Los progresistas consiguen la mayoría en el Tribunal Supremo de Wisconsin

El alto tribunal debe decidir en los próximos años sobre el aborto, la delimitación de los distritos legislativos o la normativa de voto para las presidenciales.

La juez Janet Protasiewicz, de perfil progresista, se impuso en la carrera por un puesto en el Tribunal Supremo de Wisconsin. Este resultado supone un vuelco en la hasta ahora mayoría conservadora de la corte, que afrontará temas tan delicados como el aborto con una mayor presencia de magistrados con orientación demócrata.

Según AP, con el 62% de los votos escrutados, Protasiewicz (56,4%) se proyecta como ganadora frente al conservador Daniel Kelly (43,6%) en la pugna por el asiento de Patience Roggensack, que se jubila.

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La victoria de Protesiewicz no sólo permite a los progresistas afrontar con ventaja el juicio de las leyes del aborto estatales, sino también todas las relacionadas con la ideología de género, la educación y los procesos de cambio de sexo de menores. Además, en los próximos años el Supremo de Wisconsin tendrá que decidir sobre la delimitación de los distritos legislativos y las normas de votación para las elecciones presidenciales de 2024.

La vencedora, además, está en el punto de mira de los republicanos, que la acusan de ser "una juez blanda con el crimen en casos que escandalizan a la conciencia". En declaraciones a Just the News, el presidente del Partido Republicano estatal, Brian Schimming, señaló que Protesiewicz "fue una asistente del fiscal de distrito blanda con el crimen (...) bajo el actual fiscal de distrito del condado de Milwaukee John Chisholm, el que permitió, esencialmente, que el asesino del desfile de Waukesha saliera y estuviera en las calles".

Récord de gasto en una campaña judicial

A pesar de que ninguno de los candidatos se presentó bajo las siglas de ningún partido, los demócratas del estado invirtieron 9 millones de dólares en la campaña de la vencedora. Por su parte, los conservadores aportaron 500.000 dólares a la causa de Kelly, a los que hay que sumar los casi seis millones de dólares que desembolsó el megadonante del GOP Richard Uihlein. Con más de 40 millones de gasto entre ambas partes, se ha convertido en la campaña por un puesto judicial más cara de la historia.