Los irlandeses rechazan rotundamente la reforma constitucional que buscaba redefinir los conceptos de familia tradicional y matrimonio

El primer ministro irlandés Leo Varadkar reconoció las derrotas de las enmiendas ante la opción “No”.

El 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, los irlandeses salieron masivamente a las urnas para rechazar en referéndum dos propuestas que buscaban redefinir los conceptos de familia tradicional y matrimonio que se establecen en su Constitución, proclamada en 1937 bajo la gran influencia de la Iglesia Católica.

El sábado, el primer ministro irlandés Leo Varadkar, cuya coalición de gobierno impulsó y apoyó las opciones “Sí” en ambas propuestas, reconoció las derrotas de las enmiendas ante la opción “No”.

De hecho, la victoria del “No” fue aplastante: el 67,7 % del electorado, representado por 3,3 millones de personas en total, rechazó la enmienda constitucional que planteaba una reescritura de la idea de familia.

Mientras tanto, la enmienda paralela, que buscaba redefinir el papel de la mujer en la sociedad y el hogar, definición catalogada como “obsoleta” por el Gobierno irlandés, perdió duramente contra el “No”, que contó con un 73,9 % del apoyo.

La participación en las elecciones alcanzó el 44 %, según diversos reportes.

Los críticos de las reformas señalaron que, más que “modernizar” la Constitución, como planteó el oficialismo, las enmiendas buscaban eliminar las palabras “madre” y “mujer” de la carta magna. Una idea que fue ampliamente rechazada por los votantes y además provocó una gran abstención en el seno de la sociedad irlandesa, inclueso de quienes apoyan una reforma constitucional.

Asimismo, los críticos también plantearon que, en la primera enmienda, la redefinición del concepto de la familia tradicional era notable porque se estaba planteando una definición que fuera mucho más allá de la base del matrimonio, incluyendo las “relaciones duraderas”.

En definitiva, la coalición de gobierno liderada por Varadkar se llevó un varapalo en las urnas, reconocido por el propio primer ministro.

“Como jefe de gobierno y en nombre del gobierno, aceptamos la responsabilidad del resultado”, dijo Varadkar. “Era nuestra responsabilidad convencer a la mayoría de la gente de que votara 'Sí', y claramente no lo hicimos”.