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Un grupo activista con vinculación demócrata tiene miles de médicos que reclutan a pacientes psiquiátricos para votar

Desde pacientes en salas de emergencia y cuidados paliativos, estarían siendo utilizados para fines políticos.

VotaciónSora Shimazaki / Pexels

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Un informe revela que centros de salud están registrando a sus pacientes para que voten en las próximas elecciones presidenciales. Esta práctica se ha extendido desde hospitales psiquiátricos hasta unidades de cuidados intensivos neonatales, generando controversia, especialmente en estados clave para los próximos comicios.

The Washington Free Beacon reveló que el Instituto Psiquiátrico de Pensilvania, un centro de 89 camas afiliado a la Universidad Estatal de Pensilvania, implementó un programa de registro de votantes para sus pacientes internados. Este programa incluye a pacientes con diagnósticos graves como esquizofrenia, abuso de sustancias, depresión o trastorno bipolar. A pesar de que muchos de estos pacientes tienen dificultades para llevar a cabo sus actividades diarias y su estancia en el hospital suele ser involuntaria, el centro les proporciona la opción de participar en el proceso electoral.

El hospital argumenta que votar es una "herramienta terapéutica" que ayuda a empoderar a los pacientes y a mejorar su bienestar mental. "Votar es una parte importante del proceso de recuperación", afirmó Julie Graziane, psiquiatra geriátrica a cargo de los esfuerzos de participación ciudadana del hospital. Sin embargo, esta práctica ha generado críticas y preocupaciones éticas.

Los detractores de estas prácticas argumentan que registrar a los pacientes para votar en entornos médicos compromete la integridad de la relación médico-paciente e introduce un potencial de coerción. "Es una contaminación total del papel del médico", afirmó Sally Satel, profesora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Yale. Los críticos temen que la dinámica de poder entre médico y paciente pueda ser explotada para fines políticos, especialmente en poblaciones vulnerables como los pacientes psiquiátricos y los padres de recién nacidos en la UCIN.

Jane Rosenthal, especialista en ética médica del Hospital Tisch de la Universidad de Nueva York, también cuestiona la capacidad de los pacientes psiquiátricos internados para dar su consentimiento informado. "Muchas veces, estos pacientes no tienen la capacidad de tomar una decisión al principio de una hospitalización aguda", señaló. La falta de restricciones en las leyes electorales de Pensilvania, que no imponen requisitos de competencia a los votantes en hospitales psiquiátricos, agrava estas preocupaciones.

La organización detrás del movimiento

Vot-ER, una organización sin fines de lucro fundada por Alister Martin, médico de urgencias de la Facultad de Medicina de Harvard y exasesor de la vicepresidenta Kamala Harris, ha sido un actor clave en esta iniciativa.

Vot-ER está involucrado en una campaña más amplia que afecta a diversos tipos de centros de salud. Estos incluyen hospitales oncológicos, salas de emergencia, clínicas de abuso de sustancias, departamentos de cuidados paliativos y unidades de cuidados intensivos neonatales. La organización ha trabajado con más de 700 centros de salud en total, y su programa de registro de votantes se ha extendido a varias instituciones médicas en todo el país.

Vot-ER ha ayudado a más de 50.000 médicos a registrar a sus pacientes para votar, utilizando herramientas como insignias con códigos QR que facilitan el registro en línea.

Aunque Vot-ER se presenta como una organización no partidista, sus vínculos con figuras y fundaciones demócratas han levantado sospechas. La organización colabora con A Healthier Democracy, que promueve el programa progresista de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) como pilares de una atención médica justa. Además, ha asesorado a la Administración Biden-Harris sobre la implementación de una orden ejecutiva de 2021 que instruye a todas las agencias federales a promover el acceso al voto. Estos factores, junto con la asociación con fundaciones progresistas y la implicación en políticas de acceso al voto alineadas con una agenda política específica, han generado dudas sobre la imparcialidad de Vot-ER y su influencia en la esfera política.

Los críticos afirman que Vot-ER está transformando a los médicos en activistas políticos y utilizando a los pacientes como herramientas políticas. "La afirmación de que el registro de votantes es una forma de tratamiento psiquiátrico en sentido general es absurda. Es una apropiación indebida de la terminología de la salud mental para promover una agenda abiertamente política", expresó Elliot Kaminetzky, un psicólogo de Nueva York especializado en trastornos de ansiedad.

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