La crisis de inmigración ilegal obliga a la Alcaldía de Nueva York a hacer grandes recortes del presupuesto destinado a la policía y la educación

Los recortes que planea la administración de Eric Adams frenaría por completo la contratación de nuevos policías y dejará el número de agentes por debajo de los 30.000.

El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, anunció que su administración hará recortes significativos al presupuesto del sector educativo y la policía para intentar hacer frente a la crisis de inmigración ilegal que afecta a “La ciudad que nunca duerme”.

De acuerdo con el diario The New York Times, los recortes que planea la administración de Adams frenaría por completo la contratación de nuevos policías y dejará el número de agentes por debajo de los 30.000.

Asimismo, los recortes también implicarán la reducción de más de 1.000 millones de dólares del presupuesto otorgado al Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York.

La reducción afectará a las bibliotecas de los condados escolares y también los programas estudiantiles.

“Ninguna ciudad debería tener que hacer frente a una crisis humanitaria nacional en gran medida por sí sola, y sin el apoyo significativo y oportuno que necesitamos de Washington, D.C. El presupuesto de hoy será sólo el principio”, dijo Adams, a propósito del recorte del presupuesto y la falta de apoyo que llega desde el Gobierno federal.

El alcalde de Nueva York, de hecho, llevaba meses advirtiendo sobre los potenciales reajustes del presupuesto que, según sus propias palabras, serán dolorosos para los neoyorquinos.

Desde el año pasado, la ciudad de Nueva York recibió a unos 130,000 migrantes ilegales provenientes, en su mayoría, de la frontera sur. Las autoridades del ayuntamiento explicaron que del amplio presupuesto que tiene la ciudad, contabilizado en 110,000 millones de dólares, la ciudad de Nueva York gastará hasta 12,000 millones en proporcionar alimentos y refugio a los inmigrantes ilegales hasta el año fiscal 2025.

La crisis migratoria, que viene arrastrándose desde los primeros meses de la Administración Biden, ha afectado de sobremanera a los estados fronterizos como Texas y Arizona, pero también a otros estados de la costa este que han recibido a cientos de miles de migrantes que viajan en autobús desde la frontera sur.