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La Declaración de Independencia, un faro moral ignorado por el Gobierno y los ciudadanos

En 2023, solo el 18 % de los jóvenes de 18 a 34 años se sentían “extremadamente orgullosos” de ser estadounidenses. ¿Qué está pasando?

Declaración de Independencia de julio de 1776 a partir de una impresión grabada por W GreatbachCordon Press

"Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador de ciertos Derechos inalienables, que entre ellos están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad” - Declaración de Independencia de los Estados Unidos

Cada 4 de Julio millones de estadounidenses en todo el mundo se reúnen para disfrutar de desfiles, picnics, barbacoas, fuegos artificiales y un día tranquilo en familia. Cada una de estas actividades, por más triviales que parezcan, representan bastante bien los tres aspectos fundamentales que condensa la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América: vida, libertad y felicidad.

Desde hace casi 250 años, los estadounidenses se han movido en torno a ideales muy claros, haciendo valer los derechos inalienables ratificados por los Padres Fundadores en 1776. Esta declaración, al final del día, ha servido como una guía moral para una nación que, a pesar de convertirse rápidamente en una superpotencia global, sigue siendo muy, muy joven.

En cualquier otro contexto, una nación joven no debería estar lista para liderar el mundo libre. Pero la sabiduría de los Padres Fundadores, transmitida por generaciones, dejó valores y derechos inalterables en la Declaración de Independencia que generaron una madurez temprana para los Estados Unidos de América y sus ciudadanos, que supieron por décadas proteger las bases de un Gobierno creado para servir al pueblo.

Por ello, el mismísimo Abraham Lincoln, guiándose en gran medida por el modelo moral que se lee en el texto, sostuvo que la Constitución de los Estados Unidos debe interpretarse a partir de la declaración de principios que muy concisamente explicaron los Padres Fundadores.

Sin embargo, en tiempos de extrema polarización política-social y de desconfianza en las instituciones, la claridad y lucidez del texto más poderoso y consecuente de la historia de Estados Unidos hoy está sobrepasada por ideas nocivas que atentan contra devenir de una nación que hasta hace no mucho era el modelo para seguir de Occidente.

Ciudadanos que reniegan de su historia

La semana pasada, el congresista Jason Smith (R-MO) abordaba justamente este tema en su reporte semanal desde el Capitolio, explicando que los estadounidenses deben todo su estilo de vida a los Padres Fundadores, quienes encontraron el coraje para establecer una nación construida “sobre los principios y libertades que disfrutamos hoy”.

“Arriesgaron sus vidas para formar una nación con un gobierno dirigido por el pueblo –no por los ricos, los reyes o los tiranos– y donde todos tienen derecho a practicar su religión, a hacer oír su voz sin temor a la persecución, y así mucho más”, escribió Smith. “Lamentablemente, en los últimos años hemos visto un aumento alarmante en el número de estadounidenses que no están orgullosos de llamar hogar a esta nación, y eso es especialmente cierto entre los más jóvenes”.

Firma de la Declaración de Independencia, 4 de julio de 1776. De La historia de nuestro país, publicada en 1900Cordon Press

El congresista, en pocas líneas, expuso una gran verdad: mientras hace apenas dos siglos un nutrido grupo de patriotas arriesgabas sus vidas para impulsar y proteger los ideales que en definitiva forjaron a Estados Unidos, hoy la realidad es que muchos de los estadounidenses reniegan de sus tradiciones, orígenes o historia.

En 2022, según Gallup, el orgullo patriótico llegó al mínimo histórico, con solo el 38 % de los ciudadanos mostrándose “extremadamente orgullosos” de ser estadounidenses. En el 2023, la cifra se mantuvo en un 39 %, con los demócratas e independientes mostrándose especialmente desconectados con el sentimiento de los republicanos, que todavía se consideran “extremadamente orgullosos”.

Pero más allá de las líneas partidistas, donde más se aprecia la desconexión por el patriotismo es entre en los ciudadanos jóvenes estadounidenses que rondan los 18 y 34 años, que en su mayoría dicen que no se sienten “extremadamente orgullosos” de ser estadounidenses.

“Además de la identificación del partido, la edad parece afectar significativamente el orgullo nacional de los estadounidenses. Mientras que el 50 % de los adultos estadounidenses de 55 años o más dicen que están extremadamente orgullosos de ser estadounidenses, el 40 % de los de 35 a 54 años y el 18 % de los jóvenes de 18 a 34 años dicen lo mismo”, se lee en un estudio de Gallup.

