Muere a los 84 años Brian Mulroney, el ex primer ministro que llevó a Canadá al TLCAN

El líder conservador desempeñó un papel crucial en la consolidación de vínculos económicos con Estados Unidos.

Brian Mulroney, el decimoctavo primer ministro de Canadá que desempeñó un papel crucial en la consolidación de vínculos económicos con Estados Unidos, falleció este jueves a los 84 años en un hospital de Palm Beach, Florida.

Caroline Mulroney, hija del ex primer ministro, dio la noticia mediante una publicación en X. “En nombre de mi madre y nuestra familia, con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de mi padre, el muy honorable Brian Mulroney, el decimoctavo primer ministro de Canadá. Murió en paz, rodeado de familiares”, compartió Caroline.

El año pasado, la familia informó que Mulroney se sometió a un procedimiento cardíaco y estaba recibiendo tratamiento para el cáncer de próstata. A pesar de esto, aún no se han proporcionado detalles sobre las circunstancias específicas que llevaron al fallecimiento del ex primer ministro.

¿Quién fue Mulroney?

Mulroney, originario de una familia obrera en el noreste de Quebec, forjó una exitosa carrera como abogado y ejecutivo de negocios antes de ascender como líder conservador y ganar las elecciones como primer ministro en 1984. Su carisma y habilidades oratorias le valieron popularidad, siendo frecuentemente comparado con el presidente estadounidense Ronald Reagan. Sin embargo, su tiempo en el cargo enfrentó desafíos económicos y altas tasas de desempleo, resultando en bajos índices de popularidad.

Mulroney renunció en el año 1993, pero durante sus nueve años de mandato, lideró la entrada de Canadá en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y revisó el régimen fiscal del país. Mulroney también desempeñó un papel destacado en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, imponiendo sanciones y abogando por la liberación de Nelson Mandela.

A pesar de sus logros políticos, el legado de Mulroney se vio empañado por acusaciones de irregularidades financieras y tráfico de influencias. Mulroney admitió haber recibido pagos en efectivo de Karlheinz Schreiber, un traficante de armas, por servicios de cabildeo vinculados a una empresa alemana que buscaba construir una fábrica de vehículos blindados ligeros en Canadá. El ex primer ministro insistió que dichos acuerdos se llevaron a cabo después de su dimisión.

Mulroney calificó las transacciones como un "error de juicio” y aseguró que no había incurrido en ninguna actividad ilegal.