El condado de Miami-Dade (Florida) experimentó por primera vez desde 1970 una disminución en su población. Según un estudio realizado por Brookings Institution, con datos del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, un total de 79.535 residentes migraron a otras regiones del estado o a otros lugares del país entre los años 2019 y 2022.
La pérdida de población de Miami-Dade es la excepción al resto de Florida que -en su conjunto- atrajo a más residentes en 2021 y 2022 que cualquier otro lugar de la nación. Y una de las principales razones por las que los ciudadanos deciden irse del condado es el aumento de los precios de la vivienda.
Un estudio reciente de LinkedIn reveló que los principales destinos para las personas que se mudan de Miami son en primer lugar: Orlando, seguido por Tampa Bay, Atlanta y Jacksonville. Casi todas estas ciudades ofrecen viviendas más económicas e igual cuentan con un clima cálido agradable y bajos impuestos.
Los precios de las viviendas aumentan más de un 53%
Aunque la tasa de desempleo en Miami sea una de las más bajas de la nación, los altos costos de la vivienda no compensan las ganancias de los ciudadanos. Los precios de las casas se dispararon un 53% desde 2020 y una vivienda tiene actualmente un valor medio de 500.000 dólares (un 8% más que en 2022), según Zillow.
El alquiler también refleja un aumento considerable (27%) desde 2019. Y según un CoStar, el 61% de los inquilinos gastan alrededor del 30% de su salario pagando la renta de su vivienda.
El año pasado, en Miami-Dade se declaró una crisis de vivienda y se lanzaron varias iniciativas para sanear la situación. Una de ellas, fue promulgada por el gobernador del estado, Ron DeSantis, con una norma -conocida como la 'Ley Vive Local'- creada para motivar a los constructores y desarrolladores a fabricar viviendas asequibles en Florida.
