Ángeles tras la adopción de la Proposición HHH (2016), que en 2016 autorizó el gasto de 1.200 millones de dólares para refugiar a personas sin hogar. También en LA se disparó el número de homeless.

En Los Ángeles se están construyendo unidades para vivienda, pero sólo se han completado 1.142. Otras 4.205 siguen en construcción. El informe encontró que se han construido menos de 1.200 unidades en cinco años y que los costes estimados de varios proyectos superan los 700.000 dólares por unidad. El modelo utilizado en San Francisco tampoco ha tenido éxito en estados como Washington.