La cosecha de Defund the Police: menos policías, peor preparados y más crimen

Los responsables de las fuerzas del orden advierten de que el 78% de las agencias tiene dificultades para reclutar candidatos cualificados y el 65% ni siquiera cubre las vacantes. Las renuncias y jubilaciones también se han disparado

La Policía está al límite. Así lo denuncian los jefes de las fuerzas del orden en un informe que denuncia las dificultades para reclutar agentes debido, en gran parte, a las políticas de desfinanciar la policía seguidas por numerosos líderes y cargos electos progresistas del Partido Demócrata. Según el documento, hasta el 78% de las agencias de mantenimiento de la ley experimentan dificultades para reclutar candidatos cualificados. Además, el 65% lamenta que los aspirantes que se presentan ni siquiera son suficientes para cubrir las vacantes. Esto está provocando un aumento de las tasas de criminalidad, así como la reducción de servicios que los agentes pueden prestar a sus comunidades.

Departamentos que dejan incluso de patrullar por falta de policías

La situación ha dado un giro radical en los últimos años. Según un estudio del Police Executive Research Forum (PERF), hasta hace poco había hasta 100 aplicaciones por cada puesto de agente ofertado. Además de la disminución de solicitudes de ingreso, la caída de candidatos cualificados para el trabajo es aún mayor. Según los datos del informe, los cuerpos cuyas ofertas de trabajo no se cubren duplican a los que siguen recibiendo las mismas solicitudes o incluso más. En estos momentos, muchas vacantes quedan por cubrir y muchos departamentos se ven obligados a hacer turnos dobles, reducir sus servicios, e incluso dejar de patrullar ante la falta de efectivos.

Los delitos violentos continúan por encima de las cifras anteriores a la pandemia, según varios estudios. Los oficiales de ciudades como Minneapolis, Nueva York, San Francisco o Memphis, ejemplo de localidades entregadas a los postulados de desfinanciar la policía, han señalado que la situación está llegando a ser crítica. El problema no es sólo la falta de medios económicos para que los agentes puedan realizar su trabajo, sino la presión y vigilancia a la que son sometidos por responsables políticos más que dispuestos a liberar a los criminales o reducir los cargos contra ellos.

Demonización de las fuerzas del orden

Las políticas de desfinanciar la policía cogieron fuerza tras los violentos disturbios de BLM por la muerte de George Floyd. La demonización de las fuerzas del orden, unida a los pocos medios y a la dificultad y riesgos del puesto están provocando una caída notable de las solicitudes de admisión en las academias, pero también de las dimisiones y jubilaciones de agentes en servicio. Según el PERF, las jubilaciones y renuncias aumentaron un 65% entre 2020 y 2022. La reducción real de la financiación o la reorganización de departamentos policiales también han contribuido a esta situación.

El caso de Minneapolis puede ser el más representativo, con un informe del propio Departamento de Justicia criticando los protocolos del cuerpo y que los agentes participaron en un "patrón o práctica de conducta que priva a las personas de sus derechos bajo la Constitución y la ley federal". Pero no es el único. En la San Francisco de London Breed, la propia alcaldesa ha tenido que matizar sus políticas -redujo en 120 millones de dólares la partida destinada a la policía tras las revueltas del BLM- y dialécticas contra la policía tras el aumento de la criminalidad en la ciudad. Los reclutadores tuvieron que acudir incluso a universidades de Texas en búsqueda de reclutas, además de aumentar los incentivos. Nueva York ha perdido 900 agentes desde 2022.