Un distrito escolar de Connecticut suspende a una maestra católica por negarse a retirar una cruz de su escritorio
Se trata de Marisol Arroyo-Castro, docente en la escuela primaria y secundaria DiLoreto. El equipo legal de la docente insiste en que el pequeño crucifijo acompañaba otras pertenencias personales. Además, asegura que otros profesores también tienen objetos personales, incluidos algunos religiosos.

Un creyente sostiene una cruz
Una maestra católica de una escuela pública en Connecticut denunció que fue suspendida y amenazada con el despido después de negarse a quitar un crucifijo de su escritorio. El hecho ocurrió en el Distrito Escolar Consolidado de New Britain.
Lo sucedido se conoció luego de que First Liberty Institute, una firma de abogados sin fines de lucro en materia de libertad religiosa, amenazara al distrito escolar con acciones legales por presuntamente violar los derechos constitucionales de la maestra de la escuela primaria y secundaria DiLoreto, Marisol Arroyo-Castro.
De acuerdo con la denuncia, los líderes escolares suspendieron a Arroyo-Castro sin sueldo, la pusieron en licencia administrativa y amenazaron con despedirla. "Todo por exhibir un crucifijo junto a su escritorio en la esquina del aula", dice una carta del equipo legal de la maestra que fue enviada a Fox News Digital.
De igual manera, la carta detalla que el pequeño crucifijo acompañaba -durante más de 10 años- otras pertenencias personales de Arroyo-Castro en el escritorio. Además, los abogados aseguran que otros profesores tienen en sus escritorios objetos personales, incluidos algunos religiosos.
Sin embargo, en diciembre, el subdirector de DiLoreto le ordenó a Arroyo-Castro que quitara el crucifijo después de que se manifestara una preocupación sobre su exhibición. La maestra no quitó la cruz, lo que llevó a otra reunión con los líderes de la escuela y un representante del sindicato de maestros.
Presuntamente, en esa reunión se llegó a un acuerdo sobre dónde podría colgar Castro la cruz de forma que fuera menos visible para los estudiantes. Pero, según los abogados, después le dijeron a la maestra que colgara la cruz debajo de su escritorio. La maestra no estuvo de acuerdo con la petición.
Tras su negativa, Arroyo-Castro fue convocada a otra reunión, donde, aparentemente, un funcionario del distrito le advirtió que unos días sin sueldo la ayudarían a reflexionar sobre si era lo mejor para ella mantener la cruz en la pared. Luego fue suspendida sin sueldo durante dos días.
Además, se supo que la mujer católica fue advertida de que enfrentaría una suspensión adicional de cinco días si no cumplía con las exigencias del distrito cuando regresara a la escuela. Tras expresar al distrito que no mantendría el crucifijo debajo de su escritorio, fue puesta en licencia administrativa paga.
Sus abogados señalaron que mientras está bajo licencia administrativa ha sido presionada para renunciar o jubilarse anticipadamente y firmar un acuerdo para no demandar al distrito y ha sido amenazada con el despido a menos que acepte ocultar el crucifijo.
Argumentos legales
"El grupo legal argumenta que el distrito está violando los derechos de los docentes bajo la Primera y Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, así como las protecciones de la libertad religiosa bajo la ley estatal y las protecciones contra la discriminación en el lugar de trabajo", explicó Fox News.
Entre tanto, el distrito escolar niega la versión. Aseguró que la decisión de la maestra de exhibir un símbolo religioso en la pared del aula de la escuela pública es una "clara violación" de las leyes federales y estatales que garantizan que las escuelas públicas permanezcan neutrales en asuntos religiosos.
"Es importante que el símbolo estuviera colocado en la pared frontal del aula. Era parte del ambiente del aula y todos los estudiantes lo podían ver, lo que violaba la libertad religiosa de nuestros estudiantes", explicó el distrito en unas declaraciones recogidas por Fox.
"No permitiremos que ningún docente utilice su posición de autoridad para imponer sus creencias religiosas personales o infringir los derechos civiles de los estudiantes", agregó Tony Gasper, Superintendente de Escuelas.
Tras la versión del distrito escolar, Keisha Russell, asesora principal del First Liberty Institute, indicó que los funcionarios escolares necesitan actualizarse sobre el tema:
"La Corte Suprema ha dejado en claro que los días de intimidar a los maestros, incluso para que no expresen sus creencias de la manera más benigna, han terminado. Pedirle a un maestro que elimine de su lugar de trabajo cualquier cosa que tenga que ver con la religión es una afrenta a la Primera Enmienda y viola tanto la ley estatal como la federal. El distrito escolar debe dar marcha atrás ahora".