Rudy Giuliani es declarado en desacato por segunda vez en menos de una semana

Rudy Giuliani volvió a ser declarado en desacato, lo que marca la segunda vez en menos de una semana para el exalcalde de la Ciudad de Nueva York. Así lo declaró la jueza Beryl Howell, luego de encontrar que Giuliani incumplió el fallo que le prohibía volver a hacer declaraciones sobre las elecciones presidenciales que involucren a Ruby Freeman y Shaye Moss, dos trabajadoras electorales de Georgia. 

El acuerdo prohibía a Giuliani realizar más afirmaciones sobre "irregularidades" en las elecciones presidenciales del 2020. Howell lo encontró culpable de violar esto de al menos seis formas diferentes en dos ocasiones durante su programa nocturno. “Esto requiere mucho descaro, señor Giuliani”, dijo la jueza mientras leía el fallo. 

A su vez, le otorgó a Giuliani diez días para presentar una declaración jurada en la que afirme que revisó el expediente del caso, como así también un informe que detalla que sus dichos sobre las dos trabajadoras electorales "no tenían fundamento". En otras palabras, debe reconocer que las afirmaciones que realizó en su programa van  en contra de las conclusiones del caso. 

“Estoy muy preocupada, en base a las declaraciones hechas durante esta audiencia, de que no se pueda persuadir al señor Giuliani de dejar de hacer declaraciones que violan la sentencia por consentimiento en este caso sin sanciones aún más severas”, señaló Howell. 

En caso de no cumplir, recibirá una multa diaria de 200 dólares y, si sigue con este tono pasados los 30 días, podría enfrentar la cárcel. 

El veredicto contra Rudy Giuliani

El exalcalde de la Ciudad de Nueva York fue condenado en diciembre del 2023 a pagar 148, 7 millones de dólares por difamación.

Durante el juicio civil de cuatro días, Freeman y Moss describieron cómo sus vidas habían tomado un giro radical luego de las declaraciones de Giuliani, recibiendo en consecuencia amenazas violentas y racistas. En efecto, su estrategia legal se basó en cómo ambas habían perdido la reputación de sus nombres y, en consecuencia, debían vivir de forma muy discreta.

"El 4 de diciembre de 2020 fue el último día que fui esta Shaye extrovertida, feliz y burbujeante. Ese fue el día en que todo cambió en mi vida; todo se puso patas arriba", testificó Moss durante el juicio. "¿Cuál es mi nombre hoy? ¿Quién soy hoy? ¿Qué nombre voy a usar? No puedo decir quién soy", señaló Freeman.

La carátula de la demanda era por “difamación, infligir intencionalmente angustia emocional, conspiración civil y daño punitivo”. De los 148,7 millones a pagar, 17 millones irán a parar a Moss por la difamación, a lo que hay que sumar otros 20 millones por angustia emocional. Por su parte, Freeman recibirá 16,2 millones por difamación y los mismos 20 millones por la angustia emocional provocada. A su vez, recibieron 75 millones adicionales en concepto de daños punitivos.