Tensión en el Indo-Pacífico: China advierte a Filipinas por el despliegue militar con EEUU
Pekín criticó duramente el despliegue, acusando a los filipinos de unirse a la "maquinaria de guerra" estadounidense. Manila aclaró que las maniobras no están dirigidas contra ningún país, pero admitió que podrían tener un efecto disuasorio frente a un posible conflicto en Taiwán o en el mar de China Meridional.

El presidente de China, Xi Jinping
China ha emitido una advertencia contundente a Filipinas en medio del inicio de maniobras militares conjuntas con Estados Unidos, que involucran a 14.000 efectivos y el despliegue de armamento avanzado en regiones estratégicas como el mar de China Meridional. Estas acciones, según Pekín, podrían desestabilizar la región y avivar tensiones, llevando a Manila a situarse "en el lado opuesto" de los intereses regionales.
Un mensaje de fuerza
El lunes pasado, Filipinas y Estados Unidos dieron inicio a la 40ª edición de los ejercicios militares Balikatan, que se extenderán por tres semanas. Con la participación de 10.000 soldados estadounidenses y 4.000 filipinos, estas maniobras incluyen simulaciones de defensa aérea y antimisiles, así como el uso de sistemas de armas avanzados.
Las provincias de Palawan y otras áreas cercanas al disputado mar de China Meridional son escenarios clave de estas operaciones, lo que ha generado una fuerte reacción de China.
El general filipino Romeo Brawner Jr., jefe de las Fuerzas Armadas de Filipinas, destacó que los ejercicios refuerzan las relaciones de cooperación con Estados Unidos, al que describió como un "guardián de la paz" en la región.

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Por su parte, el comandante de los Marines de EE.UU. en el Pacífico, James Glynn, afirmó que los militares estadounidenses operarán al límite de sus capacidades, subrayando el compromiso de Washington con su aliado filipino.
La respuesta de China
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Guo Jiakun, criticó duramente el despliegue militar, acusando a Filipinas de unirse a la "maquinaria de guerra" estadounidense en detrimento de la estabilidad regional. "Quien juega con fuego se quema", advirtió Guo, señalando que las acciones de Manila podrían desencadenar una carrera armamentística y perturbar la paz en el Indo-Pacífico. Además, reiteró la postura de Pekín sobre Taiwán, calificándolo como un asunto interno y oponiéndose al uso de esta cuestión como excusa para aumentar la presencia militar en la región.
Cabe señalar que Pekín reclama casi la totalidad del mar de China Meridional, a pesar de un fallo de 2016 de la Corte Permanente de Arbitraje que desestimó sus pretensiones. Las disputas territoriales con Filipinas, junto con incidentes recientes entre buques de ambos países, han elevado las tensiones, haciendo de esta región un punto crítico en la rivalidad entre Pekín y Washington.
Una región en ebullición
Los ejercicios Balikatan de este año son los primeros en contar con observadores de países como República Checa, Lituania, Polonia y Países Bajos, lo que refleja un creciente interés internacional en la seguridad del Indo-Pacífico.
Además, las maniobras incluyen el despliegue del sistema de misiles Typhon, capaz de alcanzar objetivos a 2.500 kilómetros, cubriendo el mar de China Meridional y el estrecho de Taiwán. Este sistema, estacionado en la isla de Luzón desde abril de 2024, ha sido un punto de fricción constante con Pekín, que exige su retirada.
El general filipino Francisco Lorenzo, director de los ejercicios, aclaró que las maniobras no están dirigidas contra ningún país, pero admitió que podrían tener un efecto disuasorio frente a un posible conflicto en Taiwán o en el mar de China Meridional.
Implicaciones regionales y globales
La escalada de tensiones entre Filipinas, Estados Unidos y China se produce en un contexto de creciente rivalidad en el Indo-Pacífico. Washington ha intensificado su presencia militar en la región, con despliegues en países como Japón, Australia y Corea del Sur, mientras que Pekín ha incrementado sus capacidades navales, contando con una flota de guerra que incluye 70 submarinos y 45 destructores.
La disputa por el mar de China Meridional, por donde transita el 30% del comercio global, sigue siendo un polvorín que podría desencadenar un conflicto más amplio.
Filipinas, por su parte, enfrenta un delicado equilibrio. Mientras busca fortalecer su alianza con Estados Unidos, también debe gestionar las presiones de China, su principal socio comercial. Las advertencias de Pekín sugieren que cualquier paso en falso podría tener consecuencias económicas y diplomáticas significativas para Manila.
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