"El día después de Hamás": todo lo que debes saber del plan de Netanyahu para el futuro de Gaza después de la guerra

La propuesta del primer ministro establece una estrategia en tres fases, que abarca la desmilitarización y desradicalización de la zona.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, le presentó a los miembros del gabinete de seguridad un plan sobre la gestión de la Franja de Gaza y Cisjordania una vez que se acabe la guerra contra Hamás.

El documento llamado “El día después de Hamás”, Netanyahu reafirma el compromiso de Israel de continuar la guerra hasta la destrucción del grupo terrorista que gobierna Gaza desde 2007 y establece una estrategia en tres fases: corto, mediano y largo plazo, una vez que se haya puesto fin al conflicto.

De forma inmediata el objetivo de Israel sigue enfocado en la eliminación de las capacidades militares de Hamás, el regreso de los rehenes y la prevención de futuras amenazas desde la Franja de Gaza y Cisjordania. Además, destacó que no habrá un alto al fuego permanente ni la retirada completa de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de Gaza, como espera el grupo terrorista.

Cabe resaltar que aunque el plan menciona directrices para Cisjordania, no proporciona mayores detalles sobre los pasos a seguir en relación con esta región.

Corto plazo

En la fase a corto plazo, el plan señala que el ejército israelí mantendrá la libertad de acción operativa en toda la Franja de Gaza sin límite de tiempo “para impedir la reanudación del terrorismo y frustrar las amenazas de Gaza”.

La propuesta también subraya que la intensión es desmilitarizar Gaza completamente y concentrarse en una segunda fuerza de seguridad interna similar a la policía para mantener el orden público. Israel asumiría la responsabilidad de garantizar la desmilitarización y supervisaría su mantenimiento.

El primer ministro también consideró una zona de amortiguamiento en la frontera de Gaza con Israel y resalta que esta área se mantendrá "mientras exista una necesidad de seguridad para ello”.

Asimismo, sugiere un sistema de “cierre sur” a lo largo de la frontera de Egipto con Gaza, que se “basará en las medidas necesarias para impedir el contrabando desde Egipto tanto bajo tierra como en superficie, incluido el cruce de Rafah”.

Fase intermedia

A mediano plazo el plan de Netanyahu se centra en los aspectos civiles y de seguridad de la vida en Gaza después de la guerra. Israel propone que se cree un modelo de gobernanza conformada por palestinos locales con experiencia administrativa, no vinculados al terrorismo o a países que lo respalden, lo que descartaría la participación de países como Qatar e Irán.

El primer ministro también considera la promoción de “un programa integral de desradicalización para todas las instituciones religiosas, educativas y de bienestar en la Franja de Gaza”, lo cual se haría con la posible participación y asistencia de los países árabes que tengan experiencia en la desradicalización.

El cierre de UNRWA

El plan promete cerrar la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (UNRWA) y reemplazarla con agencias de ayuda internacional responsables. Esto, después de que se descubriera que un grupo de los empleados de la agencia estuvieron presuntamente involucrados en el ataque liderado por Hamás el 7 de octubre.

Plan a largo plazo

Aunque el documento no contaba con grandes detalles sobre el futuro lejano de Gaza, señalaba que la restauración de la Franja solo sería posible después de la desmilitarización y desradicalización y aseguraba que este proceso estaría “financiado y dirigido por países aceptables para Israel”.

Netanyahu sostuvo que su país rechaza “rotundamente” los dictados internacionales sobre un acuerdo permanente con los palestinos y aseguró que para determinar el futuro de Gaza serían necesarias las negociaciones directas y sin condiciones previas. Sin embargo, no aclaró entre quiénes serían estas negociaciones.

“Israel seguirá oponiéndose al reconocimiento unilateral de un Estado palestino. Tal reconocimiento tras la masacre del 7 de octubre daría una enorme recompensa a un terrorismo sin precedentes e impediría cualquier acuerdo de paz futuro”, afirma el documento.