Los medios de todo el mundo, sobre todo en Occidente, están replicando al unísono una denuncia supuestamente proveniente del Comité para la Protección de los Periodista (CPJ, por sus siglas en inglés): Israel, en los últimos cuatro meses, “asesinó” aproximadamente a casi un centenar de periodistas en Gaza durante su cruzada contra Hamás tras los ataques terroristas del pasado 7 de octubre.
Según un reporte del CPJ, una ONG con sede en Nueva York, el 2023 fue el año más sangriento para el periodismo, con 99 muertes, y la mayoría provino de la guerra entre Israel y Hamás.
El comité, de hecho, reportó en diciembre que más periodistas murieron en los primeros tres meses de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza que en cualquier otro país durante un año entero. En ese momento, la cifra de periodistas muertos era de 77 (actualmente se ubica en 88), y casi todos eran palestinos, denunció el CPJ.
Sin embargo, las cifras, en el mejor de los casos, están manipuladas por Hamás; en el peor, son completamente falsas, explicó el periodista de investigación David Collier, quien denunció que la mayoría de los “periodistas” palestinos asesinados, en realidad, formaban parte o estaban vinculados a grupos terroristas como la Yihad Islámica Palestina o incluso Hamás.
De acuerdo con Collier, de hecho, la lista de periodistas de la CPJ está basada en una sola fuente: la Oficina de Medios de Gaza, controlada por Hamás.
El periodista de investigación radicado en Reino Unido publicó un informe de 200 páginas titulado “Los periodistas de Gaza: una teoría de conspiración antisemita moderna promovida por los principales medios de comunicación”, y allí escribió “que la afirmación de que Israel ha estado atacando a periodistas para silenciarlos es una ficción insostenible y vergonzosa”.
Cuando Collier hizo su informe, el CPJ había denunciado el fallecimiento de 70 periodistas, cifra que ha ido aumentando.
En su informe, Collier denuncia que el CPJ hizo un trabajo periodístico mediocre, dando por buena la lista de Hamás, repartiéndola por todo el mundo, sin verificar mínimamente la biografía de los nombres mencionados por la Oficina de Medios de Gaza.
En entrevista Jewish News Syndicate (JNS), Collier denunció que el CPJ prácticamente encubrió la propaganda de Hamás a nivel mundial, creando un relato ficticio de que las fuerzas israelíes están cazando a periodistas en Gaza para evitar que se reporten los supuestos excesos militares de las FDI, una narrativa impulsada por el Sindicato de Periodistas Palestino.
“Sabemos que estamos lidiando con la propaganda de Hamás cuando hablamos de la lista de Hamás, y no tiene mucho sentido abordarla. El problema que tenemos es cuando las ONG occidentales utilizan lo que en la práctica es propaganda diluida de Hamás, que es lo que está haciendo el CPJ”, dijo Collier a JNS.
Según Collier, todos los nombres de la lista del CPJ provienen del listado original controlada por Hamás. La discrepancia en las cifras es relativamente baja, el CPJ dice, a esta hora, que 88 periodistas fueron asesinados desde que estalló la guerra, mientras que Hamás denuncia 107 fallecidos.
El periodista afirmó que el CPJ hizo una limpieza mínima de la lista original, eliminando a los individuos que eran evidentemente agentes terroristas y no periodistas. Sin embargo, muchos de la lista del CPJ difícilmente podrían ser considerados comunicadores legítimos.
Por ejemplo, de la lista del CPJ, Collier encontró que 35 de los 70 nombres mencionados, además de ser "comunicadores", trabajaban para grupos terroristas proscritos.
“Quiero decir, se podría argumentar que son periodistas. Pero trabajan para Hamás y la Jihad Islámica Palestina”, dijo Collier.
Asimismo, unos 19 (27 %) no eran periodistas en absoluto.
En su informe, Collier afirma que el 79 % de los mencionados en la lista apoyaba el terrorismo y también glorificaba la matanza del 7 de octubre.
