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El Fondo Monetario Internacional alerta sobre los "riesgos de fragmentación de la economía global" debido a las tensiones geopolíticas

"La actividad económica global es débil según los estándares históricos (...) La pandemia, las guerras (...) han cambiado el manual de las relaciones económicas mundiales", declaró Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI.

Dólares, recesión

(Pexels)

El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su informe "Perspectivas de la Economía Mundial" en el que hace énfasis en las "tensiones geopolíticas" actuales "que aumentan los riesgos de fragmentación de la economía global" en un futuro:

"La pandemia, las guerras y las tensiones geopolíticas han cambiado el manual de las relaciones económicas globales". Las presiones demográficas y una desaceleración en la formación de capital privado precipitaron aún más la desaceleración del crecimiento. A falta de acción política o avances tecnológicos, se prevé que el crecimiento a medio plazo caiga muy por debajo de los niveles prepandémicos.

"Las cicatrices de la pandemia todavía están con nosotros", declaró Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. Asimismo, aseguró que "la pérdida de producción mundial desde 2020 ronda los 3,3 billones de dólares, y los costos recaen desproporcionadamente en los países más vulnerables".

El crecimiento débil se debe a una desaceleración de la productividad

En el estudio actual se desvela que "la actividad económica global es débil según los estándares históricos" y que las "perspectivas de crecimiento global a mediano plazo siguen estando muy por debajo de su promedio histórico: apenas por encima del 3%:

"Las perspectivas de crecimiento se han ido desacelerando desde la crisis financiera mundial. La inflación no está totalmente derrotada. Los colchones fiscales se han agotado. Y la deuda ha aumentado, lo que plantea un desafío importante para las finanzas públicas en muchos países. Sin una corrección del rumbo, de hecho nos dirigimos hacia “los tibios años veinte” , una década lenta y decepcionante".

El principal impulsor del crecimiento más débil "es la desaceleración significativa y generalizada de la productividad". El análisis pone en evidencia que "la poca productividad representa más de la mitad de la desaceleración del crecimiento en las economías avanzadas y emergentes, y casi toda en los países de bajos ingresos":

"Desde la invasión rusa a Ucrania, el crecimiento del comercio entre economías de bloques políticamente distantes se ha desacelerado 2,4% más que el comercio entre aquellas que están más estrechamente alineadas. Las cadenas de suministro se están alargando, con costos potenciales en cada paso".

Georgieva aseguró que aunque "la prudencia fiscal es difícil", es necesario aplicarla: 

"Para todos los países, ricos y pobres, la prudencia fiscal es difícil. Esto es especialmente cierto en un año con un número récord de elecciones y en un momento de gran ansiedad debido a una incertidumbre excepcional y años de conmociones".

El informe del FMI concluye asegurando que "el motor de crecimiento de la economía mundial está perdiendo fuerza (...)Para impulsar el crecimiento, son necesarias reformas urgentes para mejorar la asignación de recursos a las empresas productivas, impulsar la participación en la fuerza laboral y aprovechar la inteligencia artificial para aumentar la productividad. Abordar estos problemas es fundamental, dadas las limitaciones adicionales que la alta deuda pública y la fragmentación geoeconómica pueden imponer al crecimiento futuro.

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