Haití: Estados Unidos evacúa a miembros de su embajada mientras se recrudece la crisis

Organizaciones internacionales advierten de miles de desplazados y problemas para acceder a suministros básicos.

Las Fuerzas Armadas estadounidenses evacuaron este domingo al personal no esencial de la embajada en Puerto Príncipe, la capital haitiana. "La Embajada de Estados Unidos en Haití sigue abierta", aseguró la delegación en un comunicado, en el que también explicó que la decisión se tomó debido a que la violencia desatada estas semanas había llegado a las proximidades del edificio diplomático y del aeropuerto, vía de escape en caso de que se recrudezcan aún más los enfrentamientos entre las bandas callejeras y las fuerzas de seguridad.

Todo evacuado en la reciente operación es estadounidense y miembro del equipo consular, según afirmaron fuentes oficiales. La embajada había solicitado hace una semana a todo ciudadano americano que abandone el país "lo antes posible", "mediante opciones de transporte comerciales u otras opciones de transporte privadas".

Las autoridades norteamericanas siguen de cerca el conflicto en la nación caribeña, que no ha hecho más que empeorar. De acuerdo con información del Miami Herald, el Departamento de Estado ve la renuncia del primer ministro interino, Ariel Henry, como vía para solucionar la crisis. Es más, hace meses que vendría presionando para que presente su renuncia, sobre todo después de su último intento de modificar la fecha de las elecciones presidenciales.

El secretario de Estado, Antony Blinken, habló por última vez con el mandatario haitiano, que se encuentra exiliado en Puerto Rico, el pasado jueves. Durante la llamada, Blinken apoyó la creación de un colegio presidencial que garantizase la celebración de unos comicios "libres y justos".

"Una ciudad sitiada"

En tan solo una semana, unos 15.000 haitianos abandonaron sus hogares en busca de zonas más seguras dentro del propio país, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones. En todo el país, el total escala a más de 360.000 desplazados internos -según algunos reportes, algunos de ellos buscan refugio incluso dentro de edificios públicos-. Un 15% más que desde principios de año.

"Viven con miedo, y cada día, cada hora que pasa, el trauma empeora", dijo el sábado Philippe Branchat, jefe de la agencia para los migrantes de Naciones Unidas. También aseguró:

La inseguridad está aumentando en todo el país: violencia en Artibonite, bloqueos de carreteras en Cabo Haitiano y escasez de combustible en el Sur. Los habitantes de la capital están encerrados, no tienen adónde ir. Las personas que huyen no pueden ponerse en contacto con familiares y amigos en el resto del país para encontrar refugio. La capital está rodeada de grupos armados y peligro. Es una ciudad sitiada.  

El organismo también advierte de pésimas condiciones sanitarias, que incluyen falta de suministros como agua y medicamentos. Situación agravada aún más, asegura, por el avance de las pandillas sobre los hospitales: "Algunos hospitales han sido arrollados por las bandas y han tenido que evacuar tanto a su personal como a sus pacientes, entre ellos algunos recién nacidos".

Desde la ONG Mercy Corps alertaron, en palabras recogidas por AFP, que el cierre del aeropuerto y puerto más importantes del país, sumado "a la poca ayuda que recibe Haití", agravarán aún más la crisis: "Haití pronto tendrá hambre".

A este diagnóstico se suman ataques a las prisiones más importantes del país y a instituciones públicas como el Palacio Nacional.

Ariel Henry

Mientras tanto, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, se encuentra fuera del país, sin un camino claro de vuelta. Una posible vía para que al menos se aproxime se cerró este sábado, cuando República Dominicana, que comparte isla con Haití, aseguró que "no es bienvenido", según palabras recogidas por DW.

Henry apareció este martes en Puerto Rico, tras varios días sin revelar su paradero. Permanece allí desde entonces. Antes, el primer ministro que sucedió al presidente Jovenel Moïse tras su asesinato había aterrizado en Kenia  para alcanzar un acuerdo para mitigar la crisis de seguridad.

Cuando se encontraba allí, coordinando el desembarco de una fuerza internacional de militares y policías, el líder de la coalición de pandillas criminales, Jimmy Barbecue Cherizier, exigió su renuncia. Luego advirtió que si no se doblegaba y "la comunidad internacional seguía apoyándolo", habría una guerra civil que desencadenaría en un genocidio.

Cumbre de vecinos

La Comunidad del Caribe (CARICOM), un bloque de naciones caribeñas, se reunirá el lunes para discutir posibles salidas de la crisis. También participarán del encuentro enviados de Estados Unidos, Francia, Canadá y las Naciones Unidas. La presencia de Henry, sin embargo, es una incógnita -Haití es miembro de la CARICOM desde 2001-.

En su reciente conversación con el mandatario haitiano, Blinken lo instó a colaborar con la CARICOM, "en aras de restaurar la paz y la estabilidad" y "para que el pueblo haitiano pueda reanudar su vida cotidiana libre de violencia y desesperación".

"Aunque estamos haciendo progresos considerables, las partes interesadas aún no están donde tienen que estar", sostuvo el viernes el presidente del grupo, el guyanés Irfaan Ali, como adelanto del encuentro.