Biden paraliza las exportaciones de gas a Europa y pone en riesgo la estrategia de Occidente de no depender de la energía rusa
Tanto demócratas como republicanos han expresado su preocupación por las posibles repercusiones negativas de esta decisión en la economía del país y en las relaciones con los países europeos.
La Administración Biden paralizó las concesiones de permisos y los desarrollos de nuevos proyectos de gas natural licuado (c) hacia Europa bajo el pretexto de abordar la "crisis climática. Este movimiento se produce en un momento crítico en el que Europa se esfuerza por reducir su dependencia de las fuentes de energía rusas, en un intento por presionar al régimen de Vladimir Putin en su guerra contra Ucrania.
La Casa Blanca informó en enero que, como parte de su agenda climática, se decidió poner en pausa temporalmente las aprobaciones de GNL mientras se evalúan los impactos de las exportaciones en términos de "costos de energía" e "impactos para el medio ambiente". Sin embargo, un reciente informe de Diego Sánchez de la Cruz para Libre Mercado expone los riesgos que esto podría representar no solo para Estados Unidos, sino también para Europa.
La medida, justificada por la necesidad de evaluar el impacto climático de estos proyectos, genera una gran incertidumbre en el sector energético, especialmente para el Viejo Continente que esperaba disminuir la influencia económica de Rusia mientras está en conflicto con Ucrania.
Si bien entre 2022 y 2023 la Unión Europea logró reducir drásticamente su dependencia del gas ruso, pasando del 41% al 8% de su demanda, esto no habría sido posible sin las exportaciones de gas por parte de Estados Unidos. De hecho, el país norteamericano ha emergido como el principal proveedor de gas para países como España, cuya demanda nacional ha sido cubierta en un 25% por Estados Unidos en febrero de 2024.
Esto, también logró beneficiar al país norteamericano, consiguiendo que las exportaciones de gas hacia Europa y el Reino Unido registraran un espectacular crecimiento del 141% en comparación con los niveles de 2021. De hecho, actualmente Estados Unidos está vendiendo a Europa el 60% de sus exportaciones de gas natural, según el informe de Libre Mercado.
Para respaldar este crecimiento exponencial, los productores estadounidenses pusieron en marcha nuevos proyectos de infraestructura, como la planta Calcasieu Pass 2 (CP2) en Luisiana. Esta instalación tiene la capacidad de canalizar exportaciones equivalentes al 5% de la demanda global de gas natural, marcando así un hito en la industria del gas licuado.
Sin embargo, ahora, con la decisión del Gobierno de Biden se podría debilitar la posición de Estados Unidos como un proveedor confiable de energía para Europa y afectar negativamente a miles de empleos en la industria energética.
El informe expone que legisladores demócratas y republicanos del país norteamericano ya han expresado su preocupación por las posibles repercusiones negativas de esta decisión en la economía del país y en las relaciones con Europa.
Asimismo, las principales empresas del sector en Europa, agrupadas en la asociación Eurogas, expresaron su preocupación y e instaron al Gobierno estadounidense a evitar una prohibición o limitación innecesaria de las exportaciones de GNL.
“Si no se materializan capacidades adicionales de exportación de GNL de Estados Unidos, se correría el riesgo de aumentar y prolongar el desequilibrio de la oferta global. Esto prolongaría inevitablemente el período de volatilidad de los precios en Europa y podría conducir a aumentos de precios con las consiguientes implicaciones que tendrían en términos de agitación económica e impacto social”, advirtió la asociación de empresas europeas, resaltando que considera esencial que Estados Unidos apoye a Europa especialmente en estos tiempos de guerra.