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El silencio -mediático- de Kamala: ¿qué esconde la candidata demócrata?

Kamala encadena 27 días -y sumando- sin conceder entrevistas ni dar ruedas de prensa ante periodistas, ni siquiera a la entregada prensa de izquierda.

Kamala HarrisAFP

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Casi un mes después del golpe interno que terminó con la candidatura de Joe Biden a la Casa Blanca y aupó a Kamala Harris como cabeza de lista del Partido Demócrata, la vicepresidente continúa sin atender a los medios. Lo más parecido a una entrevista que ha concedido ha sido una conversación grabada con su compañero de ticket, Tim Walz, compartida en las redes sociales. Con un pasado radical como fiscal y como senadora, con muchos aspectos cuestionables, como los denunciados por Tulsi Gabbard en la campaña de 2020 y que le llevaron a abandonar la carrera, la campaña de Kamala ha optado por una estrategia de ignorar a la prensa que ya está levantando críticas incluso en las plataformas de izquierda, totalmente entregadas a ella.

Kamala asegura que concederá entrevistas "en algún momento" a finales de agosto

En el momento de publicar esta noticia se cumplían 27 días desde que presentó su candidatura -con el cadáver político de Biden aún caliente-, el mismo tiempo que la aspirante demócrata lleva sin comparecer ante la prensa. Por el momento, lo único que desde su campaña han señalada sobre los medios es que Kamala "sí" piensa conceder entrevistas y que lo hará en "algún momento" a finales de agosto.

Una actitud que contrasta notablemente con la exposición mediática de la campaña republicana. Donald Trump no ha dejado en ningún momento de conceder entrevistas o dar ruedas de prensa, incluso nada más salir del hospital tras el intento de asesinato que sufrió en Pensilvania. Su compañero de cartel, el senador J.D. Vance, es aún más activo, llegando a conceder tres entrevistas y en menos de 24 horas, además de atender a los medios que le requerían.

"Si no está preparada para sentarse con periodistas, no está preparada para sentarse con Xi"

Cada vez son más las voces que exigen a Kamala que acepte la responsabilidad de atender a los medios, incluso, como el empresario y excandidato en las primarias republicanas Vivek Ramaswamy, se preguntan cómo va a enfrentarse al presidente chino Xi Jinping si no se atreve a ponerse frente a los micrófonos de un periodista, aunque sea de un medio afín. Teniendo en cuenta la entrega absoluta de los medios de corte demócrata desde que la vicepresidente tomó las riendas, la cuestión es incluso más difícil de explicar desde su entorno.

Un pasado como fiscal con mucho que explicar

El historial de Kamala incluye varios aspectos sobre los que la vicepresidente prefiere no hablar. Así, la ex demócrata Tulsi Gabbard acabó con su carrera en solitario a la Casa Blanca al denunciar en un debate de precandidatos demócratas en CNN la verdad tras los registros como fiscal de Kamala:

"La senadora Harris dice que está orgullosa de su historial como fiscal y que será fiscal presidenta. Pero estoy profundamente preocupada por este historial. Hay demasiados ejemplos para citar, pero metió a más de 1.500 personas en la cárcel por infracciones relacionadas con la marihuana y luego se rio de ello cuando le preguntaron si alguna vez había fumado marihuana".

Pero, sobre todo, fueron demoledoras las acusaciones de que Kamala "bloqueó pruebas que habrían liberado a un hombre inocente del corredor de la muerte hasta que los tribunales la obligaron a hacerlo. Mantuvo a personas en prisión más allá de sus sentencias para utilizarlas como mano de obra barata para el estado de California y ella luchó para mantener el sistema de fianzas, lo que impacta en la gente pobre en la peor manera posible".

El fracaso de la zarina de la frontera

Además, y con ayuda de la prensa de izquierda, Kamala está tratando de presentarse como una moderada. Para ello, se han llegado a eliminar registros que la señalaban como la senadora "más radical", por delante incluso del socialista Bernie Sanders.

No es el único favor de los medios cercanos ideológicamente al Partido Azul: con la gestión fronteriza como uno de los puntos clave de cara a noviembre, se está tratando de borrar o matizar la responsabilidad directa de Kamala como zarina de este apartado. Un nombramiento publicitado en su momento y que ahora se ha vuelto una enorme losa para enfrentarse a Donald Trump con el récord absoluto de inmigrantes ilegales entrando en el país como consecuencia de las políticas migratorias de la Administración Biden-Harris.

No obstante, los medios progresistas no parecen estar actuando con la diligencia ni la rapidez que le gustaría a la vicepresidente. Sólo así puede explicarse que la campaña de la candidata demócrata se dedique a modificar titulares de medios afines en las búsquedas de Google sin su conocimiento ni consentimiento para hacerlos aún más favorables a ella y que parezca que grandes editores la apoyan totalmente, como denunció Axios esta semana. Curiosamente, estos presuntos adalides  de la libertad de prensa y la lucha contra la desinformación no han levantado la voz tras el señalamiento.

Los medios de izquierda, entregados a Kamala

Y es que la entrega a Kamala es absoluta desde que se vio que sería la candidata demócrata en los medios cercanos a los demócratas. Desde el establishment demócrata no han escatimado esfuerzos por convertir la desesperanza y angustia que generaba el estado de salud mental de Joe Biden en alegría y triunfalismo con la vicepresidente, olvidando incluso que sus números eran incluso peores que los del presidente y su rechazo mayor entre los votantes. El ejemplo de las portadas que la revista Time dedicó a Trump y a la propia Kamala son una muestra gráfica de esta situación:

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