Comerciantes de China y Rusia fueron sorprendidos intentando disfrazar cobre como chatarra para evitar sanciones comerciales. La transacción fue entre el productor ruso de cobre RCC y empresas chinas, con la intención de eludir las presiones occidentales.
Según informó Reuters luego de consultar con tres fuentes sobre el caso, un intermediario desmenuzó un alambrón de cobre para que se parezca a una pila de chatarra, lo que permitió que tanto los exportadores como los importadores se beneficiaran de las diferencias arancelarias que se aplican a la chatarra y al metal nuevo.
"Triturar alambrón de cobre recién fabricado es una forma eficaz de disfrazar material nuevo que tiene un aspecto muy diferente al de desecho. Las nuevas varillas largas y delgadas de cobre de alta pureza, utilizadas principalmente para fabricar cables eléctricos, suelen estar enrolladas para facilitar su transporte. La chatarra de cobre, por el contrario, es una mezcla de alambres, tubos y tuberías que ya han sido utilizados. Se cortan en trozos del tamaño de un grano o se enrollan y prensan como paquetes de fideos para su transporte", explicaron desde Reuters.
Aunque formalmente no existen sanciones occidentales para que China compre metal de empresas rusas, "a los fabricantes les preocupa perder negocios de exportación frente a clientes -incluidos los de Estados Unidos y el Reino Unido- si se sabe que están haciendo negocios con empresas rusas".
A su vez, las sanciones estadounidenses que pesan sobre Rusia están destinadas a minimizar los ingresos de exportaciones de Rusia, lo que sí podría significar problemas para procesar pagos en dólares, moneda popularmente utilizada para el comercio internacional.
"Las fuentes dijeron que algunas empresas chinas han creado nuevos equipos para ocuparse de los negocios relacionados con Rusia", señalaron desde Reuters.
