La ambiciosa propuesta económica del secretario del Tesoro de Trump para rescatar la economía de EEUU

Scott Bessent, el elegido por el presidente electo Donald Trump para liderar el Departamento del Tesoro, tiene un plan claro para rescatar y potenciar la economía de Estados Unidos: el enfoque ‘3-3-3’.

Se trata de una agenda económica ambiciosa que plantea el objetivo de, en primer lugar, recortar el déficit presupuestario al 3% del PIB, en segundo, lograr un crecimiento anual del 3% y, finalmente, aumentar la producción nacional de petróleo en 3 millones de barriles diarios más (actualmente se producen trece millones).

Los expertos califican el plan de Bessent como ambicioso, pero no imposible. Y, la mejor parte, es que tiene el visto bueno de los halcones fiscales y los aliados promercado del presidente electo. No en vano los mercados reaccionaron positivamente al nombramiento de Bessent para un cargo fundamental en la configuración de la política económica de la próxima Administración.

Bessent será básicamente el encargado de trabajar con Trump para plasmar en la realidad los recortes impositivos que prometió el presidente durante la campaña y, más difícil, establecer los aranceles que tanta promoción y éxito tuvieron durante sus mítines.

“Le preocupan los déficits, le preocupa el crecimiento económico y reconoce que hay una enorme conexión entre ambos”, dijo sobre Bessent Maya MacGuineas, presidenta del Comité por un Presupuesto Federal Responsable, en una conversación con Axios. “Su marco 3/3/3 es auspicioso, pero sería un éxito tremendo si se consigue”.

El potencial problema con el enfoque de Bessent, de acuerdo con Neil Irwin, corresponsal económico jefe de Axios, son las posibles tensiones que podrían existir entre la propuesta económica diseñada por el reconocido administrador de fondos de cobertura y las políticas migratorias de Trump.

Según Irwin, para que la economía de Estados Unidos crezca en un 3%, que es un crecimiento por encima de lo esperado por las proyecciones a largo plazo para la economía estadounidense, tiene que haber sinergia entre la oferta de trabajo y la productividad de las empresas por hora trabajada.

Para el experto, el plan de deportaciones masivas de Trump y el endurecimiento de las políticas migratorias podría generar que haya menos trabajadores disponibles en el país aunque su estatus sea ilegal, lo que supondría un obstáculo para el crecimiento del PBI si las empresas no logran aumentar la productividad por horas trabajadas. Esa sería la clave de la cuestión.

Un dato importante es que, para 2025, la CBO proyecta que la fuerza laboral potencial aumentará un 1.2% y la productividad laboral potencial subirá un 1%. Esto significa un crecimiento total combinado del 2.2% en el PIB potencial, lejos del 3% que plantea Bessent.

Para mejorar estas previsiones hay una esperanza: el enfoque promercado de Bessent y la potencial desregulación que plantea la Administración Trump.

Durante el primer mandato de Trump, la economía de Estados Unidos tuvo un buen rendimiento en gran medida gracias al plan de desburocratización y desregulación y el recorte de impuestos impulsados por el presidente republicano. En ese sentido, las pequeñas y medianas empresas se vieron beneficiadas, al tiempo que también crecieron los ingresos netos de las minorías.

También hay otro punto que podría impulsar un crecimiento del PIB: la revolución de la IA, que podría comenzar a dar beneficios en cuanto a productividad muy pronto, especialmente si Trump cumple su promesa de crear un ambiente propicio para los empresarios y grandes empresas que quieren invertir grandes sumas de dinero en la tecnología del futuro.