La crisis existencial de la Generación Z: sin dinero ni proyectos a futuro
Un estudio de TransUnion reveló que los nacidos entre 1995 y 2012 tienen altos índices de deuda y morosidad crediticia.
La precariedad económica de la Generación Z -y su pesimismo- suele enumerarse como una característica definitoria de quienes nacieron entre 1995 y 2012. Un reciente estudio de la agencia de información crediticia TransUnion añade argumentos a la definición -y al pesimismo-, comparándola con la situación de los millennials (nacidos entre 1980 y 1994) cuando también tenían entre 22 y 24 años.
Los Gen Z recurren más a los créditos que los millennials hace diez años. Hasta ahí, bien. El primer problema: también tienen niveles de morosidad más altos, aunque el estudio aclara que la morosidad es más alta para todas las edades. Los jóvenes de hoy, en segundo lugar, están más endeudados que hace una década. De hecho, forman el grupo etario que más deudas acumula.
"Incluso después de ajustar la inflación, los consumidores de la Generación Z ganan menos, tienen menos ingresos después de pagar la deuda, tienen una mayor deuda en todos los productos y mayores ratios deuda-ingresos, y obtienen peores resultados en comparación con los millennials a la misma edad", enumera el estudio.
El aumento de los precios de la comida y la vivienda, además del aumento de la cantidad de préstamos estudiantiles, son las principales causas detrás del aumento de la deuda entre los Gen Z, de acuerdo con una cobertura del reporte realizada por el Wall Street Journal. En definitiva,.
"Los consumidores de la Generación Z han visto sus finanzas significativamente impactadas por la pandemia y sus secuelas, incluso más que los millennials como resultado de la Crisis Financiera Global", sostuvo Michele Raneri, analista de TransUnion. Los propios Gen Z y millennials están de acuerdo: mientras que un 75% de los primeros dicen que sus finanzas se vieron impactadas negativamente por la recesión pandémica, un 60% de los segundos piensa lo mismo de la crisis del 2008.
La generación pesimista
Esta negatividad está bien documentada: un 12% de los Gen Z se consideraron infelices o algo infelices en el último World Happiness Report. Un 16% dijo no ser feliz ni infeliz, mientras que un 48% reportó ser "algo" feliz. El estudio elaborado por Gallup y el Walton Family Foundation Voices también descubrió que casi la mitad siente ansiedad a menudo, mientras que uno de cada cinco aseguró sufrir depresión con frecuencia.
Aunque el análisis reconoce el peso de la seguridad financiera en esta introspección desolada, otorga mayor importancia a factores como las horas de sueño y la motivación en el trabajo o los estudios.
Al pensar en el futuro, ven pocos signos de mejora. Un 16% cree que no podrá jubilarse, mientras que un 34% piensa que nunca podrá comprar su propia casa. Así lo reveló un estudio de la consultora McKinsey sobre la Generación Z, que también notificó "niveles alarmantes de negatividad sobre sí mismos, su confianza en el futuro y su capacidad para encontrar satisfacción en la vida estadounidense".
Algunos análisis apuntan a que aquella carencia de expectativas a futuro desfavorece el ahorro. El gasto es inmediato, sin reserva alguna para objetivos a medio o largo plazo. Cerca de tres cuartas partes de la generación sostuvo a fines del año pasado que la situación económica les hacía dudar a la hora de plantearse metas a largo plazo, según un reporte de Intuit difundido por CNBC.
Los consumidores menores de 35 años concentran el 53% de las compras "compre ahora y pague después", según un estudio de LexisNexis Risk Solutions reportado por NBC News. Este tipo de compras, sumadas a la creciente facilidad de adquirir productos vía internet, aumenta el riesgo de impagos.
Adjetivos que definen a una generación
La consultora McKinsey los bautizó como "always-on purchasers". Es decir, compradores siempre activos. La frecuencia de compra no es mensual o semanal, es constante: realizan adquisiciones en cualquier momento -por canales siempre abiertos como las redes sociales- y en todo momento, con suscripciones a servicios como Netflix o Spotify.
De acuerdo con la misma, también quieren aprovechar "todos los formatos". Cliquean "comprar" tanto en los teléfonos, tras ver una publicidad en redes sociales, como en la página web de una marca a la que accedieron en el ordenador o acuden a un centro comercial a probarse esos zapatos que tienen entre ceja y ceja.
La revista The Economist los describe como compradores con "billeteras flacas y gustos caros". Categorías como bienestar y lujo les parecen esenciales. El comprador medio de la Generación Z realiza su primera compra de lujo a los 15 años, de acuerdo con un análisis reportado por el mismo medio. El millennial lo hacía recién cuatro años más tarde.
Aquellos comportamientos revelan también un cambio de valores, de acuerdo con la compañía de software financiero Intuit. "La calidad de vida es clave para la Gen Z, incluso más que la salud financiera o física", explica en un informe del año pasado. De hecho, le siguen al balance vida-trabajo la capacidad de practicar hobbies, las actividades solidarias y las relaciones románticas.
La salud financiera aparece décima.