Por ejemplo, mencionó el caso de Hassuna Salim, un supuesto periodista palestino que trabajaba para Quds News Network, afiliada a Hamás, que publicó en un canal de Telegram el 7 de octubre una orden de la Yihad Islámica para tomar las armas y luchar, animando a los civiles a que participen de la matanza contra los israelíes.
También citó el caso de Duaa Sharaf, quien trabajaba para Radio Al-Aqsa, emisora afiliada a Hamás, quien publicó en las redes sociales el 7 de abril de 2022 después de un tiroteo masivo en Tel Aviv un mensaje de odio contra los israelíes: “Mátenlos. Que Allah los castigue con a través de sus manos, los humille, los ayude contra ellos y sane los corazones de una nación creyente”.
Otro supuesto periodista, como Jamal Mohamed Haniyeh, es nieto de Ismail Haniyeh, el líder político de Hamás.
Según Collier, el trabajo del CPJ simplemente fue "descuidado" y "amateur", argumentando que toda esta información es pública y de fácil acceso.
“¿Por qué diablos no hicieron ese trabajo? ¿Cómo es posible que no se molesten en consultar a nadie en las redes sociales?”, dijo Collier a JNS, quien además señaló un punto vital: la mayoría de los periodistas en la lista fueron dados de baja en sus hogares y no en el campo de batalla, lo que sugiere que sus muertes formaron parte de operaciones especiales contra el terrorismo.
Collier recuerda el caso Ahmed Shebab, que trabajaba para Radio Voice of the Prisoners, de la Yihad Islámica.
El periodista señala que Ahmed Shebab murió en casa de un familiar que era dirigente de la Yihad Islámica.
“La Yihad Islámica publicó un comunicado tras el asesinato selectivo, diciendo que habíamos perdido a nuestro gran líder. Así que [Ahmed] está en casa de un dirigente de la Yihad Islámica. No está sobre el terreno. Ha sido asesinado no por su labor periodística en absoluto, sino porque está directamente relacionado con un dirigente de la Yihad Islámica. Se trataba de información fácilmente accesible”, sentenció Collier.
El CPJ se defiende
Mientras tanto, la ONG que denuncia a Israel defendió su lista de periodistas asesinados, explicando que, por el momento, no encontraron información que vincule a los individuos con grupos terroristas.
“El CPJ no apoya a los periodistas que infringen la ley. En los casos que hemos documentado, múltiples fuentes no han encontrado hasta la fecha pruebas de que estos periodistas estuvieran implicados en actividades militantes”, dijo el comité en un comunicado enviado al JNS.
Sin embargo, Collier señala que la organización se está lavando las manos, ignorando información fácilmente verificable y manipulando el contexto de una estadística ampliamente difundida en todo el mundo.
De hecho, según el periodista, la cifra de periodistas fallecidos real rondaría los quince, y el CPJ incluyó a decenas de individuos que no debieron formar parte de la lista.
“En resumen, las cifras del CPJ son extremadamente exageradas, han incluido a docenas de personas que no deberían haber incluido y, al promover estas ficciones, el CPJ está contribuyendo a difundir la cruda propaganda de Hamás en la corriente dominante”, sentenció Collier.
Los periodistas en Gaza no son objetivos militares
Otro punto ignorado en los informes del CPJ es que, cuando los periodistas mueren cubriendo una guerra, tampoco significa necesariamente que están siendo objetos de persecución, explicó a JNS Alex Safian, de CAMERA (Committee for Accuracy in Middle East Reporting in America).
“Cuando los periodistas mueren cubriendo una guerra no significa que esos periodistas fueran un objetivo personal o como periodistas, que es la razón por la que los medios de comunicación occidentales no deben aceptar al pie de la letra las afirmaciones de Hamás de que Israel ha matado intencionadamente a periodistas de Gaza”, dijo Safian.
