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 EL TIEMPO QUE LLEVA KAMALA HARRIS SIN COMPARECER EN UNA CONFERENCIA DE PRENSA

Así fueron las negociaciones para liberar a Evan Gershkovich: tres continentes, agencias de espionaje y cálculo político

Según la inteligencia turca, encargada de concretar el acuerdo, fue uno de los intercambios de prisioneros más complejos de los últimos años. 

Evan GershkovichAFP PHOTO / US GOVERNMENT

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Tras 491 días detenido, Rusia liberó a Evan Gershkovich. El periodista de The Wall Street Journal se encontraba tras las rejas en suelo ruso desde marzo de 2022, luego de ser acusado y luego condenado por espiar para la CIA. El extenso y complejo proceso hacia su liberación involucró incontables horas de negociaciones y la participación de muchos países. Fue definido como "uno de los intercambios de prisioneros más complejos de la historia reciente". 

El reportero de 32 años aprendió el idioma ruso con sus padres y construyó un historial basado en ese conocimiento, información y análisis sobre la región. Antes de ingresar al WSJ en 2022, trabajó desde Moscú la Agence France Press y el Moscow Times.

Aquel 29 de marzo de 2022, Gershkovich transitaba un día normal de trabajo y se encontraba cenando en un restaurante cuando fue intempestivamente detenido por las autoridades rusas. ¿La excusa? Ser un espía estadounidense para la CIA

Gershkovich fue entonces trasladado a la prisión de Lefortovo, donde lo mantuvieron cien por ciento aislado del mundo. En efecto, pasaba el 90 % del día encerrado en una pequeña celda, desde la que intentaba seguir los resultados de su equipo de fútbol, el Arsenal.

Ese suplicio llegó a su fin el jueves 1 de agosto, cuando de pronto lo subieron en un avión rumbo a Turquía, donde finalmente se concretó su libertad. 

Así fueron las negociaciones para liberar a Gershkovich

Según informó el Gobierno de Turquía, llevaron a cabo "mayor operación de intercambio de prisioneros de los últimos tiempos, que implica el intercambio de 26 personas procedentes de cárceles de siete países diferentes (Estados Unidos, Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega, Rusia y Bielorrusia)".

Entre los negociados estuvo Vadim Krasikov, un asesino a sueldo que era de especial interés de Vladimir Putin. Bastante confiado, Krasikov había afirmado que “la Federación Rusa no me dejará pudrir en la cárcel”. 

El asesino no fue una elección casual. Ella Milman, madre del periodista, estudió el caso de Krasikov durante 16 meses, consciente de que podría ser una moneda de cambio interesante para Putin.

Según informó el WSJ en una extensa pieza que explicó la trastienda de la negociación, el proceso duró meses, con la participación de "presentadores de televisión en horario de máxima audiencia, multimillonarios de Silicon Valley y oligarcas rusos", incluso de un "dúo improbable formado por Tucker Carlson y Hillary Clinton había desempeñado papeles secundarios para impulsar las conversaciones". 

A su vez, señalaron que los principales actores de las negociaciones fueron Estados Unidos y Alemania. El Departamento de Estado incluso creó oficinas especializadas para el caso con aproximadamente dos docenas de personas trabajando en la liberación del periodista.  

De vuelta a la detención, los reportes del citado medio indican que Putin veía en el periodista un potencial rehén para negociar la posterior liberación de Krasikov, la cual el Gobierno alemán rechazaba una y otra vez. "Si la administración Biden no cambia a Krasikov por Whelan, entonces tal vez lo haga por el corresponsal de un importante periódico estadounidense", explicaron desde el WSJ. 

Puertas a dentro, la estrategia cayó en manos de Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Joe Biden y una de las personas con más poder en ocupar el cargo en los últimos años. 

"El problema sería liberar a Gershkovich, cumpliendo con el deber del presidente hacia un estadounidense detenido ilegalmente, sin alentar a los autócratas a que arrestaran a algún otro periodista, en algún lugar. Por ahora, la Casa Blanca enviaría al Kremlin un mensaje claro: Gershkovich no era un espía y debía ser liberado de inmediato", añadieron desde el WSJ. 

El problema ahora era convencer a Berlín de liberar a Krasikov. Allí participaron decenas de intermediarios, algunos conocidos como el periodista de investigación búlgaro Christo Grozev y el empresario ruso Roman Abramovich, quienes lograron avances significativos en las discusiones.

Los palos en la rueda no tardaron en llegar por parte de los alemanes. La ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, de máxima autoridad diplomática del país, estaba "horrorizada por el precedente de liberar a un asesino profesional enviado por Putin". 

"Tiempo después, el jefe de gabinete del canciller Olaf Scholz, Wolfgang Schmidt, se reunió con un grupo de periodistas y editores del Journal en una oficina a una milla del lugar del asesinato y les transmitió el mensaje: 'Puede que no sea fácil para nosotros, pero es posible'", sumaron. 

Sin embargo, la primera oferta de la Administración Biden no fue muy satisfactoria para Moscú. Ofrecían cuatro agentes encubiertos de las agencias militares y de inteligencia extranjeras de Rusia, todos ellos detenidos en Europa. 

En este punto llegó la intervención de Tucker Carlson, quien, tanto en privado como en público, presionó por la liberación del periodista. Luego de su entrevista con Putin, el mandatario le ofreció una visita guiada por el Kremlin, durante la cual Carlson le recordó el caso del periodista. "¿Por qué haces esto? Te está haciendo daño", le dijo a Putin, quien culpó a Washington de no hacer la oferta apropiada.

Esa misma noche, Scholz viajó a DC para definir con Biden una nueva estrategia. "Al final de una reunión de una hora con Biden, los líderes acordaron formalmente: sus países considerarían a Krasikov como la pieza central de un acuerdo que liberaría a numerosos prisioneros, incluidos Navalny, Gershkovich y el exmarine Whelan", continuaron desde el WSJ.

En mayo de este año, los alemanes negociaron algunos términos propios. Una vez fijado el "precio", siguieron algunas reuniones durante junio y julio, entre funcionarios de inteligencia estadounidenses y sus homólogos rusos, mientras que los alemanes celebraban otros encuentros en paralelo. 

"En Washington, Sullivan se apresuró a cerrar el acuerdo justo cuando estalló una insurrección abierta por parte de los demócratas que esperaban que Biden pusiera fin a su intento de un segundo mandato", agregaron del WSJ

La logística ya se antojaba compleja, dado que incluía también a otros dos periodistas encarcelados, presos políticos rusos, cuatro alemanes y los espías encubiertos de Eslovenia, Noruega y Polonia. El director de la CIA voló a Ankara, el lugar del intercambio, para discutir la logística con el jefe de espionaje de Turquía.

Antes de salir formalmente de Rusia, Gershkovich tuvo que firmar una petición oficial de clemencia presidencial, dirigida por supuesto a Vladimir Putin. Osado, el periodista se animó a solicitarle una entrevista al presidente ruso una vez se concretara su liberación

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