El congresista Smith culpa de este sentimiento negativo a la cultura woke y los planes de estudio en las escuelas y universidades que muestran a Estados Unidos como un país villano, institucionalmente racista y opresor.

“Es sólo otra consecuencia de la cultura woke y del lavado de cerebro que estamos viendo en las escuelas, donde los planes de estudio que los burócratas de Washington están eliminando están tratando de hacer creer a los niños que Estados Unidos es malvado en lugar del faro de libertad que es y ha sido durante casi 250 años”, dice Smith. “Y nuestros Padres Fundadores son uno de sus principales objetivos en sus esfuerzos por convertir a Estados Unidos en un villano y reescribir –e incluso borrar– su historia”.

Razón no le falta al representante. En los últimos años, la figura de Thomas Jefferson, autor principal de la Declaración de Independencia, ha sido acosada debido a su pasado como “esclavista”. Este revisionismo histórico ha llevado al derribo de monumentos icónicos en su honor e incluso ha dado lugar a movimientos perjudiciales, como el de los estudiantes de la Universidad de Virginia (fundada por el propio Jefferson) hace unos años, que exigieron la eliminación de su nombre del campus.

Thomas Jefferson en 1785, retrato del artista británico-estadounidense Mather BrownCordon Press

Este movimiento revisionista no se limita solo a Jefferson o a los Padres Fundadores, también alcanza a figuras icónicas como Abraham Lincoln, el hombre que lideró esfuerzos para abolir la esclavitud en Estados Unidos, que ha sido acusado por activistas radicales de “racista”.

Por supuesto, esto es preocupante, porque si los jóvenes reniegan de los próceres país, ¿cómo Estados Unidos va a respetar o seguir la guía moral que éstos dejaron hace 248 años? Luce imposible.

Un faro que funciona, pero se ignora

Aún así, por más que los estadounidenses ya no sean patriotas, eso no significa que la Declaración de Independencia ya no funcione como guía. De hecho, hasta que no ocurra una refundación, la misma permanecerá como un faro en perfecto funcionamiento, aunque sea ignorado.

Si algo se destaca en la Declaración de Independencia son tres puntos. 1. La igualdad bien concebida, es decir, la igualdad natural de todos los seres humanos que fueron dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables: la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; 2. La propia libertad, concebida por los Padres Fundadores como inviolable, que sirve para expresarse, practicar religiones o reunirse; 3. El consentimiento de los gobernados, donde se establece claramente que el poder legítimo reside en el pueblo y que el Gobierno deriva su autoridad de este.

Cada uno de estos puntos son irrespetados hoy por hoy.

En el Estados Unidos actual, donde los estadounidenses están obligados a votar por candidatos en gran medida impopulares y que han aupado la polarización, el Gobierno irrespeta los derechos más básicos de los ciudadanos con sistemas de vigilancia desmedidos y perfeccionados para violar la privacidad de las personas.

En el Estados Unidos actual, donde la inflación destruye el poder adquisitivo de los comunes, la clase media está cada vez más deteriorada y derrotada, volviéndose imposible gozar del derecho inalienable de buscar la felicidad; que no es otra cosa que llegar a cumplir el sueño americano: tener una cosa propia, trabajo digno, una familia que pueda crecer en una sociedad sana y vivir prósperamente en la tierra de la libertad y la prosperidad.

En el Estados Unidos actual, donde la frontera se ha vuelto una simple línea imaginaria sin control y la indigencia se ha apoderado de las principales ciudades del país, el Gobierno no para de endeudarse a costa de los contribuyentes que miran como su libertad económica se esfuma a pasos agigantados.

Esto fue reseñado por la Heritage Foundation, que detalló en su índice de libertad económica de 2023 que la economía de Estados Unidos bajó hasta el lugar número 25 entre las más libre del mundo.

“El factor principal en la erosión de la libertad económica de Estados Unidos es el gasto gubernamental excesivo, que ha resultado en un déficit y una carga de deuda crecientes”, detalló la fundación.

Si bien hay muchos puntos negativos, lo positivo en todo esto es que aún no es tarde para volver a los orígenes, respetar la historia, reivindicar las tradiciones y volver a seguir el faro que convirtió a los Estados Unidos en el país más libre y próspero del mundo. Es decir, cumplir con todo lo que representa el 4 de Julio.

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