DeSantis endurece las penas de los crímenes cometidos por inmigrantes ilegales

La medida forma parte de una serie de propuestas convertidas en ley por el gobernador de Florida el viernes. También habló sobre el refuerzo estatal de los controles marítimos para hacer frente a las entradas por mar desde Haití.

"El Gobierno federal no ha cumplido con su responsabilidad de proteger la frontera sur, dejando a los Estados que se las arreglen solos", dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, tras firmar este viernes un paquete legislativo para hacer frente a la inmigración ilegal.

Una de las leyes, la SB 1036, aumenta las penas de los crímenes cometidos por inmigrantes que volvieron a ingresar ilegalmente al país tras haber sido deportados. Así, una condena de cinco años entre rejas (un delito grave de tercer grado) se eleva a quince. Una de quince años (un delito grave de segundo grado) pasa a merecer treinta, y una de treinta (un delito grave de primer grado) se convierte en cadena perpetua.

El proyecto también agrava los castigos recibidos por haber realizado infracciones en colaboración con los carteles de la droga, con una reclasificación de penas similar a la anterior.

Una segunda ley, la HB 1451, prohíbe que tanto municipios como condados del Sunshine State acepten tarjetas de identidad emitidas por otras jurisdicciones a inmigrantes que hayan cruzado la frontera por vías no legales.

Una tercera, la HB 1589, eleva la sanción a quien sea condenado por conducir sin carnet. Aunque esta última no apunta directamente contra los inmigrantes indocumentados, sí los abarca. Una norma anterior, además, les prohíbe conseguir licencias para manejar -e incluso considera inválidas las que hayan obtenido en otros estados-.

Un nuevo frente

En su discurso del viernes, DeSantis también reveló que las fuerzas de seguridad estatales habían interceptado un barco de inmigrantes haitianos que escondía armas de fuego y drogas.

El pasado 29 de febrero, dos agentes de la Florida Fish and Wildlife Conservation Commission interceptaron una barca de 42 pies con 25 personas, cinco de ellas menores no acompañados, que había zarpado de Haití. Además encontraron al operador del vehículo, un ciudadano americano, armado.

"Llevaban armas de fuego, drogas, equipo de visión nocturna y navegaban de forma muy temeraria, lo que podría poner en peligro a otras personas", dijo el gobernador, que también aseguró que los detenidos habían sido entregados a las autoridades federales, quienes, insistió, deberían hacerse cargo de estas operaciones.

Una coalición de bandas criminales lideradas por Jimmy Barbecue Cherizier han inundado de violencia las calles de Haití las últimas semanas. La crisis llevó a Estados Unidos a evacuar parte de su embajada y anunciar el despliegue de una unidad antiterrorista en suelo haitiano para asistir a los ciudadanos estadounidenses que todavía se encuentran allí, además de para "asegurar una transición pacífica del poder".

Las autoridades expresaron preocupación por un posible aumento del influjo de inmigrantes procedentes de la isla caribeña. Tan sólo el martes pasado, por ejemplo, la Guardia Costera repatrió a 65 haitianos.

Dos días más tarde, DeSantis volvió a culpar a la Administración Biden de no cumplir su misión de defender la frontera y anunció el despliegue de más de dos centenares de oficiales y soldados.

"Hemos dispuesto una cantidad increíble de recursos", sostuvo el hasta hace poco candidato a la nominación republicana en su alocución del viernes. "La Guardia Costera lo hace lo mejor que puede, pero carecen de personal y recursos, así que estamos llenando esos vacíos".