El Senado de Arkansas aprueba un proyecto de ley para que los espectáculos drag sean solo para adultos

El Senado de Arkansas aprobó un proyecto de ley que clasifica las actuaciones drag como un negocio dirigido a adultos, lo que limitaría cuándo y dónde se puedrían llevar a cabo este tipo de espectáculos.

El senador republicano Gary Stubblefield y la representante estatal Mary Bentley fueron quienes patrocinaron el proyecto de ley que se aprobó tras una votación de 29 a 6 y que ahora irá a la Cámara para su consideración.

Con este proyecto se prohibiría que se lleven a cabo para evitar que cualquier persona menor de edad pueda asistir, tal y como ocurre con los clubes de striptease o servicios de acompañantes.

“No puedo pensar en ninguna cualidad redentora, nada bueno que pueda venir de tomar niños y ponerlos frente a un grupo de hombres adultos vestidos como mujeres (…) Pensé, pensé, y pensé. No se me ocurrió nada”, dijo Stubblefield.

Al colocar las actuaciones drag en la lista de negocios de adultos, este tipo de shows tendrán que realizarse en establecimientos para mayores de edad y se debe clasificar como tal en tiendas de libros y videos.

El proyecto define los espectáculos drag como una actuación en donde un artista o varios “cantan, sincronizan los labios, bailan o actúan ante una audiencia de al menos dos personas para el entretenimiento, ya sea que se realicen por pago o no”.

Asimismo, señala que el artista “muestra una identidad de género que es diferente del género del artista asignado al nacer usando ropa, maquillaje u otros accesorios que tradicionalmente usan los miembros y están destinados a exagerar la identidad de género del sexo opuesto del actor”.

Otros estados consideran proyectos similares

El Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Dakota del Norte informó que recomendó recientemente la aprobación de un proyecto de ley que criminalice la asistencia de menores de edad a espectáculos drag.

Unos diecisiete legisladores de Dakota del Sur también presentaron un proyecto para prohibir el uso de recursos estatales a contenido “lascivo” como los espectáculos donde se exhiben identidades de género diferentes a los biológicos de los artistas.