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China espió durante una década a la Reserva Federal

Un informe del Comité del Senado de Seguridad Nacional describe la política de sobornos y espionaje a la Fed, sin detallar si la dictadura accedió a información sensible.

Jerome Powell, gobernador de la Reserva Federal. Foto: Federal Reserve (Flickr).

China intentó crear “una red de confianza” entre los empleados de la Reserva Federal, según las conclusiones de un informe elaborado por el Senado. El régimen dictatorial ofrecía puestos de trabajo muy bien remunerados a cambio de que los empleados de la Fed adelantasen al gobierno chino las intenciones de política monetaria del órgano regulador.

Un "esfuerzo continuado"

El texto constata que se ha producido "un esfuerzo sostenido" por parte del país "durante más de una década, para ganar influencia sobre la Reserva Federal”. Y reconoce que ha habido “un fracaso por parte de la Reserva Federal para combatir esta amenaza de manera efectiva”. El programa de espionaje de China terminó en 2019.

No recoge si los intentos por parte del régimen tuvieron éxito ni menciona que el régimen accediera a información sensible sobre la política del banco central, pero tampoco lo desmiente. Sin embargo, el hecho de que la política de soborno y espionaje por parte de China durase una década permite pensar que, al menos por un tiempo, sí pudo tener réditos para la dictadura.

Otra conclusión es que el órgano regulador de la política monetaria no estuvo al tanto de los intentos por conocer sus decisiones durante mucho tiempo. Finalmente, una fuente externa a la Reserva Federal le advirtió de que había un intento por parte de países enemigos de los Estados Unidos por conocer de primera mano las decisiones de la Fed. Fue entonces cuando la institución inició una investigación interna.

Una red de 13 empleados de la Fed

Una parte de la investigación realizada por el Comité de Seguridad Nacional del Senado se centra en un empleado de la Fed que tenía vínculos con un programa de captación de talento respaldado por el gobierno chino. El empleado intentó atraer a una red de hasta 13 investigadores empleados en 8 bancos miembros de la Reserva Federal.

En ocasiones, los métodos seguidos por la dictadura asiática eran más expeditivos. Por ejemplo, el informe recoge el caso de un economista de la Reserva Federal que viajó a Shanghai en 2019. Las autoridades chinas le exigieron que diera información sobre las decisiones económicas que iba a adoptar la Administración Trump. Le preguntaron sobre la política arancelaria, en un contexto de guerra comercial entre las dos potencias económicas. El gobierno chino le amenazó con llevarle a prisión si no ofrecía información, pero el empleado se negó a hacerlo. El acoso del régimen fue constante, ya que le retuvieron en cuatro ocasiones durante el viaje.

Críticas de Jerome Powell

Pero el gobernador de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha rechazado las principales conclusiones del informe. Así, en una carta enviada al senador Rob Portman (R), de Ohio, Powell dice: “Entendemos que algunos actores pretenden explotar cualquier vulnerabilidad”, pero asevera que “nuestros procesos, controles y tecnología son robustos y se actualizan regularmente. Rechazamos respetuosamente cualquier sugerencia en sentido contrario”.

Por su parte el gobierno chino ha rechazado el contenido del informe, sin desmentirlo expresamente. El portavoz Liu Pengyu, en unas palabras recogidas por el diario Wall Street Journal, ha declarado: “La cooperación entre China y Estados Unidos en los ámbitos económico, financiero y de otro tipo es abierta y transparente, lo que ha desempeñado un importante papel en la mejora del entendimiento y la confianza mutuos entre ambos países”.

Según un análisis realizado por Peter Schweitzer para el Gatestone Institute, la Administración Biden ha fallado a la hora de anteponer los intereses de los americanos por encima de los suyos propios en la relación del país con China.

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