No es probable que los hispanos vuelvan a los tiempos en que apoyaban mayoritariamente las políticas progresistas. La era del monocultivo político ha terminado.

Un asunto muy debatido tras las presidenciales de 2020 fue el apoyo de la comunidad hispana a las políticas de América Primero (America First). En esas elecciones votaron más de 16 millones de hispanos. Mientras millones de estadounidenses siguen reflexionando sobre si las políticas que más benefician a sus familias son las conservadoras o las progresistas, muchos ojos están puestos en la comunidad hispana y en su voz cada vez más prominente.

En los últimos cinco años, un número sin precedentes de hispanos ha abrazado las políticas de América Primero, que les permiten avanzar en su formación, buscar empleos bien remunerados, crear nuevas empresas y contribuir al éxito de nuestro país. Promueven la creación de puestos de trabajo y oportunidades, apoyan la libertad y quieren garantizar la seguridad de sus familias dentro de nuestras fronteras. Los hispanos se inspiran en lo que podemos hacer como país en pro de la prosperidad, la movilidad ascendente y las oportunidades para todos y la creación de riqueza generacional.

En una encuesta de Scott Rasmussen/RMG Research de principios de este año se preguntó a los hispanos sobre su apoyo a los 10 pilares de la Agenda América Primero. Más del 82% son partidarios de que la economía americana se ponga al servicio de todos los americanos. El 76% está a favor de que las decisiones sanitarias corran por cuenta de los pacientes y los médicos, y el 78% apoya que los padres tengan más control sobre la educación de sus hijos. Casi el 80% apoya las políticas de America First para reducir la delincuencia en nuestras comunidades, y el 73% está a favor de los esfuerzos para asegurar la frontera, acabar con el tráfico de personas y derrotar a los cárteles de la droga. Dado que la inflación sigue siendo la principal preocupación de muchos estadounidenses, especialmente de los hispanos, el 80% apoya las políticas America First que hacen que Estados Unidos vuelva a ser independiente desde el punto de vista energético.

Una encuesta reciente encargada por Bienvenido reveló que en los últimos cinco años los hispanos que se volvieron más conservadores o menos progresistas fueron el 22%, lo que supuso una ganancia neta de tres puntos. Mientras que los hispanos están divididos en partes iguales respecto a si su cultura es más conservadora o más progresista, son muchos los que creen que su comunidad es cada vez más conservadora. Casi la mitad de los encuestados (49%) dijo tener un familiar o un amigo hispanos que se han vuelto más conservadores en los últimos cinco años, por un 35% que dijo que no.

Igualmente, muchos hispanos se han alejado del extremismo de las políticas progresistas que hacen más gravosa la creación de empleo y de empresas, restringen la autoridad de los padres sobre sus hijos, buscan ampliar el control público sobre la sanidad, imponen vacunaciones y cierres de empresas, desfinancian a la policía y hacen que Estados Unidos sea menos seguro. La encuesta de Bienvenido encontró que el 64% de los hispanos cree que necesitamos más seguridad en nuestra frontera sur. Más del 75% cree que los que están en Estados Unidos ilegalmente y han cometido delitos graves deben ser deportados.

Los hispanos también están más alineados con los conservadores en cuestiones culturales candentes, como las clases escolares sobre la identidad de género y la asistencia de menores a espectáculos de drag queens, con un 57% y un 61% de rechazo, respectivamente. La comunidad hispana está dando un paso adelante y luchando en una nueva guerra, la guerra cultural creada por la izquierda que hace escarnio de los valores de la fe, la familia y el amor a la patria.

No es probable que los hispanos vuelvan a los tiempos en que apoyaban mayoritariamente las políticas progresistas. Un número cada vez mayor se está alejando del extremismo y apoyando una agenda de América Primero que les permita avanzar en su educación, buscar buenos empleos, crear nuevas empresas, mantener la seguridad de sus familias y comunidades y contribuir al éxito de nuestro país. La era del monocultivo político ha terminado.

Mientras el movimiento conservador sigue enfrentándose a la implacable oposición de la izquierda y de los medios de comunicación, debemos mantenernos centrados en las políticas que beneficiarán al pueblo americano y asociarnos con aquellos que quieren promoverlas y contribuir a cambiar los corazones y las mentes. Los americanos se enfrentan a varios retos importantes, como el aumento de la delincuencia, la inflación histórica y la inseguridad en la frontera, que amenazan con cambiar nuestro modo de vida. Ya sabemos que las políticas de America First son necesarias, ahora más que nunca, para alejar a nuestra nación del socialismo y volver a la senda del éxito, la prosperidad y la seguridad.

En la encuesta de Bienvenido se preguntó a los hispanos cuáles eran los grandes problemas a los que se enfrenta el país. No es sorprendente que la inflación, el empleo y la economía y la delincuencia fueran los más citados. El 56% de los hispanos cree que el país va por mal camino. La comunidad hispana sabe que la economía va mal y que la delincuencia se agrava. El 74% cree que la situación económica es regular o mala y el 60% que la delincuencia está empeorando. Las afirmaciones de algunos en la izquierda de que la economía está fuerte y la inflación es sólo temporal no contribuyen a atraer a los hispanos hacia sus políticas.

La probabilidad de que la izquierda cambie a corto plazo es baja porque sus financiadores y mentores intelectuales están al mando. Las voces radicales parecen controlar la actual Administración y promueven una nueva agenda igualmente radical. Por eso los hispanos manifiestan su creciente preferencia por las políticas de America First.

El reto para el movimiento conservador es ser proactivo. No basta con que la izquierda pierda a los hispanos: los conservadores deben seguir ganándoselos. Lo que viene después es difícil de prever. Es muy posible que los hispanos en general –incluso los mexicano-americanos de California– se desplacen hacia la derecha y se instalen en ella. Es igualmente posible que se normalicen dentro de la población general y se conviertan en un grupo abierto a considerar nuevas políticas basadas en sus circunstancias individuales.

Lo que no sucederá es una vuelta al pasado. No es probable que los hispanos vuelvan a los tiempos en que apoyaban mayoritariamente las políticas progresistas. Un número cada vez mayor se está alejando del extremismo de las políticas progresistas vigentes y apoyando una agenda de América Primero que les permita avanzar en su educación, buscar buenos empleos, crear nuevas empresas, mantener la seguridad de sus familias y comunidades y contribuir al éxito de nuestro país. Así pues, la era del monocultivo político ha terminado.


Jorge Martínez es estratega de divulgación hispana y portavoz en español del
America First Policy Institute (AFPI). Anteriormente fue secretario de Prensa del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

Abraham Enríquez es presidente de Bienvenido, organización hispana dedicada a la promoción lo conservador.