El Pentágono anunció que Estados Unidos y Reino Unido, junto con el apoyo de otros seis países, lanzaron una nueva ronda de ataques contra diversos objetivos hutíes en Yemen.
En total, las potencias occidentales golpearon 36 nuevos objetivos en represalia por las arremetidas de los hutíes contra las embarcaciones comerciales que atraviesan el Mar Rojo.
Australia, Bahréin, Canadá, Dinamarca, Países Bajos y Nueva Zelanda apoyaron los esfuerzos de Estados Unidos y el Reino Unido, anunció el secretario de Defensa Lloyd Austin.
“Esta acción colectiva envía un mensaje claro a los hutíes de que seguirán soportando más consecuencias si no ponen fin a sus ataques ilegales contra el transporte marítimo y los buques navales internacionales”, dijo Austin a propósito de las represalias. “No dudaremos en defender vidas y el libre flujo del comercio en una de las vías fluviales más críticas del mundo”.
Los ataques golpearon instalaciones de almacenamiento de armas, sistemas de misiles, lanzadores y otras capacidades que los hutíes utilizaron para atacar a los barcos de diversos países, dijo el Pentágono. Los 36 objetivos estaban distribuidos en 13 lugares de todo Yemen. Con esta nueva ofensiva, Estados Unidos y el Reino Unido ya llevaron adelante más de 10 ataques contra el grupo rebelde apoyado por Irán.
Los nuevos ataques se dan después de que este viernes Estados Unidos lanzara represalias contra 85 objetivos vinculados al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) y las milicias respaldadas por el régimen iraní.
Las represalias se llevaron adelante en Irak e Irán, en respuesta a otro ataque con drones en Jordania donde murieron 3 soldados estadounidenses y terminaron heridos más de 40 miembros del servicio de los Estados Unidos en ese país. La organización Resistencia Islámica en Irak, una milicia vinculada al régimen iraní, se atribuyó el fatídico ataque.
Irán condenó enérgicamente las represalias de Estados Unidos y negó estar detrás del ataque del pasado domingo a cargo de la Resistencia Islámica en Irak.
A falta de confirmación oficial, las represalias del viernes de Estados Unidos en Irak e Irán representaron casi 40 bajas. Los críticos consideraron que la respuesta de la Administración Biden fue demasiado lenta.
