'Qatargate': escándalo por corrupción en el Parlamento Europeo

Funcionarios de Grecia afirman que congelaron los activos de la eurodiputada, Eva Kaili, después de ser arrestada por la policía belga por cargos de corrupción.

Una de las vicepresidentas del Parlamento Europeo, la socialista Eva Kaili, está en el punto de mira por el ya conocido como Qatargate. El pasado viernes la policía belga arrestó a la eurodiputada. Según DW, las autoridades belgas estaban investigando si varios empleados de alto nivel del anfitrión de la Copa del Mundo, Qatar, pagaron fuertes sobornos a varios políticos europeos. Entre estos se encontraba la socialdemócrata griega Kaili, que se enfrenta a cargos de pertenencia a organización criminal, corrupción y blanqueo de dinero.

Dos días después, el domingo, detenían a la eurodiputada tras encontrar dos "bolsas de efectivo" en su casa. Esto, según la policía belga, confirmaba sus sospechas y les permitía acusarla formalmente por corrupción en Bruselas. Junto a ella, según informa Europa Press, otras tres personas eran imputadas. Una de ellas es Francesco Giorgi, pareja de Eva Kaili y su asesor parlamentario en la Eurocámara en cuestiones relativas a derechos humanos. También están imputados el exdiputado italiano y presidente de la ONG Fight Impunty, Antonio Panzeri, y un intermediario de Bruselas, identificado como F.

El fin de semana, el Parlamento Europeo informaba de que suspendía a la eurodiputada de sus funciones, especialmente de su cargo como representante de la presidenta de la institución en Oriente Medio. También ha sido expulsada por su propio partido, el socialista griego PASOK. Un día después, las consecuencias para Kaili por causa del Qatargate continuaban y unos funcionarios en Grecia anunciaban la congelación de sus activos.

La Unión Europea responde

Las acusaciones a las que se enfrenta Kaili son graves y el caso de corrupción está afectando al Parlamento Europeo en su práctica totalidad. La institución está ahora bajo una exhaustiva investigación, con el objetivo de eliminar todo rastro del Qatargate y, por tanto, la influencia extranjera.

Uno de los primeros en hablar abiertamente sobre el asunto fue Josep Borrell, el jefe de política exterior de la Unión Europea, quien calificó el asunto de "muy preocupante". El político español también aseguró que ningún empleado del servicio diplomático del bloque o de misiones en el extranjero estaba involucrado en el asunto.

Ursula von der Layen fue mucho más crítica en sus declaraciones. Según reconoció la presidenta de la Comisión Europea durante una rueda de prensa, el caso podría tener consecuencias bastantes más graves que la detención de Kaili:

Las acusaciones contra la vicepresidenta del Parlamento Europeo son extremadamente preocupantes; muy graves. Es una cuestión de confianza de los ciudadanos en nuestras instituciones, y esta confianza exige unos estándares de independencia e integridad más elevados. 

La ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annalena Baerbock, también se mostró preocupada por lo sucedido. Según aseguró, se debería usar "toda la fuerza de la ley" durante el caso: "Se trata de la credibilidad de Europa, por lo que esto tiene que desencadenar consecuencias en varias áreas".